Se deteriora la salud de Juan Carlos de España
Los problemas de movilidad del padre de Felipe VI aumentan. Necesita de un bastón y un escolta para no perder el equilibrio al caminar.
Tras el funeral de Constantino de Grecia, el rey emérito Juan Carlos abandonó Atenas para regresar a Emiratos Árabes. Su vuelta a casa se dio en medio de los muchos comentarios que generó su aparición en el país heleno. Caminó no solo con la ayuda de su ya clásico bastón: también gracias a la constante ayuda de sus escoltas. A veces era solo uno el que sujetaba uno de sus brazos al caminar; otras veces eran los miembros de su equipo de seguridad para evitar que perdiera el equilibrio.
Buen aspecto tiene, pero ha resultado inevitable ver cierto deterioro físico en él. Al menos, en lo que a movilidad se refiere. A medida que pasa el tiempo, las dificultades para andar del padre de Felipe VI se hacen mayores.
La última vez que se Io vio en un acto público de envergadura fue en el funeral de Isabel II en Londres. Entonces, el emérito estuvo a lado de la reina Sofía, y como siempre, caminaba con la ayuda de uno de sus asistentes. Ahora, a su regreso a Emiratos Árabes, el rey seguirá con su vida habitual en este país, donde ya lleva dos años y medio junto a tres miembros de seguridad y un fisioterapeuta. Se mudará de vivienda para tener un verdadero hogar a miles de kilómetros de España.
Tiene previsto llenar su vivienda de sus enseres personales y decorarla con parte de sus recuerdos, los cuales ha ido recibiendo a lo largo de su estancia en Abu Dabi.
Tendrá la compañía de su nieto Froilán, quien se cambió allá, motivado por su madre Elena con la intención de que se aleje de las últimas polémicas en las que se ha visto salpicado, especialmente después de una pelea con navajas en una discoteca de Madrid.
Beso entre padre e hijo
La televisión griega emitió imágenes no vistas en España en las que se ve cómo el rey Felipe saluda a su padre Juan Carlos en el funeral de Constantino de Grecia. El protocolo establecido en la Catedral Metropolitana de Atenas impidió que ellos se sentaran cerca y pudieran intercambiar algunas palabras.
Sin embargo, una vez en Tatoi, donde descansan para siempre los restos mortales del último rey de los helenos, Constantino, el canal griego de televisión Star capturó el afectuoso saludo entre ambos. Felipe, al ver a su padre, se acercó a él con una sonrisa, le dio dos besos, un abrazo y le acarició la espalda mientras hablaban. Juan Carlos asintió con su cabeza, como si le estuviera diciendo a su hijo que se encontraba bien. Hace tiempo que no se ve una muestra de afecto pública entre ellos.