Diana Vera:"El modelaje construyó la mujer que soy ahora"
Es la modelo local que pisa fuerte en la esfera fashionista y hoy en día emprende en Dimodels en pro de hacer un gran centro de moda e inclusivo.
Ella se adapta y fluye con los cambios. Es Diana Vera, quien con su cabello estilo pixie y 1,68 de estatura llama la atención por su versatilidad ante el flash de la cámara.
"Soy como un camaleón", bromea y cuenta que eso y más le ha dado el modelaje. En ese rubro se ha desenvuelto desde la pasarela, editoriales fotográficos hasta dando clases.
Sin embargo, este año ha ido por más. En el mes que se conmeora el Día Internacional de la Mujer, decidió arriesgarse y probar que los límites estaban solo en su cabeza. Emprendió en Dimodels enfocado a ser un centro de moda, donde explaya la faceta que más le apasiona: enseñar.
Delia Laboni: la Señora Tierra Ecuador
Leer másUNA HERRAMIENTA DE AMOR PROPIO
Años atrás, ser una modelo no estaba en su radar. "De niña era muy insegura. Recuerdo que me miraba al espejo y decía ¿por qué eres tan flaca? Mis compañeros en la escuela me decían comentarios ofensivos. Eso me deprimía". recuerda.
En busca de encontrar un desfogue, se apuntó a clases de danza y no del todo a gusto, prefirió ingresar al mundo del modelaje. "Puedo decir que allí vi una luz porque trabajé en mi autoestima. Desarrollé actitud, seguridad y amor propio que luego lo fui fortaleciendo más mientras me desenvolvía en pasarelas, foto pose y alta costura".
Una vez que terminó la secundaria, llegó la maternidad y decidió hacer una pausa al modelaje. Así, en esa nueva etapa, balanceaba los horarios con el cuidado de su bebé, las clases de la universidad, donde se apuntó a la carrera de Administración de Empresas, y la vida laboral, con la cual llegó a trabajar incluso en una petrolera del Oriente.
No fue hasta la pandemia cuando decidió retomar su faceta de modelo y con una imagen renovada. Hoy en día, ella representa esa generación de modelos que sabe proyectarse. En su caso, el distintivo es la forma en cómo lleva su pelo. Tan solo en el 2022 tuvo cuatro cambios de look.
"Mi cabello está a cargo de una marca capilar, italiana y de ellos me dejo hacer todo", cuenta y agrega. "Ahora viene el quinto cambio, pero más que por trabajo, esta vez es una forma de renovarme y abrir un nuevo capítulo en mi vida", dice pensando en su emprendimiento.
"El modelaje construyó la mujer que soy ahora, y voy a devolver todo ese agradecimiento a través de mi academia. Modelar hizo que yo sea segura de mi misma, capaz de superar cualquier obstáculo y lograr metas. Los comentarios negativos sobre mi cuerpo ya no me afectan en nada", refiere.
Bad Bunny se besa y come sushi con Kendall Jenner
Leer másEL RETO DE ENSEÑAR
Emprender ha sido un camino de constancia donde Diana no baja los brazos a fin de mantener a su hijo. Entre alquilar espacios, pagar viáticos y publicidad son parte de las inversiones.
Aquello empezó desde la pandemia, cuando decidió retomar el modelaje. Mientras todo se movía en la nueva normalidad participó en pasarelas de tiendas como De Prati, Lorena Cordero, entre otras, y asimismo se dispuso a enseñar.
"Mi sueño desde muy pequeña ha sido tener una academia de modelos", dice. Y así nació Dimodels. Pero empezó de a poco. Alquilaba estudios fotográficos para dictar clases de poses ya sea para fotografías publicitarias, producción de moda, redes sociales, o simplemente como crecimiento personal.
Con esos workshop comenzó a hacer comunidad de mujeres de toda edad e incluso profesión. "No solo vienen niñas, sino adultas de 40 o 50 años. He tenido estudiantes que son desde oficial de marina hasta soldadoras... Me encanta cómo ellas quieren aprender más de este medio, desde cómo caminar, tener buena postura ...Quieren sentirse más fuertes, poderosas", refiere.
El Instagram y Facebook han sido esa plataforma donde fue dando a conocer su emprendimiento, hasta que en marzo de este año quiso ampliar el concepto. Abrió la agencia de modelos centrándose en el nicho capilar y asimismo, la academia de modelaje donde ya tiene inscrita la primera promoción.
"Pero mi meta es hacer un centro de moda donde se dicten también clases como asesoría de imagen, maquillaje o psicología, y con conversatorios gratuitos donde participen todos los que son parte del rubro como fotógrafos, diseñadores de moda y más. La idea es crear una comunidad donde entre todos nos ayudemos a surgir", dice sobre su nuevo espacio, al norte de Guayaquil.
Gloria Gallardo: "Ya estoy en la historia, no necesito condecoraciones"
Leer másEntre sus aspiraciones confesó que quisiera abrir su negocio en otras ciudades como Quito, Cuenca y Manta. "Quiero que Ecuador surja en la industria del modelaje. Y que todas las chicas tengan las mismas oportunidades. Que las marcas dejen de mirar solo a las que son misses o influencers", sostuvo.
SU IMAGEN, SU MARCA
Cuando termina una sesión fotográfica o finaliza clases en la academia, Diana vuelve a la compañía de su familia. "Me encanta poder dar ese ejemplo de trabajo a mi hijo... Detrás de la modelo, soy mamá, ama de casa...", dice.
Balancea sus tiempos poniendo todo su esfuerzo, y a la final eso ha hecho que su nombre empiece a ser una marca a la cual diseñadores y firmas nacionales y extranjeras empiezan a mirarla.
Para lograrlo dice que fue fundamental trabajar su parte emocional. “En el modelaje tienes que tener una mente fuerte. Al inicio tuve la ayuda de una psicóloga, y luego tomé clases de neurolingüística. Esto me ayudó a desenvolverme desde el momento del casting. Por ejemplo, dejé de tomarme a modo personal cuando una marca me decía no, y asimismo aprendí a decir no a proyectos que no me convencían”.
Rebecca Jones reaparece muy delgada y enciende las alarmas
Leer másEs así que trabajando su imagen de manera integral, Diana ha podido consolidar su carrera siendo una modelo petite, camaleónica y lejos de estereotipos cliches.