Dora West prefiere estar lejos de 'Los hackers'
Me pica la lengua. La presentadora no se puede ver ni en pintura con Santiago Castro
Dicen que la realidad supera la ficción. En 'Los hackers de la farándula' nada es color de rosa. La mala relación entre compañeros no se da ahora, cuando se vio al aire la discusión entre Dora West y Santiago Castro, quienes se masticaban, pero no se tragaban ni con cola. En estos momentos ni eso, tras la salida de la exmoderadora del espacio de Ecuavisa.
Hay mucha tela que cortar, ya que un romance (que era un secreto a voces) de un miembro de la producción con una chica que también trabajaba ahí ha generado algunos problemas internos, todo un culebrón. Uno de los involucrados no es soltero. Supuestamente había alguien que no lo sabía, cuando se enteró la soga se rompió por lo más delgado y rodó una de las cabezas involucradas, es decir, la mandaron a su casa. Además en una fiesta en agosto, la parejita se dejó ver.
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Las malas lenguas aseguran que Santiago, que no se hace problema con nada, es el acolitador. Dora, como todos los del equipo, conoce a la esposa del infiel, no le hace gracia el triángulo sentimental. El miembro de la producción se enojó por la decisión que tomaron y quería marcharse, no acepta que sin importar el cargo se metan en su vida. Para evitar más conflictos lo enviaron de vacaciones.
La discusión que se vio entre el presentador y la moderadora es simplemente producto de algo que se desbordó, porque ya existían roces, conflictos, además ambos son de carácter fuerte. A él le costó la suspensión. Tampoco quería a Dora en el espacio de farándula de las tardes. Se dio. ¿Habrá amenazado con irse?
La presentadora y cantante que solo se quedó en 'En contacto' no se amarga y celebró los 40 años de vida con sus familiares y amigos, entre ellos, Claudia Camposano, Henry Bustamante, Michela Pincay y su excompañera Jordana Doylet, quien viajó desde Quito para sorprenderla. En todo caso se cerró una etapa farandulera.
Dieter Hoffmann y Lazito de la farándula aparentemente tampoco se llevan bien. Una caldera del diablo.
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