Dulces sueños: “Hacer arte es pasar a la acción”
Las integrantes de esta agrupación guayaquileña tienen clara su postura como artistas y como activistas.
“La escena local necesita a gritos más diversidad”, opina con mucha razón Diana Gardeneira, vocalista del cuarteto Dulces Sueños. Y eso no solo atañe a lo musical, sino que también implica abrirse a otro tipo de discursos y debates, apreciar nuevas narrativas y puntos de vista, experimentar lo diferente.
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Leer másY en ese proceso de reconocimiento, el trabajo femenino en el arte muchas veces aparece como algo nuevo incluso para las mujeres. Como comenta Diana en otra parte de la entrevista, “yo misma estoy redescubriendo la música fuera de la norma masculina”.
Dulces Sueños está formada por cuatro amigas que en febrero de 2022 concretaron su deseo de formar una banda solo de chicas, conjugando sus ideas musicales, muchas inconformidades, amores, desamores y ganas de moshear. Y de perrear también, por qué no.
Las etiquetas cada vez van teniendo menos sentido. ¿Qué estilo consideran que hacen? ¿O no se sienten cómodas con ninguna definición?
Elaine Silva: Estoy de acuerdo con que las etiquetas van teniendo menos sentido. Sin duda, somos una mezcla de varios géneros, no queremos encasillarnos en uno solo.
Ana Vázquez: Si nos escuchas puedes notar que nos influyen muchos géneros distintos. Alguien alguna vez dijo que somos horror punk y me gustó, pero creo que esa categoría no les hace justicia a todas nuestras canciones.
Diana Gardeneira: Siento que el rock y el punk están como base de lo que hacemos, pero nos llama la atención perrear con todos los géneros y siento que es más divertida esa fusión.
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Leer másLas mujeres en Guayaquil están teniendo un rol clave organizando y liderando las marchas pro derechos humanos y de protesta en la ciudad. ¿Qué tan importante es como artistas pasar a la acción?
ES: Para nosotras es muy importante dejar claro qué cosas no toleraremos más como mujeres. Algunas somos o hemos sido parte de distintas agrupaciones feministas. Siempre nos ha impulsado esa rabia colectiva frente a la injusticia. También creo que hay muchas cosas que limpiar y cambiar en la escena, sobre todo con la problemática del machismo.
AV: Para mí, el arte es movilizador. Mira cuántas canciones de protesta se escribieron durante las dictaduras de Chile, Argentina, España, etc. Esas canciones movilizaron gente o sostuvieron a tantos durante tiempos oscuros. Hacer arte es pasar a la acción. No digo que es un reemplazo a las protestas, porque seguir saliendo a las calles es necesario. En nuestro caso, aparte de crear canciones para divertirnos o desahogarnos, queremos que el arte que hagamos sea parte de esa protesta.
DG: Somos una banda que existe desde esa indignación y la usamos como medio de desahogo. En las tocadas, las canciones con las que más personas conectan son esas en las que gritamos cánticos feministas y denunciamos todas esas violencias que vivimos mujeres y disidencias.
¿Y cómo evitar ser utilizados en esta pugna de poderes que es la realidad política nacional y mundial?
ES: Tenemos bastante claro el hecho de que los políticos solo cumplen con los intereses de unos pocos. A las mujeres y disidencias nos deben muchísimo en cuestiones de derechos y justicia. Oportunistas hay en todos lados y se les ven las caras. No nos interesa ser parte de eso. Defenderemos siempre nuestro derecho a la libre protesta y el de cualquiera que sufra opresión.
AV: Tal como están las cosas, me parece justo decir que todo tiene una dimensión política, por eso para mí es importante distinguir la política de la politiquería. De la politiquería vienen los oportunistas de los que hablas. Creo que ver tantos shows, desde Abdalá (Bucaram) hasta Cynthia (Viteri), nos entrenó el ojo para poder distinguir a esos personajes y su demagogia. También ya sabemos que cualquier persona que quiera ser parte del circo que es la política institucional es de desconfiar.
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Leer másPese al discurso iconoclasta del punk, la estética es un factor clave. O quizás mejor dicho una antiestética o antiestilo. ¿Es relevante para ustedes este aspecto?
ES: Por ahora no es prioridad, nos estamos enfocando más en la música. Nos gusta tratar de vernos como somos, y que eso sea una expresión de lo que hacemos musicalmente.
AV: Cada una tiene su propio estilo y la estética de la banda es una mezcla de la expresión de todas nosotras. Nuestra estética se ha dado de forma natural y no es algo planeado. Va de la mano con lo que creamos musicalmente. Por ejemplo, al momento de hacer diseños para stickers, lo que se ha buscado estéticamente es transmitir lo que ya está ahí musicalmente.
DG: Para mí sí es importante la forma en la que me veo cuando estoy en el escenario. Como cantante de la banda, me gusta jugar con colores brillantes, maquillaje exagerado, ropa recargada. Mi estilo siempre ha sido experimentar con texturas, estampados y frases.
¿Ustedes se consideran parte de la tradición del punk hardcore guayaco? ¿Sienten que su música está influenciada por artistas de este género de la ciudad o el país?
ES: Realmente no creo que vengamos de esa tradición, especialmente porque está muy marcada por hombres. No me siento identificada. Y eso es justamente algo que queremos cambiar. La verdad, no he sido muy seguidora de la escena punk hardcore local. La primera mujer a la que vi cantando y tocando un bajo en una banda del país fue a Denisse Santos, de Can Can. Pensé: ‘Qué bacán. ¡Una chica en una banda aquí!’. Ella fue mi primera influencia de acá.
AV: Voy a mencionar a Las Chepas porque como mujer y perfeccionista insoportable que fue criada para ser niña buena, fue liberador ver a otras mujeres atreverse a ser imperfectas y a ser y decir lo que quieren y sienten sin filtro. Empezar a tocar con ellas también fue inspirador y creo que si hubiese empezado a tocar con bandas más correctas, por así decirlo, me hubiese sentido presionada y haría cosas más aburridas musicalmente. También me gustan Capitán Nájera, Biorn Borg y La Narcisa.
DG: Exacto, a mí tampoco me representa esa escena hardcore tradicional que mencionas, porque solo habla de una experiencia, que es la de los hombres. Solo The Cassettes o Las Chepas siento que son referentes más cercanos, pero aun así la escena local necesita a gritos más diversidad. He estado más influenciada por el rock alternativo y, aparte de Can Can, también recuerdo que en Proyecto Secreto Simio estaba María Belén Guillén, que era genial. Yo misma estoy redescubriendo la música fuera de la norma masculina.
Pese al discurso iconoclasta del punk, la estética es un factor clave. O quizás mejor dicho una antiestética o antiestilo. ¿Es relevante para ustedes este aspecto?
ES: Por ahora no es prioridad, nos estamos enfocando más en la música. Nos gusta tratar de vernos como somos, y que eso sea una expresión de lo que hacemos musicalmente.
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DG: Para mí sí es importante la forma en la que me veo cuando estoy en el escenario. Como cantante de la banda, me gusta jugar con colores brillantes, maquillaje exagerado, ropa recargada. Mi estilo siempre ha sido experimentar con texturas, estampados y frases.