Duna, una película para pensar
Épica, apocalíptica y hasta filosófica, la cinta analiza también la maldad humana, las traiciones políticas y la ambición que se desprende del poder.
Año 10192. Las familias nobles se disputan el dominio del árido planeta Arrakis, llamado también Duna por su geografía compuesta por desiertos llenos de montículos. Es el único lugar donde se encuentra la ‘espacia’, la sustancia más codiciada y valiosa del universo y la cual prolonga la vida, hace del pensamiento algo sobrehumano y posible los viajes interestelares.
Allí viven los gusanos de arena. Debido a su rareza y a su arriesgada extracción, quien controla la producción de la espacia rige, no solo el destino del imperio, sino de toda la humanidad.
El último duelo, el mismo crimen desde diferentes visiones
Leer másEl duque Lato Atreides (Oscar Isaac) aceptará la administración de este peligroso planeta y viajará hacia él en compañía de su concubina, Lady Jessica (Rebecca Fergunson), miembro de la hermandad femenina llamada Bene Gesserit, y de su hijo Paul (Timothée Chalamet). Entonces la familia enfrentará un gran riesgo por estar en el punto de mira de fuerzas malvadas, como las de barón Vladimir Harkonnen (Stellan Skargard).
Una amarga traición los llevará hacia los Fremen, nativos de Arrakis que viven en el desierto profundo bajo el liderazgo de Stilgar (Javier Barden) y el fulgor de Chani (Zendaya).
Duna es visualmente extraordinaria debido a la intensidad de sus imágenes. También es absorbente e inquietante por su vívida presentación del futuro. Y, además, apocalíptica pues en ella se habla de un Mesías, de una batalla religiosa. La aparición del gigantesco gusano evoca lo que dice La Biblia según San Juan, versículo 11: “Y vi otra bestia que subía de (abajo) la tierra (…)”.
Épica, en su concepción y su magistral acción paralela (forma de montaje que presenta de manera alterna lo que está sucediendo en dos o tres escenas diferentes dentro de la misma actividad), especialmente en las batallas y el bloqueo mental que viven ciertos personajes de la trama. Filosófica, por aquello de “solo quienes conquisten su propio miedo podrán sobrevivir”. Pero también es un análisis de la maldad humana y de las traiciones políticas que llevan hacia las ambiciones que generan el poder.
La casa oscura, terror de primera línea
Leer másLa música es accidental y son los silencios, cuando solo se escucha el sonido ambiental, los que hacen que el filme crezca. El vestuario, aunque a momentos semeje el medioevo, afianza las imágenes de un mundo que no veremos pero que, gracias a este género cinematográfico, se nos permite avizorarlo.
Denis Villeneuve la dirige con acierto y las imágenes artísticas permiten ver un mundo inesperado, donde cada nave espacial, cada objeto, es mostrado sin escatimar detalles. Una de las máquinas voladoras está muy cercana a los llamados chapuletes, especialmente con la exposición de sus alas. La hace espectacular y le agrega pautas que dan sosiego y misticismo. Y lo mejor de todo: se aparta de la forma en que se presentó La guerra de las galaxias y sus secuelas.
El guion está suscrito por Jon Spaithts, Eric Roth y el propio Villeneuve. Se basaron en la exitosa novela escrita por Frank Herbert en 1965 y de la cual se han vendido 12 millones de ejemplares.
Este largometraje no guarda sencillez, es más bien, como dice la crítica estadounidense, “una fábula meta histórica, ambiciosa, exuberante y a la vez sombría”. Yo añado: es una cinta que se convertirá en un clásico. Podría suceder, eso sí, que algún espectador no disfrute de ella.
Nota al margen: Duna tuvo una primera versión en 1984. Fue dirigida por David Lynch y fracasó en las taquillas. Si usted tiene curiosidad por ver esa primera entrega, vaya a You Tube, allí está pero subtitulada en inglés.
La prensa ya anuncia que habrá una segunda parte, al estilo de El Señor de los Anillos. Se han publicado seis libros sobre el tema.
Calificación: * * * * *