Ente se despide de Guayaquil con un concierto el sábado 16 de noviembre
Será en Atrako. Conversamos acerca del pasado, presente y futuro del grupo quiteño de death metal con su baterista Igor Icaza
Aunque visto superficialmente el death metal parecería solo un estruendo sin sentido, es un género bastante intrincado y complejo, que exige de sus ejecutores una gran preparación y dominio de los instrumentos.
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Leer másAdemás, pese a que se trata de música violenta, permite expresar todo tipo de estados de ánimo y emociones: euforia, ira, nostalgia, tristeza, incluso alegría y sosiego.
Cuando hablamos del death metal producido en Ecuador, es inevitable mencionar a Ente, agrupación que nació en 1991 como Obertura en Latacunga, hasta que en 1995 adoptó el nombre actual, radicada ya en Quito.
Ellos junto a un puñado de nombres como C.R.Y., Sociedad de Excrementos (luego Incarnatus), Total Death, entre otros, son parte de la primera generación de metal extremo en el país, siendo el referente en el que se reflejarían las generaciones posteriores.
Sus 33 años de existencia representan un sinnúmero de conciertos, viajes, festivales, grabaciones, además de desafíos que ellos han sabido sortear con la entereza propia del estilo de música que interpretan. Después de todo, el death metal no es para débiles.
Actualmente enfrentan otro reto, dado que dos de sus miembros tienen proyectado residir en el exterior, lo que mantendrá separada a la banda, al menos físicamente. Pero aquello también se convierte en la posibilidad de que Ente se reúna y toque fuera del país. Por lo pronto, tienen una invitación para volver a Estados Unidos en mayo de 2025.
Hablamos con Igor Icaza, baterista y fundador de Ente, antes de su presentación en Guayaquil este sábado 16 de noviembre, junto a Rigor Mortis, Projecting Blood, Extreme Domination, Cortopunzante, DHC y Hate, War and Death.
“Seguimos enamorados del death metal”
Cuando fundó Obertura, ¿qué proyecciones tenía como joven metalero haciendo música propia?
Siempre me lo tomé muy en serio. Tuve la suerte de que me proyecté esta carrera larguísima desde niño, pese a que no tenía el apoyo de mi familia ni había metaleros en Latacunga, mi ciudad natal, donde comencé.
Desde sus inicios lo acompaña el guitarrista Nelson Rodríguez. Su amistad es clave para mantener vivo a Ente.
La amistad con Nelson es de las más largas y sólidas de mi vida. Hay una hermandad gigante con él. Hay un vínculo muy cercano que no solo nos hace hermanos en el metal, sino en el arte y la vida diaria. Él como gran ilustrador y artista plástico tiene todo mi respeto (Nelson ha creado las portadas de los discos de la banda).
Todo grupo longevo necesita que uno o dos de sus miembros tomen la batuta.
Hemos sabido llevar al grupo por un camino coherente, llegando a ser un ícono del metal en Latinoamérica con las decisiones bien tomadas de ambos.
Recuerdo un concierto en Santo Domingo en el usted gritó: “¡Ente es Quito, carajo!”.
(Risas) No lo recuerdo, talvez en el ímpetu del momento. Nos iniciamos en Latacunga, pero los primeros conciertos fueron en Quito, con muchos años tocando en el sur. Mucha gente que ha pertenecido a la banda, también del sur. Y luego con presencia en muchos sectores del norte. El metal tiene bastante fuerza en el sur de Quito, pero no estamos de acuerdo con sectorizar, tomar la bandera como si cierto lugar, cierta ciudad, se apodera de una expresión como el metal, peor el metal extremo.
Ente ha llegado a ser conocido como un referente de Quito más allá del nicho metalero.
Como banda quiteña, con miembros de varias ciudades, es un orgullo que el grupo sea conocido no solo en Ecuador, sino en varios países de Latinoamérica y del mundo.
Actualmente se ha reivindicado el aporte de América Latina al metal extremo mundial.
Siempre hemos estado convencidos de lo que significa esa ferviente horda de metaleros extremos latinos. Hemos hecho que el mundo y la historia reconozcan que en nuestra región hay un especial aprecio y brutal pasión por la música extrema. Un orgullo ser parte de este grupo de bandas como Masacre (Colombia), Sarcófago (Brasil) y tantas otras que desde hace décadas representan el death latinoamericano.
Cuéntenos sobre sus tocadas en Estados Unidos.
Hemos ido cuatro veces. Hay un grupo de colegas músicos y organizadores latinos que están haciendo una buena escena allá. Todas las experiencias han sido positivas. Recuerdo cuando tocamos con Malón y Masacre (en Nueva York, en junio de 2016). Tenemos grandes amigos de varias agrupaciones de música extrema allá y espero que en 2025 se abran más puertas.
Nuevo single y futuro en el exterior
El concierto del sábado 16 en Guayaquil tiene un tinte especial, dado que será la última oportunidad en mucho tiempo que podremos ver a Ente tocando en vivo aquí. Esto porque el vocalista Daniel Cisneros se radicará en Canadá desde diciembre. Igor también se irá a vivir a EE. UU. en febrero próximo.
Igor Icaza
Todo esto, no obstante, más que un adiós, implica un hasta luego. “Los planes siguen, pero no creo que podamos tocar ya en Ecuador. Será más fácil afuera, así que esperamos que todo se dé para tener conciertos de Ente fuera de Ecuador en 2025”.
Justamente por eso Ente está preparando su nuevo single, Mortificación, que saldrá a finales de este año o inicios de enero de 2025. “Estamos a punto de entrar al estudio y nos sentimos muy contentos de tener una nueva grabación a propósito de esta etapa diferente, en la que nos toca planear las cosas desde lejos”.
Igor recalca que mantendrán su crudeza lírica y musical. “Este año conversé con mi colega Cristian (Rodríguez) de Avernal, de Buenos Aires. Tenemos ambos más de 50 años, bandas que pasan de los 30 y coincidimos en que al decir death metal está dicho todo. Nada de brutal death, ni otros membretes externos. Es suficiente con decir death metal, porque abarca toda su majestuosidad musical y crudeza lírica. Seguimos enamorados del death y así será hasta la muerte”.
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