Fabrikante: “He ido del reggaeton metal hasta el tribal ecuatoriano”
El jueves 23 de enero presentará su versión del Himno del Ekuador y el sábado 25 tocará en Guayaquil en Atrako Records
En algún momento en su etapa colegial, Paquito Valdivieso empezó a abrazar la noción de arte como una fuerza que trata de romper esquemas y reivindicar la singular innata de cada individuo. En ese entonces formaba parte de un grupo llamado 20MT, que si bien empezó tocando un punk ‘tranqui’, no tardó en experimentar con fusiones de hardcore y ska, un poquito de rap, nu metal, o incluso blues y sus respectivas dosis de reggaeton.
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Leer más“En broma decíamos que tocábamos reggaeton metal. Esa fue la primera invención estética sonora que me parece que cree; no en solitario, sino con mis amigos de la banda: Larry Rodríguez y Carlos Alberto Garay”, cuenta en retrospectiva Fabrikante, nombre artístico que adoptó desde hace 13 años el otrora adolescente, cuando descubrió que una trayectoria en solitario se acoplaba de mejor manera a su espíritu ecléctico.
Después de todo este tiempo haciendo música para celebrar la vida junto a la gallada, este sábado 25 de enero Fabrikante vuelve a Guayaquil para presentarse en Atrako Records, el estudio donde grabó su primer álbum, Memoria y profecía de Doña Petita Pontón, en un concierto programado para las 21:00 y que contará con la presencia del DJ Chicho Sound complementando la fiesta.
Siempre es un placer conversar con el rapero guayaquileño y escuchar todo lo que tiene que decirnos sobre su concepción de la música, la autenticidad y el respeto por nuestros orígenes.
Quienes escucharon en su momento la agrupación 20MT coinciden en que era ‘rara’, lo cual siempre es un cumplido si hablamos de música. Es señal de que era una banda atrevida.
Es que yo consumía música rara. A mí me encantaba de niño El Gran Silencio (de México), por ejemplo. Casi no tenía amigos que les gustara esa banda, pero yo los amaba porque era rarísima: medio ranchera, medio cumbia, medio ska, medio rock. Nunca entendía qué mismo era. Siempre me ha gustado esa visión de la mezcla, de lo barroco entendido como la unión de cosas un poco contradictorias, como una orquesta de contradicción. En algún punto me di cuenta de que mi visión de la música no la lograba compartir tan fuerte con otros como para hacer una banda. Entonces decidí hacerme solista.
Su propuesta de rap no encaja con el imaginario que se tiene de este género.
Siempre digo que soy más punk que los punks, más hippie que los hippies y creo que soy más hiphop que los hiphopers, porque no me trato de identificar con una estructura reconocible, sino que yo abrazo la escencia de estos movimientos. Dentro del hiphop está la música y esta música en esencia es ritmo y poesía. Ritmo para que tu gallada la goce; y poesía para que tu gallada celebre la vida, para que tu gallada se encuentre, para elevarnos el espíritu, no sentirnos caídos ni achicopalados, sino prender la chispa en el corazón.
Fondo sobre forma.
En este caso yo no trato de copiar la estructura sonora del género. Tú por ejemplo ya reconoces el rap de los noventa y es lo que ahorita están haciendo en Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador. La gente copia exactamente esa música; que no está mal, ojo, es también un gesto de permanencia; pero Fabrikante siempre ha estado enfocado en contradecir estereotipos. A la final, yo hago como rap, pero la mayoría de los raperos no lo consideran rap. Algunos podrán decir que es música electrónica, pero los que hacen música electrónica, quizá no lo vean así. Otros dirán que es cumbia, pero los que hacen ese estilo no lo consideran cumbia. En fin. Digamos que navego burlándome de los estereotipos de alguna manera. Y recordándoles que no es necesario copiar y calcar una estética siempre.
Incluso incluyes instrumentos andinos.
En realidad yo utilizo instrumentos de la Costa ecuatoriana. La mayoría piensa que son instrumentos de la Sierra, pero son de la Costa. Busco mantener esa tradición milenaria, esa visión. Hay registros de ellos desde hace tres mil años, algunos un poco más antiguos. Hay instrumentos como la zampoña que tú los ves en bandas de la Sierra, pero cuando revisas los registros arqueológicos, ves esculturas de la Costa de hace miles de años de individuos con zampoñas, quenas, antaras. Ahí tú te das cuenta de que los primeros registros de esos instrumentos no son andinos, sino costeños. En Ecuador, que tiene sus manifestaciones culturales olvidadas, pisoteadas y desvalorizadas, es importante romper la tendencia y agarrar esto que se está olvidando, que se está muriendo: nuestros ritmos, nuestros instrumentos, nuestra sensibilidad.
Las redes sociales como otra forma de arte
A pesar de que los artistas más jóvenes manejen con mayor naturalidad las redes sociales, en comparación con aquellos de mayor edad, Fabrikante sostiene que son un reto para todos. “Quizás si eres joven tienes una mayor conexión, pero igual puede ser abrumador para todos. Las redes sociales pueden ser agotadoras, en el sentido de que son como un trabajo extra, pero también hay que reconocerlas como un alcance extra. Puedes ser un artista libre y llegar a más lugares. En mi caso, sin una discográfica, sin una empresa que me mueva, yo he tocado en los pueblos más refundidos del Ecuador y en las ciudades más grandes; en los escenarios más pequeños y en los más grandes".
Y pone un ejemplo: "En octubre toqué en un evento en honor al patrimonio ecuatoriano en la Plaza San Francisco de Quito, como uno de los estelares. Eso se debe a que comparto mi arte. Yo trato de considerar las redes como otra forma de arte, talvez un arte más comunicativo, no solo sonoro, ni solo visual, sino comunicativo en general. Eso me ayuda a que no sea tan pesado. También está la realidad de que es un trabajo extra. Pero todo tiene cosas buenas y malas. El yin y el yang".
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