¿Qué es el 'female gaze'?: la visión femenina se adueña del cine

La expresión ha estado sonando en estos últimos años. Se trata de ‘female gaze’, que ha cobrado relevancia en el cine, la literatura, la fotografía y otras formas de arte para promover una mayor diversidad y representación en la narrativa visual y cultural.

Pero ¿qué es el female gaze? Su traducción es ‘mirada femenina’, y justamente es a eso a lo que se refiere. Está ligado a los personajes, vestuarios y situaciones en el mundo de la ficción que fácilmente estarían sacados de la mente de una mujer.

De ahí se origina también la frase de redes “escrito por una mujer”, que se refiere a un personaje que sea tan perfecto como la mente de una fémina podría imaginarlo. Si no lo cree, basta con ver a protagonistas como Nick Nelson de Heartstopper o Petta Mellark de Los Juegos del Hambre, escritos por mujeres, para comprobar esta no tan descabellada teoría.

El enfoque incluye la representación de relaciones, intimidad y la subjetividad femenina, así como la exploración de temas que afectan a las mujeres de manera única.

La evolución de su origen a su rol actual

El concepto de mirada femenina en el arte surgió como respuesta al concepto de ‘male gaze’, propuesto por la teórica feminista Laura Mulvey. En su ensayo Visual pleasure and narrative cinema (Placer visual y cine narrativo, 1975), Mulvey argumenta que muchas películas están construidas desde una perspectiva masculina, porque en su mayoría son ellos quienes las producen. Esto resulta en la objetivación y sexualización, intencionada o inconscientemente, de las mujeres. 

Virginia Sotomayor, codirectora del Festival de Cine Feminista Ecuador, cree que esta nueva perspectiva es necesaria. “Nos muestra la diversidad de seres humanos que existimos”, pero también le da “fuerza a voces de experiencia que han sido invisibilizadas y que lo siguen siendo, pero eso ya está cambiando”, analiza. 

De esta manera, el cine se vuelve “un espacio de representación más fiel y sensible a las realidades de mujeres”. La gestora cultural enfatiza en que el rol actual de la perspectiva femenina es importante, porque “nos permite cuestionar y reconstruir la forma en que se representan las experiencias femeninas en la pantalla”.

Al presentar a las mujeres como sujetos activos y complejos, se abren espacios para mostrar una mirada genuina y real, que es lo que demanda la audiencia actual. “El público, cada vez más, busca contenidos cinematográficos y televisivos que presenten personajes auténticos y complejos, que reflejen la diversidad de personas que hay en el mundo y que sean personajes con los que nos podamos identificar, porque son más reales y menos idealizados”, asegura Sotomayor.

Female Gaze en los estrenos de 2024

Esta visión, que se ha destacado en los estrenos cinematográficos de 2024, ofrece una perspectiva fresca frente a las narrativas tradicionales dominadas por el ‘male gaze’.

En Kung Fu Panda 4, por ejemplo, la Camaleónica desafía al protagonista no solo con una notable inteligencia y estrategia que trasciende lo convencional en personajes antagonistas femeninos, quienes suelen ser malos por simple envidia o por una historia de desamor.

En Furiosa, de la saga Mad Max, el centro gira en torno a una versión más joven de Furiosa. Este personaje no solo se enfrenta a un mundo posapocalíptico brutal, sino que también simboliza resistencia y liderazgo en un entorno hostil.

Por último, en Desafiantes, estrenada en abril, Zendaya interpreta a Tashi, una excampeona de tenis que maneja las tensiones personales y profesionales de un triángulo amoroso, mientras redefine la narrativa del drama deportivo desde una perspectiva empática y poderosa.

Wicked parte 1 rompe los estereotipos

Wicked es el cuarto eslabón de una cadena de adaptaciones, todas ellas muy bien logradas ante los ojos de la crítica internacional. La cinta, llevada a la pantalla grande el pasado 22 de noviembre, surge del clásico musical de Broadway. Este, a su vez, se basa en la novela de Gregory Maguire de 1995, Wicked: La vida y los tiempos de la malvada bruja del oeste, que se inspira en la novela de fantasía de 1900 de Frank L. Baum, El maravilloso mago de Oz. El hecho de que esta película sea una fiel adaptación de una obra publicada en el siglo pasado demuestra que el ‘female gaze’ es una perspectiva que ha estado empujando por salir desde antes de lo pensado.

En la historia, cada personaje femenino (o al menos Elphaba y Glinda, que son las protagonistas) tiene sus propios deseos, luchas y ambiciones. Quizás es en la futura Bruja Malvada del Oeste en la que esto se evidencia más desde que canta The wizard and I al inicio de la película. Pero en el personaje de Ariana Grande también, aunque de manera disimulada. La feminidad y estereotipos de Glinda no están escritos para complacer al príncipe Fiyero, sino que ella los usa a su favor para conquistarlo a él y a toda la academia, y lograr sus objetivos propios.

La escritora del libro, Winnie Holzman, explica que “sí, es la historia de dos chicas, pero el motor de la primera película es realmente el viaje de Elphaba y cómo encuentra su voz para decir la verdad a los poderosos”.

El patrón promete continuar en la segunda entrega, que se estrenará el 25 de noviembre de 2025, pero profundizando en la bruja buena. “La segunda película trata sobre Glinda, que ve el mundo de una manera diferente y cambia a su manera. Una vez que lo planteamos desde el punto de vista emocional y narrativo, y nos comprometimos con él, todo realmente encajó”, asegura Holzman.

Moana 2: la nueva era de princesas

Las historias de Elsa, Tiana, Mulán, Mérida y Moana son muy distintas, pero tienen dos cosas en común: aunque pertenecen a Disney y a algunas se las asocia con la realeza, no todas son princesas ni obedecen las normas impuestas. En la edición de EXPRESIONES publicada el 28 de noviembre, el cinéfilo Jorge Suárez, quien cada semana comparte la crítica de un estreno, habla sobre la falta de visión masculina en Moana 2.

“Las canciones, como todo lo actual, es energía con sesgos de romanticismo y esa montaña o volcán apagado adquiere con sus trazos el misticismo de las cosas hieráticas. ¿Qué le hace falta? Una dosis de masculinidad, porque la trama es decididamente feminista y quizás ello no satisfaga a los chiquillos que la vean”. 

Ahora, ¿es acaso eso algo malo? Lo que sabemos es que sí fue algo intencional. Según ha comentado la productora Osan Shurer, ella buscaba configurar un modelo de princesa que inspire “lucha y libertad”.

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