Esta es la fortuna que hereda Carlos III
El rey de Inglaterra solo recibirá los bienes personales que le haya designado específicamente la difunta monarca, Isabel II. Aquí los detalles
Isabel II poseía más de 500 millones de dólares, según London Times Rich, y entre sus bienes figuraban palacios (entre ellos, el de Balmoral, en Escocia, donde falleció), joyas, caballos, tierras y vehículos.
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Leer másPor otro lado, la revista Forbes indicó que la monarquía británica posee patrimonio inmobiliario que no puede ser vendido: el Crown Estate, una colección de tierras y propiedades en el Reino Unido que pertenecen a los reyes como una corporación única: 19.500 millones de dólares; el Palacio de Buckingham, residencia oficial de los soberanos en Londres: 4.900 millones de dólares: el Ducado de Cornualles: 1.300 millones de dólares; ducado de Lancaster: 748 millones de dólares; palacio de Kensington, residencia real situada en Londres: 630 millones de dólares; el Estado de la Corona de Escocia: 592 millones de dólares.
La reina heredó de su padre (Jorge VI) la finca de Sandringham, y su madre (Isabel) le dejó más de 70 millones de dólares al morir.
Sin embargo, a estos territorios se suman otros como los de Kensington, Tutbury y la aldea de Ghoatland.
Entre sus joyas figura una colección personal valorada en más de 10 millones de dólares, mientras que los demás elementos del joyero real pertenecen al Estado.
También contaba con unas cuadras con treintena de caballos que le aportaban más de 10 millones de dólares.
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Leer másEntre sus vehículos hay algunos que suman una cantidad de más de 15 millones de dólares.
La reina contaba con tres fuentes de ingresos: la subvención soberana, que era una cantidad anual que pagaba su sueldo y los gastos de compromisos oficiales; el Privy Purse, una especie de monedero con el que tenía derecho a tierras, propiedades y activos; y los bienes personales. Ahora que ha fallecido, la mayor parte de su patrimonio personal pasará a manos de Carlos III.
De hecho, Fortune indica que hay una cláusula legal especial que exime a la monarca de pagar el impuesto de sucesiones sobre el patrimonio dejado por su madre, y esta misma se aplicará también a Carlos.
A pesar de heredar tanto el trono como el patrimonio, el monarca seguirá sin recibir directamente el patrimonio inmobiliario de 28.000 millones de dólares y solo recibirá los bienes personales que le haya designado específicamente la difunta monarca.