Francesca Ferrero: "Me visualizo en un ring de boxeo con Cynthia Viteri"
EXPRESIONES conversó con la mediática doctora 'restaurantera', con el objetivo de adentrarnos en la novela de su vida.
Médica, conferencista, empresaria, defensora de derechos humanos, restaurantera de corazón y enamorada de Guayaquil. Hablamos de Francesca Ferrero, quien hoy responde El Cuestionario.
Ahora que en Ecuador se habla de autodefensa, ¿es una mujer de armas tomar?
Sí, siempre he sido líder, tirada para adelante. Desde pequeña he estado en búsqueda, siempre aprendiendo. Me incliné a la medicina por querer salvar a las personas. En la pandemia vi todo mi aprendizaje puesto en acción.
¿Y cuáles han sido sus armas?
Mi opinión. Ser apasionada y auténtica a veces me ha jugado en contra porque era sin filtros y la gente no está acostumbrada a eso. No soy hipócrita si alguien me cae mal, pero con el tiempo lo he ido modulando. Aprendí a ser diplomática en el sector gremial, donde debes tener inteligencia emocional. A veces me involucro mucho en las cosas y eso me ha cobrado factura en la salud.
¿Cómo responde a los ataques en redes sociales?
Trato de ponerme en los zapatos de la otra persona. Pero si veo a un troll o a alguien que no tiene identidad y hace daño a la opinión pública e impide pensar o evita que alguien opine con base en su experiencia, ataco con todo, pero con inteligencia, lo desmantelo y bloqueo. Hay que ‘mutearlos’.
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Leer más¿Qué rasgos la definen?
Tengo un carácter complejo. Con el tiempo aprendí a no ser dueña de la verdad. Ahora defiendo mi posición con pasión, pero escucho a los demás, a quienes han tenido otras vivencias y experiencias. Debes distinguirte, amarte y aceptarte en tus diferentes facetas.
Una mujer en acción constante como usted, ¿ante qué se paraliza?
Solo cuando tocan a mi familia. Mis últimos años han sido muy complejos. Desde que fundé la Asociación de Restaurantes en el año 2020, aprendí muchísimo del tema gremial político. El tener voz en espacios donde otros no la tienen para defender sus derechos.
Con respecto al impacto social que afectó a quienes trabajaban en la calle Guayacanes en Urdesa, no podía quedarme callada ante tal injusticia. Me di cuenta de que la política no necesariamente trabaja para la gente, sino para agendas personales. Prima el ego y no el bien común.
¿Ante qué fluye?
Con todo lo que me apasiona, me preocupa mi ciudad, mi país. Sueño con verlo como un destino ecoturístico, como una potencia gastronómica que nos ponga en el mapa. El problema es que no tenemos identidad ni orgullo de país, debemos rescatar nuestras culturas ancestrales.
¿De qué se siente orgullosa?
De bastantes cosas, pero me cuesta verme y distinguirme. La gente me escribe y me felicita, pero yo solo comunico con base en mi experiencia y mi impotencia ante lo que sucede. He llorado luego de salir en un noticiero o un espacio de opinión y me digo: “Wow, qué hermoso es poder ayudar y servir”.
¿Qué le dice el espejo?
Veo a una mujer que cumple sus sueños, respetando a los demás y empoderando a mi género. El 70 % de mi personal es femenino y de familias. Trato de hacer las cosas bien. Los cambios comienzan desde adentro, con tu gente.
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Leer más¿Se ve como Juana de Arco o como la Mujer Maravilla?
Soy Wonder Woman, yo me lanzo y me atrevo, no vivo encerrada en el miedo, sino pensando qué puedo hacer para mí en 24 horas. Juana de Arco terminó muerta (risas), aunque sí lo fui en la Asociación de Restaurantes.
En una entrevista con Gloria Gallardo, ella habló de alguien que tomaría su posta y todo apuntaba a que hablaba de usted. ¿Es así?
(Sonríe) No quiero comentarlo. Mira, trabajar con ella fue grandioso. Siempre la he admirado. En tiempos de pandemia, siendo alguien vulnerable, nos convocaba a todos a dar el corazón por la ciudad y su gente. Aprendí de Gloria Gallardo a ser diplomática y manejar mis emociones. Es difícil calzar en sus zapatos y superarla. Imagínate, ¡qué referente!
¿Quién o quiénes son su salvavidas cuando no da más?
Mis hijos. Cuando ya no tengo fuerzas, recuerdo que ellos necesitan la mía. Para refugiarme también busco el mar, un árbol, pisar el césped, respirar y agradecer.
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¿Con quién se ha visualizado en un ring de boxeo?
Con Cynthia Viteri. La admiro en algunas cosas, pero lo sucedido en su Alcaldía fue súper frustrante, se desconectó del ciudadano.
¿Qué quisiera retomar?
La práctica médica. El ambientalismo también me apasiona. Tengo un mapa de sueños y en él está la banda presidencial, no porque quiera ser presidenta, sino para recordar la pasión por mi país, mis raíces y el liderazgo.
¿Qué suelta?
Los momentos en los que no fui mi mejor versión. Pero no suelto las malas decisiones, porque aprendí de ellas.
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Leer más¿Qué retiene?
El aquí y ahora.
¿Qué rescata?
Haberme dejado llevar por el corazón y entregarlo a los demás.
Si fuera un plato, ¿de qué estaría compuesto?
Una mezcla de sabores, combinaciones que puedes armar a tu gusto. Honestidad, perseverancia, pasión, vulnerabilidad, humildad, servicio, carisma, excentricidad, creatividad, recursividad.
¿Listo para hornear y luego saborear?
Para empacharse, otros dejarían de comer. Conmigo, nada a medias.
¿Su última locura?
La cometo a diario (risas). Quiero irme a la selva sola y meterme al Yasuní.
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Leer más¿Su última metedura de pata?
Normalmente, siempre es gremial.
En la novela de la vida, ¿sería la buena de la historia?
Sería la incomprendida de la historia, la Marimar (risas).
PING PONG
¿Mala?
Para las matemáticas. Dividir no sé. También tengo un tema de memoria a corto plazo. Todo anoto.
¿Audios o textos?
Prefiero que me escriban.
¿Defectos?
Mi reactividad, cuando estoy en el lado oscuro. Trabajo en eso.
¿Canciones?
Midnight city.
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Leer más¿Artistas para ver?
Marc Anthony.
¿Y para no ver?
Bad Bunny.
¿Canta?
Música cortavenas.
¿Baila?
En una ceremonia de medicina ancestral.
¿Bebida?
Limonada.
¿Y con quién se tomaría una jarra?
Con Nayib Bukele. Me encantaría.
¿Series?
CSI. En un tiempo quise ser médica legista.