Frida Kahlo y la más reciente polémica sobre una de sus obras
Expertos cuestionan la veracidad de "La Mesa Herida", que fue puesta en venta por un distribuidor de arte
La Mesa Herida, de Frida Khalo, ha representado un tesoro inalcanzable para los historiadores de arte por décadas. La pintura fue hecha en 1940, y fue vista por última vez en una exhibición Polaca en 1955.
Ahora, ha surgido un posible rastro de la pintura desaparecida. Sin embargo, los investigadores se mantienen incrédulos.
Cristian López Márquez, un comerciante de arte co-propietario de la empresa The Billion Art, anunció que había descubierto una pintura que se había perdido hace mucho, y que la vendería a petición de su dueño anónimo, quien no quiere subastas. “Está en venta por unos 42 millones de euros” dice a El País. De acuerdo a su relato, la obra está guardada en una bóveda de alta seguridad en Londres, después de haber viajado allí desde México en diciembre de 2019.
Sin embargo, los estudiosos de las obras de Kahlo, que fueron entrevistados por la Associated Press, argumentan que las alegaciones de López son, a lo mucho, dudosas. La historiadora de arte Helga Prignitz-Poda, que ha investigado obras desaparecidas, dice que las imágenes del cuadro de López tiene diferencias muy claras con la obra de Frida.
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Leer másA pesar de que La Mesa Herida siempre se ha descrito como un óleo sobre tabla, está registrada como una obra sobre lienzo. Sería la misma base que usó Kahlo en Las Dos Fridas, su primer gran fromato, realizado unos meses antes que La Mesa Herida.
Según esta historiadora, es probable que sea la copia de una copia, debido a que tiene similitudes con copias inexactas de la original.
López defiende la autenticidad de la obra. “El tiempo nos dará la verdad” le dice a AP. “Quien muestre verdadero interés y pueda pagar 40 millones de euros, puede tomarse todo el tiempo que quiera analizando la obra.”
La Mesa Herida fue el trabajo más grande de Frida hasta el momento de su creación, según Gabriella Angeleti para Art Newspaper. Medía más de un metro de alto y 2,5 metros de ancho, y presenta a la artista sentada en una mesa, quizá como una oda irónica a La Última Cena (de Leonardo Da Vinci), viendo directamente al espectador, flanqueada por un Judas de papel maché, un esqueleto y su venado. A su derecha, están sus sobrinos, Antonio e Isolda; y nudos en forma de vulva están en la mesa sangrando al suelo. De acuerdo con FridaKahlo.org, esta obra simboliza su desesperación y soledad tras su divorcio con el artista Diego Rivera.
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Leer másFotografías de la Casa Azul, hogar de Frida, muestran que La Mesa Herida estuvo colgada en varios lugares a través del tiempo. Más tarde, Frida envió su pintura a Moscú como un “regalo de amistad”. Nunca fue exhibida en la Unión Soviética, y fue consignada a las bodegas.
Después de la muerte de la artista, la obra fue prestada a una galería en Varsovia. Tras esta exposición, desaparece el rastro de la pintura y los historiadores no han logrado determinar el paradero de la obra de arte.
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Leer másEL SUPUESTO VIAJE DE LA MESA HERIDA
El cliente anónimo de López tiene una versión de los hechos sobre la desaparición de La Mesa Herida.
Despues de la muerte de Kahlo, Diego tenía el deseo de recuperar toda su obra. A partir de eso, entra Ignacio Marquez Rodiles en el relato.
“Acordaron que Márquez iría a Moscú para devolver esta pieza a México, pidiendo solo a cambio los gastos del viaje de vuelta”, afirma el escrito del empresario que vende esta pintura.
Márquez regresó con la obra en 1957, pero la salud de Diego había empeorado y “recibía a muy pocas personas”. Márquez guardó la obra después de la muerte de Rivera, y la mantuvo a salvo mas de 20 años.
A finales de 1979, Márquez le comenta a Julio César Millán Tamayo de la existencia de la pintura. “Millán compro la obra en completo secreto. Pero a su esposa nunca le gustó” según el actual propietario. En 1983, Millán se la vendió al padre del actual propietario, y este se la la dejó como regalo y legado en 1991.
El comerciante cuenta con documentos como la cesión en herencia de la pintura al actual propietario, como prueba de legitimidad.