Frida Sofía, ¿por qué hay que creerte?

La influencer mexicana, quien lleva mucho tiempo alejada de su madre, ha vuelto a sacudir la opinión pública, no solo de México sino de otros países del mundo hispano. Frida Sofía (29) acusa a su abuelo, el cantante y actor mexicano Enrique Guzmán, de haber abusado sexualmente de ella desde que tenía cinco años. “Me manoseó”, dijo antes de romper en llanto en una entrevista con el comunicador Gustavo Adolfo Infante.

La joven, quien también señala a varios exnovios de su mamá como abusadores, se detuvo en su abuelo, a quien define como “un hombre muy asqueroso, muy abusivo” que siempre le daba miedo. “Es un delito lo que me hizo. Lo más asqueroso de todo es que cuando estás tan chiquita te dicen que esto es lo que un abuelito le hace a su nieta que la quiere. A esa edad no tienes ni idea ni conciencia y se vuelve algo normal”, reveló por primera vez la mexicana, que el jueves pasado habló de acciones legales contra Guzmán. 

Entre lágrimas, contó la vergüenza que sintió ante el abuso: “Qué asco, pero en alguna ocasión ya se empieza a sentir rico porque te están tocando tus partes íntimas. Por eso me lo callé, porque dije: ¿entonces, yo estoy enferma o qué onda?”.

Ante estas acusaciones, EXPRESIONES consultó con la comunicadora y psicóloga Úrsula Strenge y la activista Paola Andrade, directora de No Más Abuso Sexual, para analizar el comportamiento y las denuncias hechas por la hija de Alejandra Guzmán.

ÚRSULA STRENGE: "NO HAY QUE TOMARLO A LA LIGERA”

“Hay que revisar la dinámica de la familia, más allá de lo mediático de los personajes. A veces nos dejamos llevar por los afectos, la admiración y el morbo. Por estas razones este caso se ha viralizado”, dice Úrsula Strenge, quien hace hincapié en que a través de las denuncias de Frida Sofía, han salido a la luz imágenes y videos de archivo que muestran un historial de maltratos y abusos por parte de Enrique Guzmán, abuelo de Frida.

 “Hablamos de un hombre que se permite tocarle los senos a Verónica Castro en un show y, en otro momento, habla de que su hija, Alejandra Guzmán, ‘está buenísima’. Si te permites hacer y decir estas cosas al aire, ¿qué pasará dentro de casa?”. Sostiene que en la actualidad sería impensable permitir actitudes así. “Es fácil juzgar la conducta de riesgo de Frida Sofía, pero muchas veces detrás de eso se oculta algo que lo ha promovido. No hay que tomarlo a la ligera. Cuando una mujer levanta la voz, sea mediática o no, hay algo detrás”, concluye.

PAOLA ANDRADE: "SUS COMPORTAMIENTOS SON SECUELAS"

“No es una niña rebelde que habla mal de su mamá, sino que son actitudes de alguien que ha sido violentada sexualmente. Sus comportamientos son secuelas”, señala Paola Andrade, directora de la organización No Más Abuso Sexual y consultora de Unicef. 

La activista indica que lo más probable es que Alejandra también haya corrido la misma suerte de su hija. “Ambas han sido víctimas de violencia verbal, psicológica y física. Cuando alguien ha vivido estos tres abusos, es casi imposible que no haya experimentado el cuarto, que es la violencia sexual, el más aberrante. Frida en general ha sido siempre clara en todo, menos en hablar directamente de su abuelo. Yo me tardé 32 años en decirle a mi madre que fui abusada. Soy una sobreviviente”.