¿A Gabriela Pazmiño se le acabó la carrera?

La presentadora de TV, Gabriela Pazmiño de Bucaram (44) se inició a los 15 años en el programa 'Nubeluz' y sus recientes apariciones en pantalla fueron en la revista familiar 'En contacto', de Ecuavisa (octubre del 2019).

Alegó que se retiraba por su familia. Ahora, contra ella y su esposo Dalo Bucaram, el juez Marco Eduardo Guerra emitió una orden de captura. Esta medida tiene relación a la presunta participación en la venta de insumos médicos con sobreprecios en los hospitales durante la emergencia sanitaria.

 Antes, durante y después de la cuarentena, ella ha permanecido con su familia en Estados Unidos.

Al consultarle sobre lo que hace en ese país, en varias conversaciones comentó que al principio se fue de vacaciones pero que no pudo regresar porque se prohibieron los vuelos a causa de la pandemia. 

Quiso operarse la nariz pero no pudo porque sufrió de ataques de pánico, en marzo celebró el cumpleaños de su esposo (38) y a fines de este mes su hija mayor (Dalia) se convertirá en quinceañera. 

Y mientras continúa trabajando en su proyecto de un negocio de ropa, las redes sociales estallan.

En Instagram, por ejemplo, donde presume de 1’900.000 seguidores, muchos de sus mensajes de fe fueron respondidos con comentarios de grueso calibre contra ella y su familia política, y dejan por el suelo su imagen. Incluso, el presentador Jorge Heredia fue criticado por pedir al público que se maneje con prudencia.

Sobre si logrará salir de este bache y recuperar su imagen en el mundo de la farándula nacional, el sociólogo Carlos Tutivén asegura que en Ecuador todo se olvida fácilmente. Juan Carlos Salazar, especialista en redes sociales, considera que todo depende de cómo terminen los temas legales.

“Ecuador se caracteriza por olvidar casi todo”

“En estos tiempos, la fama (no el prestigio) se hace también de la ‘mala fama’. Hay un cierto gozo perverso en los públicos, en los consumidores actuales, de gustar de lo moralmente discutible. También podrían decir que ella no es el esposo ni la familia política. Todo dependerá de la campaña de relaciones públicas que haga, de la limpieza de imagen, después de algún tiempo. Además, Ecuador se caracteriza por olvidar casi todo”, dice el sociólogo Carlos Tutivén.

“Cierran las cuentas por un tiempo”

Según Juan Carlos Salazar, de la agencia de Comunicación Engage, “actualmente la reputación de los famosos se dicta mucho por las tendencias. Las personas en las redes sociales pueden ser muy duras, pero al mismo tiempo olvidan rápidamente. Por lo que si se pone un tiempo prudente de por medio, no creo que le perjudique. Salvo que haya una condena penal, que sí podría dañarla severamente, pero ni siquiera en ese caso pienso que podría acabar con su carrera”.

Añade que el número de seguidores podrá sufrir en el peor de los casos un descenso de un 10 hasta un 15 %, “pero con la tasa de crecimiento que tienen los famosos, eso lo recuperan en menos de un mes. Es importante considerar que las plataformas sociales no tienen ninguna política en la que se prohíba actuar desde las cuentas a pesar de una condena penal. El principal capital de ellos son sus nombres y sus redes, pueden seguir trabajando sin ningún problema”.

Considera que muchas marcas se alejan de ellos, pero por un tiempo. “Los famosos tienden a cambiar su discurso para adaptarse y sobrevivir. Eso combinado con la mala memoria de sus seguidores, hace que la gente los perdone rápido”.

Por lo general si la empresa es seria, en los contratos de trabajo “se incluyen cláusulas que revocan los contratos automáticamente en caso de que haya una mala actuación del influencer”. A otros eso no les interesa, mientras les cumpla con las publicaciones. 

“A veces cierran las cuentas cuando hay problemas, después vuelven a abrirlas. Tienen dinero invertido como para cerrarlas definitivamente”.