Gabriela Piñeyro: "Quiero envejecer con Emilio"
La esposa del presentador de 'De casa en casa' e hija del fallecido comentarista deportivo Rodolfo Piñeyro se especializó en nutrición infantil.
Gabriela Piñeyro (31), esposa de Emilio Pinargote, es madre de dos niñas, Isabella (5 años) e Irina (1 año con seis meses). Ambas son un ‘terremoto’, no se quedaron quietas ni un instante durante la entrevista. La segunda de ellas sufre de ‘mamitis’ y se parece físicamente al presentador del programa 'De casa en casa', de TC. “Antes de venir pedía que se porten bien”, dice entre risas.
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Leer másHija del fallecido comentarista deportivo Rodolfo Piñeyro, nacido en Uruguay, y de la exproductora de la revista 'Complicidades' María del Carmen García, la Pecosa (como la llama su esposo) no se inclinó por la comunicación ni el deporte. Desde pequeña le llamó la atención la salud y la alimentación sana.
Esto se convirtió no solo en su estilo de vida, sino además en su carrera. Se graduó en Nutrición en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo y se certificó en el método de alimentación complementaria para niños Baby Led Weaning en España.
Creó en las redes sociales Soy mamá siendo yo, dirigida a las madres, y Healthybk en la que ofrece tips de comida infantil y de crianza, además de talleres.
¿Usted es de las mujeres que nacieron para ser madres?
Siempre me encantaron los niños y dije que quería una familia de tres. Ahora me quedaría con dos porque estoy cansada, pero si Dios desea darnos otro, bienvenido sea. No nos cuidamos.
¿Seguramente buscarán el varón?
Conmigo Emilio tiene dos niñas y aparte tiene tres más (Fiorella, Samantha y Martina) en otras relaciones. Al principio deseaba el varón, pero después consideré que una niña iba a ser la mejor compañera para Isabella. Mis amistades dicen que debí haber sido parvularia o haber abierto una guardería (risas).
Para estar con los niños se necesita mucha paciencia...
Tengo mucha paciencia aunque, como cualquier ser humano, la pierdo en algunas circunstancias. No me veo en una oficina trabajando, prefiero hacerlo desde mi casa y estar con mis hijas todo el tiempo. Mi vocación es ser madre 24/7.
Ahora entiende mejor a sus padres…
Todavía no he vivido ciertas etapas, porque ellas son pequeñas. Siempre pido a Dios que me dé la sabiduría para guiarlas. Considero que no existen niños malcriados, la responsabilidad es de los padres, que muchas veces no sabemos cómo criarlos bien.
A inicios del 2021 usted enfrentó la partida de su progenitor...
Cuando nos enteramos de su enfermedad, ya era muy tarde. El cáncer de páncreas estaba muy avanzado. No había nada que hacer. Murió en febrero. Conocer a Dios antes de eso me dio la fortaleza necesaria. De lo contrario, creo que me habría muerto. Pudo disfrutar al máximo con su familia. Somos tres hermanos, Rodolfo, María Isabel y yo. Soy la mayor. A ninguno de sus hijos le llamó la atención el deporte.
¿Seguramente fue una experiencia durísima?
Agradezco a Dios que nos dio la oportunidad de pasar el último año de su vida juntos. Yo le decía que había sido bendecido porque le permitió prepararse. Para mi padre fue muy duro, pero logró entenderlo. Tenía 72 años y seguía trabajando en Gol TV.
De alguna u otra manera, son enseñanzas y pruebas de la vida.
Aprendí que la vida es una sola. Se planea mucho, pero de la noche a la mañana todo cambia. Lloré hasta el cansancio cuando lo supe. Gracias a Dios tengo a mi esposo, quien fue mi soporte. Emilio se portó maravillosamente con mi papá. Por mis hijas no me dejé caer. Me dio COVID-19 justo después de la muerte de mi papi. Seguramente mis defensas bajaron.
Dicen que usted fue la mujer que cambió a Emilio Pinargote...
(Risas) No lo hice. Cada quien decide hacerlo si lo considera. Tal vez yo solo lo llevé a ese cambio. Las mujeres somos las que los manejamos consciente o inconscientemente, más que nada a hombres como a Emilio.
¿A qué se refiere?
Emilio tiene un corazón enorme y defectos como todos, a veces es explosivo. Siempre digo que es mejor tener paz que tener la razón. De nada sirve discutir. Aquello no lo aprendí con Emilio, sino en otras relaciones. Si quieres tener la razón, está bien y todos somos felices. No es un matrimonio perfecto, existen altos y bajos. Nosotros nos casamos en 2017.
Nadie daba un centavo por él y muchos creyeron que no durarían juntos.
No sé si fui valiente. Considero que todos tenemos nuestra otra mitad, que nos está esperando. Dios quiso que unamos nuestras vidas. El problema de Emilio es que se inició muy joven sentimentalmente hablando. Eso influye.
¿Su familia no lo habrá visto con buenos ojos?
Obvio. Mi mami se oponía, ahora lo ama. Cualquier madre habría reaccionado de esa forma.
Con la ‘hoja de vida sentimental’ de Emilio, cualquier mujer viviría enferma de celos.
(Risas). Siempre las mujeres sentimos algo de celos. En mi caso no, porque me habría vuelto loca. Está en la televisión, es el medio en el que se desenvuelve. Le tengo confianza y eso es importante en una relación.
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Leer másUstedes son muy creyentes y católicos...
Antes no era así. En un retiro en Olón, al cual fuimos los dos, conocimos a Dios. Era católica, pero no practicante. Habré tenido 27 años cuando se dio este cambio. A veces solo es el hombre o la mujer, pero en nuestro caso los dos somos creyentes. Durante la pandemia bauticé a la segunda de mis hijas. Y no soy partidaria de ligarme para no procrear.