
Gabriela Wiener: La vanguardia de Mariátegui en una ficción
En 'Austurparia', la autora recuerda la palabra con la que los alemanes nombran la nostalgia por el Este: Ostalgie
La escritora peruana Gabriela Wiener aborda la revolución en su más reciente novela, Atusparia (Random House, 2024). El título es también el alias de su protagonista; es un colegio amazónico y comunista; y es el apellido de un líder indígena del siglo XIX.
A fines del año pasado, la autora le confirmaba a la periodista Nerea Pérez de las Heras –en una entrevista de El país– que se trata de su libro menos autoficcional. Luego del periodismo gonzo que dejó una primerísima perspectiva sobre la sensualidad (Sexografías) o la maternidad (Nueve Lunas), Wiener ajustó cuentas a través de su historia familiar cuando abordó el mestizaje y la migración (en la premiada Huaco retrato).
“Fui fundamentalista de la literatura del yo, en algún momento hasta miraba con asco la ficción”, respondía la escritora que desdobló la primera persona incluso en una suerte de colección de postales (Llamada perdida). El retorno hacia lo ficticio vendría con el libro que se tradujo al inglés como Undiscovered.
También en el colegio por el cual ella pasó había profesores soviéticos, pero la invención es lo que ahora cuenta. Y la recibe una América en la que apogeo de las derechas se muestra desvergonzado y en todas las pantallas. En una época donde la nostalgia por lo que pudo haber florecido al otro lado del muro ha caído, Gabriela Wiener reafirma que “la adolescencia es una revolución en sí misma, pero también es la mejor forma de hundir revoluciones”.
En ‘El Cole’ de la novela la reafirmación de la cordura escolar impide que ahí se enseñe inglés o religión. “Se habla ruso y se propugna el ateísmo convencido. Pero, en otro sentido, los atusparianos somos más creyentes que los mismísimos católicos”, suelta la narradora, sin temor a hacer visible lo que la izquierda vive con discreción. “La emoción revolucionara es religiosa (...), lo más parecido a una entelequia como Dios sería la Masa”, constata como relectura de José Carlos Mariátegui (1894-1930).
Una izquierda para el futuro
En Atusparia la verdadera perestroika es lo que a la ligera se puede llamar la pérdida de la adolescencia. La narradora, en cambio, lo llama bellamente “una evolución lenta, silenciosa” que sucede cuando “el celibato de la primaria cede y da paso a ese calor inmundo en el cuerpo que solo las niñas confundimos con el amor y las ganas de suicidarnos”.
Si en algún momento Gabriela Wiener se propuso revivir ese fervor por cambiar el mundo, en lugar de conformarse con su brutalidad hoy tan aceptada, el objetivo parece cumplirse. Mientras discurren las páginas de Atusparia, un lector distraído apenas puede preguntarse qué provocarían sus interpretaciones del mundo pasado en los estudiantes que fueron becarios en países soviéticos. Pero se inscribe en la ficción especulativa, un género que suele estar más presente que el testimonio de los hombres viejos.
Late una desacralización política de lo amoroso. “Detrás de toda historia, de todo contexto social, político, universal a gran escala, hay una cama y unos impulsos humanos de los más infantil, bajo terrorífico o luminoso”, ha dicho la autora.
Mientras desentraña lo colectivo, entre cosmonautas y desencantos, reafirma: “lo que tiene que ofrecer la izquierda es el ocio, es la nada, es el descanso”. Se han apropiado de la palabra libertad “desde el conservadurismo (...) También la usa una especie de progresismo que no se atreve a ser de izquierda, que solamente habla de unas libertades y no de otras”.
Y como sobre las autoras pesan todavía los prejuicios del mercado, hay que aclarar que aunque estas páginas abordan esa etapa temprana de la vida, no se trata de literatura para jóvenes.
¿Quién es Gabriela Weiner?
Es escritora y periodista peruana residente en Madrid. Sus primeras historias se publicaron en la revista ‘Etiqueta Negra’. Es parte de @Sudakasa, un proyecto colectivo de arte y escritura migrante. Undiscovered, la traducción al inglés de su novela Huaco Retrato, fue finalista del Booker Prize International 2024 y del PEN América.