Gladys Guerrero: "Quiero decorar un árbol como el de Rockefeller Center"
En Navidad, esta guayaquileña resuelve el tema de la decoración no solo en casas, también en plazas y urbanizaciones
En ella nada es monótono, siempre da paso a la creatividad, sobre todo si se habla de decorar. Desde hace ocho años emprende en Navidad Desings, desde el cual renueva, refresca y transforma los espacios con el toque navideño.
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Leer másEmpezó decorando casas, luego sets de televisión y ahora se suman a su lista urbanizaciones y plazas con árboles que pueden llegar hasta los seis metros de altura.
Su talento y arte en las manos hace que la busquen desde el mes de octubre, cuando empieza a armar una agenda que suele estar llena hasta el 24 de diciembre. Definitivamente, la mueve su pasión por lo que hace.
Aquello lo balancea con su faceta de madre, y ya está inspirando al mayor de sus hijos, quien estudia arquitectura, para juntos transformar la ciudad.
Tips para el hogar
Para quienes aún no han armado el árbol, Gladys da algunas sugerencias:
1. La tendencia es el árbol tipo bosque encantado. Para aplicarla, se colocan muchas ramas, adornos de animales (como venados y ardillas, por ejemplo), además de cerezos con nevados, entre otros.
2. Si las casas son de techo alto, lo ideal no son los árboles de tamaño estándar, sino más bien de unos tres metros.
3. Hay que evitar que se vean los cables de luz. También hay que esconder convenientemente los hilos de los adornos.
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El aroma de los platos de su abuela viene a la memoria de Gladys cuando habla de su infancia. “Desde niña me encantaba decorar las tortas y los dulces”, cuenta. Y añade que a corta edad también empezó a adentrarse en el negocio gastronómico.
“Tenía cuatro años y ya disfrutaba de estar en el restaurante de mi abuelita. Cuando crecí, mi papá también abrió un local y eso hizo que yo estudiara en la Escuela de los Chefs”.
Así empezó a ganar experiencia. Trabajó al calor de las estufas hasta el 2015, ya que el camino de la decoración llamó su atención.
“De chica también hacía los árboles de Navidad para mi familia. Era solo un hobby. Una tía de Quito ofrecía en su casa talleres de decoración navideña y yo me quedaba fascinada”.
No fue hasta que vio un posteo en Instagram que decidió dejar su faceta de chef para empezar a desenvolverse en un nuevo nicho.
“Vi emprendedoras de Brasil haciendo cosas maravillosas para esta época, y me dije: ‘Yo también puedo decorar así de lindo’”, recuerda.
Empezó de manera gratuita con las casas de su familia, hasta que luego, tras cursos recibidos, comenzó a monetizar su trabajo bajo el nombre de Navidad Designs. “Ahora no me alcanzan las manos para todos los hogares que tengo para trabajar”, cuenta satisfecha.
Entre cintas, luces y estrellas
Aunque desde noviembre de 2015 venía dando a conocer su nombre, todo empezó a catapultarse durante el año de la pandemia. “Ya estaba haciendo decoraciones por distintos sectores de Guayaquil y Samborondón, pero en 2020 la necesidad de mejorar los ánimos hizo que desde el 15 de octubre la gente me empezara a llamar. Y eso sigue ocurriendo hasta ahora. Ya la gente no espera decorar recién la primera semana de diciembre, como ocurría antes”.
¿Pero en qué consiste su trabajo? Gladys explica que decora según el gusto de cada persona. “Hay a quienes les gustan las flores, a otras los muñecos o sino los brillos... todo varía. Por eso primero es importante conversar con los clientes para inspirarme en la decoración, lo que implica el árbol, centro de mesas, pasamanos y más”, detalla.
En cuanto a su mano de obra, se puede apreciar lo prolija que es para trabajar. “Me tomo el tiempo para hacer que los cables de luz no se vean, abrir las ramas para que no queden espacios, ni que se note los hilos para colgar los adornos”.
Emprender también ha sido un camino de prueba y error. “Sobre todo al cotizar”, confiesa. “La primera vez que me pidieron decorar un árbol de seis metros para una urbanización, calculé mal los números y terminé poniendo de mi bolsillo $ 600 para la compra de adornos. Me quedé con la satisfacción de que quedó hermoso y los moradores quedaron contentos, al punto de que me recomendaron para más plazas y algunas garitas de Isla Mocolí. Valió la pena”, asegura.
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Leer másDe a poco se ha ido expandiendo a ciudades como Manta y Quito. También ha dictado talleres en colaboración con marcas para compartir lo que sabe, demostrar quién es ella y, sin duda, influenciar a las demás.
“En mi imaginación no tengo límites. Sé que cada emprendedora tiene su estilo. Y el mío hasta ahora ha gustado mucho”.
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Su espíritu navideño en la ciudad
Siente que está en su mejor momento profesional. Sin embargo, dice que todavía le falta camino por recorrer.
No va sola, suele tener la compañía de su hijo mayor, quien estudia arquitectura y está con ella sobre todo cuando le toca decorar árboles muy altos, cuya decoración puede tomar hasta tres días.
“La meta que tenemos con él es formar una empresa para diseñar las estructuras de grandes árboles y adornos, tanto para centros comerciales como plazas y, por qué no, la ciudad”.
Eso hace que cada vez Gladys trabaje con más fuerza. “Me encanta llevar la magia de la Navidad a los hogares, ver la cara de emoción de los chicos cuando llegan del colegio y gritan ‘¡Ya está el árbol!’. Eso para mí es todo”.
No solo para los demás, sino también en su propio hogar, donde no falta el concepto de ciudad blanca. “Eso es infaltable, lo pone mi hija de ocho años”, dice orgullosa.
Como buena creativa, no para de soñar. “Algún día quiero decorar para Guayaquil un árbol como el de Rockefeller Center”.
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