Héctor Yépez: "De chico estudié para ser cura"
EXPRESIONES compartió un café con el exasambleísta, quien hoy está volcado a su profesión de abogado y educador.
Abogado, político y exasambleísta, además de buen cantante y muy activo en redes sociales. Héctor Yépez contestó a las preguntas de El Cuestionario.
Tener talento vocal para cantar es una habilidad poco conocida para el público, pero no para su entorno...
Pues sí, pregúntale a mi esposa Antonella, quien está cansada de oírme cantar (risas).
¿Y recuerda la canción con la que ella le dijo sí?
Más que la canción fue el género, me refiero al blues. Íbamos a conciertos en los bares de Las Peñas y ahí nos enamoramos.
Siempre fue alumno pilas, me dicen que ganó un concurso internacional de ortografía.
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Leer másFue en El Salvador, tenía 17 años.
¿Desde esa edad ya era contracorriente?
Como buen abogado peleo contra lo que me parece injusto. En alguna ocasión presentamos una acción ante la Corte Constitucional para que no exijan el certificado de votación. No se puede dejar a alguien sin derecho a la justicia por no haber votado. Siempre me ha gustado luchar por lo que creo justo. Hay que defender siempre las convicciones.
¿Es cierto que le tiene fobia a las comisarías policiales?
Sí, pero no porque haya tenido problemas en alguna comisaría(risas). Hay que aclarar, cuidado. En una época defendí varios casos contra abusos policiales, uno de esos casos fue el de Diva Nicotina que lo habían cerrado injustamente. Ahí me pagaron con comida y trago e invitando a salir a mi ahora esposa terminé con la cuenta al revés, hasta que un día me dijeron que estaba con el saldo en contra (risas).
Una frase suya es ‘un voto de conciencia y fidelidad a la visión del cambio’.
No la recuerdo, seguramente la dije hace tiempo. Un voto de conciencia define en gran parte lo que uno tiene que hacer en la vida. Hay que defender el bien.
¿En qué otras cosas es consciente y fiel?
Empezando por la familia, a mi esposa Antonella y a mis hijos, Héctor y Catalina. Hay que ser fiel a lo que es correcto, si todos actuáramos así, la sociedad sería distinta.
¿Y para qué otras cosas es visionario?
Le atino a las cosas que van a ocurrir en el país, por desgracia. A veces no quisiera hacerlo.
¿Tiene la facultad de la premonición?
No, pero sí la de saber leer el panorama. No es cuestión de esoterismo ni nada mágico. Es saber lo que pasa en la sociedad y, así, a donde vamos para bien o para mal. Pero de nada sirve tener esa visión si no tomamos la función de actuar, aunque eso tenga un costo en lo personal. Lo importante es arrimar el hombro para mejorar el país en medio de esta situación dura que se vive.
¿Siempre ha sido consecuente con sus convicciones?
Creo que sí.
Porque alguien me dijo que, cuando era soltero, usted era liberal, pero luego de casarse y ser papá se hizo conservador.
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Leer más(Risas). Siempre fui conservador. De chico estudié para ser cura. De ahí tuve una época muy liberal, pero poco a poco la vida me cambió de nuevo en temas como defender la vida. Imagínate luego de ver el eco de mi hijo... me interesa que el ser humano, más allá de si es algo para ti o no, crezca en un ambiente sano, lejos de la violencia y la desnutrición. Al final todos deberíamos unirnos en función de eso, pese a que pensemos diferente.
Imagínese que todos pensáramos de la misma manera
Sería aburridísimo.
¿Usted es un bombero en las redes sociales?
Apago fuegos y a veces los prendo también (risas). Las cosas hay que decirlas de frente. No estoy activo en la política, pero por eso no debo callarme. Sigo alzando la voz para defender las cosas en las que creo. Al mismo tiempo respeto a los que no piensan como yo, pero defienden sus convicciones.
¿Y ante qué o quiénes es nada tolerante?
No me va la gente tibia, hipócrita. Una cosa es cambiar de opinión y otra es acomodarse a las circunstancias del momento y no sabes si es chicha o limonada. Hay que ser definido.
Como hombre amante de la historia, ¿a qué personaje que ha trascendido en el tiempo le hubiese gustado invitar a su casa?
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Leer másPor lo religioso y su relevancia histórica a Jesús. Sería una experiencia maravillosa, más allá de si eres creyente o no.
¿Qué es lo primero que haría si se ganara la lotería?
Terminar de pagar mi casa (risas).
Si estuviera en mi lugar, ¿qué me preguntaría?
Si tu familia está bien con esta pandemia.
Si se quedara encerrado dentro de un frigorífico, ¿qué es lo primero que haría?
Soy buen diente, así que empezaría a comer para calentarme con calorías (risas).
¿Si su ukelele hablara qué diría?
Párame más bola.
¿Hombre de ‘lazos’?
Creo en Ecuador (risas). El presidente Lasso ha hecho cosas buenas y, en otras, debe corregir. Al final del día lo importante es el país.
¿Qué tal trabaja bajo presión?
Me gusta y a veces cometo el defecto de meterme en muchas cosas a la vez.
¿Qué valora en un líder?
Lo primero es su visión, luego la capacidad de inspirar para motivar a la gente a caminar hacia ella y la preparación, principalmente en su corazón.
Si se le apareciera Mi bella genio, ¿cuáles serían sus tres deseos?
Sharon Stone y un cruce de piernas inmortal
Leer másNo es de mi época (risas), pero sería bienestar para mi familia, sacarme la lotería y ayudar a los demás, principalmente a quienes tienen adicciones, siempre he apoyado causas.
¿Por una buena causa estaría en Soy el mejor o MasterChef?
Estaría en Yo me llamo, en algo en lo que no haga el ridículo.
Siendo buen diente, ¿con quién se comería un tigrillo: María Alejandra Vicuña, Silvia Buendía o Guadalupe Llori?
Con Guadalupe me comí un maito en El Coca hace varios años, yo era asambleísta y ella prefecta.
¿Con quién tiene pendiente un 'whiskacho’?
Con varios excolegas de la Asamblea con quien me llevaba muy bien.
DEBE SABER QUE...
En 2013, tras haber aceptado, declinó ser candidato a la Prefectura del Guayas para apoyar a otro candidato.
Es catedrático en la UEES.
Aunque es pésimo para la cocina, le salen bien las parrilladas.
Lo más duro de ser asambleísta fue haber estado lejos de su familia mientras vivió en Quito. Sus dos hijos nacieron mientras él legislaba.
Siempre le pide a un colega que revise un caso antes de ejecutarlo.
Es muy malo para recordar rostros.