Hernán Galíndez: "Quiero hacer historia como ecuatoriano"
Considerado uno de los mejores arqueros del país, este argentino, nacido en Rosario, es un fanático del locro de papa, de la Juventus y del pádel
El rosarino Hernán Galíndez (34) no solo venció a la pobreza con mucha perseverancia, esfuerzo y entusiasmo, sino también al sobrepeso. Sin poses y con buen ánimo, contestó todas nuestras interrogantes.
¿Por qué le dicen ‘Gordo’?
Yo era gordo antes. Y así me conocieron en Ecuador. Hay un video que le envié a Leo Campana, Christian Noboa, Enner Valencia y Ángel Mena y se morían de risa. Cuando clasificamos contra Anzoátegui por la Copa Sudamericana en 2014, me crucé todo el arco para festejar y no te imaginas la foto que me sacaron.
¿Para bajar de peso qué hizo?
Eliminé el azúcar, las gaseosas y el pan que era lo que más me gustaba y extraño. Desayuno avena, huevos...
¿Pero qué no perdona en la comida ecuatoriana?
Un locro de papa no lo dejo pasar nunca.
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Leer más¿Qué es lo más vergonzoso que ha vivido?
En cierta ocasión viajaba en un taxi en Quito y el conductor me reconoció, se voltea, me mira la panza y me dice: ‘pero no es tan gordo como dicen’ (risas)”.
¿Qué conserva de aquel muchacho de Estrella Juniors?
Las ganas de jugar al fútbol desde muy chiquito. Siempre con mi hermano decimos que la pelota es nuestro primer recuerdo, no hay nada antes de eso. Entrar en una cancha, el griterío de los padres, salir campeones y perder finales. Lo amateur no hay que perderlo nunca, es lo más lindo. A los 11 años me retiré entre comillas para jugar en cancha de 11 y fui a inferiores del Club Atlético Rosario Central.
¿Usted habla rosarigasino?
En algún momento, realmente no es una lengua, es una forma de bromear mientras se habla. Pero no me acuerdo de nada.
¿Y por qué lo llaman ‘carlito’?
¿El sánduche? (Risas) Para nada. Mira, mi esposa es de Buenos Aires y la primera vez que la llevé a Rosario le dije para comer un ‘carlito’. Es un pan tostado que lleva manteca, jamón, queso y un ingrediente que lo diferencia al resto: el ketchup, es lo más popular en mi ciudad y solo lo conocen allí.
¿Su corazón sigue dividido entre Argentina y Ecuador?
La verdad es que hoy estoy más cómodo acá que en Argentina. En los últimos diez años, 340 días paso acá. Veo a familiares y amigos, pero al poco tiempo empiezo a extrañar Quito. Disfruto esta ciudad y la conozco como la palma de mi mano. Yo decidí quedarme a vivir en Ecuador y nacionalizarme en 2016 a raíz del terremoto. Cuando pasé por un supermercado para comprar alimentos y ayudar con unos amigos a los afectados por la catástrofe, vi que las perchas estaban vacías. Supe que la gente envió todos los productos a la Costa. Me emocioné mucho y ese día dije ‘quiero quedarme a vivir acá’. La fuerza que tiene este país cuando se une es sorprendente.
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Leer más¿Pero me va a decir que no se emociona cuando juega Argentina y mete un gol?
Bueno, el otro día pasó algo en Twitter, subí una foto con Ángel Di María, de quien fui compañero. Ni siquiera felicité a Argentina, me alegraba por él. Mucha gente no entiende lo que significa ser campeón de la Copa América. Di María merece ser felicitado por su calidad humana. Nunca fui hincha de la selección argentina, ni viviendo allá no crecí viendo a Maradona. Solo me alegraba cuando ganaba Rosario Central.
¿Cuál es la cualidad más importante que debe tener un portero?
Sin duda, la mentalidad. Jamás entrar a un partido para tratar de ayudar a ganar, sino entrar para tratar de ayudar a no perder. Hay que pararse y entender que si recibes un gol, no hay que bajonearse. Hay que trabajar en la fortaleza mental.
¿Pero cuando comete un error en el centro qué pasa por su cabeza?
Que perjudicas a tu equipo, en 1.5 de segundos debes calcular la velocidad, la altura, el efecto de la pelota si llueve o hay viento. Es mucha responsabilidad.
¿Ser arquero es el puesto más ingrato?
Sí, puedes tener un gran partido de 90 minutos y en el minuto 91 si te equivocas nadie se acuerda de lo anterior, pero en todos los equipos campeones siempre habrá un buen arquero. Italia con la Eurocopa y Argentina con la Copa América son prueba de ello. El portero es héroe o villano, no pasa desapercibido.
Siendo de Rosario, tierra de grandes como Libertad Lamarque, Fito Páez, Lionel Messi, César Luis Menotti, ¿quiere hacer historia como ellos?
Es muy rico Rosario en cuanto a cultura musical y cuna de artistas. Alberto Olmedo ‘el Negro’, aunque no lo llegué a ver, sé que fue uno de los más grandes actores de Argentina. Acá en Ecuador te nombro al Patón Bauza, El Beto Araujo, con él siempre recordamos nuestra vida en Rosario. Hay mucha historia y pesa mucho esa ciudad.
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Leer más¿Pero Hernández Galíndez quiere sumarse a la lista de los grandes de Rosario y pasar a la historia?
Yo quiero hacer historia como ecuatoriano, es lo que más me interesa.
RAPIDITAS
¿Su segundo deporte favorito?
El pádel. Soy fanático.
¿Su equipo favorito de la Champions?
Siempre me gustó la Juventus, sus jugadores son buena gente.
¿Su marca de guantes favorita?
Rinat.
¿Habilidades fuera del fútbol?
Hacer asados y muy bueno para la lectura.
¿Y para qué es un desastre?
Para la limpieza y el orden. No tengo idea porque cuando termino de bañarme dejo la toalla tirada en cualquier lado.
¿Fobias?
A no estar con mi familia.
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Leer más¿Manías?
Con la puntualidad. Me enoja llegar tarde a un lugar.
¿Peleó alguna vez en medio del tráfico?
Con un camionero, hasta que él me sacó un cuchillo y dije ‘nuca más’.
¿Ser recordado como...?
Una buena persona que jugaba al fútbol.
EN CORTO:
Un olor: El perfume de mi esposa.
Un sabor: El del pan.
Un plato para devorar. El locro de papa.
Una película para ver siempre: En busca de la felicidad.
Un arquero para emular: Gianluigi Buffon.
Una cualidad: La perseverancia.
Un defecto: El desorden.
Una frase de vida: “Cuidado con los sueños, se pueden hacer una realidad y tendrás que hacerte cargo”.
LA ANÉCDOTA
“El mejor regalo que me han hecho fueron unos guantes. Tendría unos 14 o 15 años. Hacía frío, las palmas de mis manoplas estaban totalmente desgastadas. Me dolía mucho recibir la pelota, andaba con unos de lana de mi papá. No tenía una buena situación económica. Recuerdo que estaba en un entrenamiento cuando se acerca el colombiano Robinson Zapata y me obsequió unos guantes. Hasta ahora es el regalo más lindo que he recibido. Miré a este gran arquero y no sabía si abrazarlo o ponerme a llorar. Los conservo y cuando un chico se me acerca a pedirme unos guantes no le puedo decir que no, porque me veo en él”.