Hotel de Inmigrantes, relatos de una pasión en común
Esta obra recoge testimonios de alemanes, ucranianos y suizos que tuvieron que dejar su tierra para buscar un nuevo futuro
En 2019, la dramaturga alemana Anne Jelena Schulte emprendió un viaje para conocer y conversar con migrantes europeos que llegaron al Río de La Plata, en Argentina, entre los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo pasado.
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Leer másAsí surgió Hotel de Inmigrantes, obra testimonial que lleva el nombre de un sitio real, un hotel construido a finales del siglo pasado, cuando la primera gran ola migratoria europea llegó a Argentina.
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“El gobierno argentino necesitaba atraer a personas especializadas en agricultura, y decidieron, para hacerlo más atractivo, construir ese hotel en el puerto. Debía parecerse a un hotel italiano, con dimensiones gigantescas y diseñado para albergar a miles de personas. Incluso se importó mármol de Italia para hacer más impresionante al edificio”, narra la dramaturga.
Pero, luego de aquella ola migratoria de agricultores, llegó la de europeos que venían huyendo de las guerras y las catástrofes de la primera mitad del siglo veinte. Esas historias son las que Schulte decidió narrar y que Birte Pedersen tradujo al español para montarlas sobre las tablas de la capital.
Coproducida por la Asociación Humboldt, el Goethe Institut y el Estudio de Actores, Hotel de Inmigrantes pone en evidencia el desarraigo, la memoria y la noción de pertenencia a un lugar que solo puede pensarse por desprendimientos o renunciamientos colectivos.
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León Sierra, reconocido fundador de Estudio de Actores fue el elegido para llevar las piezas al teatro de la Asociación Humboldt.
¿Pero qué le puede decir al público local una obra sobre la migración europea al Río de La Plata? Mucho, afirma el artista. “No es una situación tan disímil a la situación actual, con el éxito masivo de ecuatorianos a Estados Unidos. Ha sido muy enriquecedor mirar que este proceso de movilidad humana se repite con cierta asiduidad en la historia del ser humano y que, finalmente, eso resuena en nosotros los ecuatorianos”, señala.
La actriz Adriana Oña da vida a estas siete historias, en una pieza que intercala lo testimonial con la música. Los textos ficcionan y expanden entrevistas en primera persona con migrantes suizos, alemanes y ucranianos que se instalaron en esa región.
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Leer másPara Sierra, contar con la participación de la actriz era vital, pues su experiencia solo lograba enriquecer la puesta en escena y también ofrecía una oportunidad de reciprocidad con actores que tuvieron una influencia vital en el teatro local.
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“Mi intención era rescatar nuestras propias voces, de nuestros propios artistas que están invisibilizados por la ausencia de inversión estatal en el arte. Es una declaración política poner a Adriana Oña encima de las tablas, un llamado a la reflexión y llegar a más gente”, establece el director.
La obra se estrenó a fines de la semana pasada ante una concurrida audiencia, un logro que, afirma, lo ha impresionado. “Como artista ecuatoriano contemporáneo, estoy muy consciente de que las artes escénicas, y el teatro en específico, es un ejercicio cultural que está muriendo y en franco retroceso por la embestida macabra del capitalismo de cooptar formas de consumo cultural, y una ausencia de políticas culturales concretas. Por esos motivos, mis expectativas son siempre moderadas, pero el enorme recibimiento de esta obra ha sido muy grato”, dice.
Hotel de Inmigrantes se presenta el 29 y 30 de septiembre, a las 20:00, en la Asociación Humboldt, ubicada en Vancouver y Polonia. La obra tiene un costo de $ 12.
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- LA CUMBIA, UNA IDENTIDAD SONORA
La pieza original de Schulte inicia cada testimonio con un fragmento poético del ‘lieder’ Viaje de Invierno, de Franz Peter Schubert, basado en los poemas de Wilhelm Müller. Sin embargo, para Sierra, era necesario adaptar estas introducciones a unas que resonaran más con el público ecuatoriano.
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Leer más“Estos fragmentos eran una clara alusión a un modelo romántico, europeo decimonónico inspirado por la filosofía existencialista de Schopenhauer que, obviamente, llaman a una clave cultural que para nosotros es muy lejana”, explica.
Por ello decidió reemplazarlas con cumbia electrónica, un género considerado parte de la expresión cultural en la región.
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“Hay cumbia argentina, cumbia colombiana, cumbia peruana, ecuatoriana. Cada uno de nuestros países tiene cumbia y, en Argentina, la cumbia ha permitido construir una noción de nación más allá de su herencia europea. La cumbia es una clave cultural en toda Latinoamérica”, señala.
El encargado de estos fragmentos musicales es Ataw Allpa, músico quiteño que, por medio de la cumbia electrónica, regional y posdigital, inicia una investigación de los sonidos nacionales y propios.
Este busca el replanteamiento mestizo por medio de la música. “Cuando estaba lejos de mi tierra, en Brasil, comprendí la alfombra de sonidos que hacían quiteño al mismo Quito”, dice. En sus melodías utiliza acordeón diatónico y sintetizador.
- UNA ACTRIZ CON HISTORIA
Adriana Oña es una de las actrices que más se ha adentrado en la cultura andina, lo que le ha permitido construir una estética propia que se ve reflejada en su teatro. Sus textos dan cuenta de las voces de ese mundo, sus creencias y vicisitudes.
En sus creaciones, los objetos toman prioridad. Su grupo Saltimbanquis ha sido el espacio para desarrollar un teatro antropológico, desde allí ha producido teatro para niños, teatro de títeres y teatro para adultos.
Recibió el galardón al Mérito Teatral en 2001, y 2006 el reconocimiento por su aporte al teatro Infantil. Una de sus obras más conocidas es ‘Intipagpaya, danzante de Quito’.
Para Sierra, era vital que Oña fuera la protagonista de esta obra. “Tiene cuarenta años de trayectoria encima de las tablas, por lo que ha sido muy enriquecedor poder contar con ella y con su voz”, afirma León Sierra.
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