Jimena Frontera cambió su mentalidad y no su cuerpo
Tras años de una relación dañina con su imagen, la argentina, a través de sus redes sociales, demuestra la importancia de aceptar lo real.
Dinámica de todos los días: abrir Instagram, hacer scroll, ver fotos de cuerpos femeninos inalcanzables, dar uno que otro like, salir de la aplicación, verse al espejo, compararse y no gustarse.
¿Cuándo se alabará un cuerpo real? Es una interrogante difícil de contestar, entre tanta ‘perfección’ y ‘momentos ideales’ que se ven en redes sociales. Sin embargo, cuando hay personas que se atreven a romper con ese molde, reciben una gran acogida, y esto lleva a contestar la pregunta inicial: está pasando, la mentalidad está cambiando. Optar por contenido verdadero es sano.
La actriz y comunicadora argentina Jimena Frontera es una de las mujeres que está liderando esta causa en su país, y sus publicaciones y mensajes ya están llegando a toda Latinoamérica.
En una charla exclusiva con EXPRESIONES, reveló que desde los 13 años la relación con su cuerpo siempre fue dañina. Pasó por incontables dietas, todas extremas y rebuscadas que al final la llevaban al mismo lugar: el atracón, seguido de la frustración y la sensación de fracaso total.
Fue su cumpleaños número 26 que marcó un antes y un después en esta relación. Recuerda haber pensado “es momento de elegir cambiar tu mente en vez de cambiar tu cuerpo”. Aunque no pudo constatar una evolución inmediata, ya había sembrado algo. Poco a poco fue viendo unos post en Instagram de una chica australiana llamada Cheesy que mostraba lo que ella quería para su vida.
“Un día muy temprano y desvelada, me salí de la cama y sin pensarlo mucho me puse un bikini y empecé a grabarme bailando y mostrando cómo mi cuerpo se movía libremente. En ese momento en que subí el video a las redes se cayeron los barrotes de mi cárcel. Sentí que ya no le debía belleza a nadie... que ya no tenía que pretender ser alguien que no soy. Y la repercusión que tuvo fue impresionante”, cuenta.
A partir de ahí, su audiencia fue aumentando y el público fue recibiendo positivamente sus posteos. El objetivo: inspirar y ayudar a gente que sufre lo que ella vivió. Desde ahora mostrar rollitos, celulitis y estrías ha dejado de ser un tabú.
- En sus palabras
* “Siento que crecí con dos Jimenas adentro mío. Una que podía pensar tan sanamente, que se valoraba y que sabía que tenía amor para dar y para darse. Y otra que se criticaba constantemente, que sentía que no era lo suficientemente talentosa ni atractiva. Y eso hacía que mi alma esté realmente dividida”.
* “Creo que el amor propio se volvió un cliché de alguna manera y muchas empresas lo usan para conseguir aceptación de parte de sus clientes y así seguir perteneciendo a lo que ‘está de moda’. Pero no por eso hay que menospreciarlo. El amor propio es de las fuerzas más poderosas en este mundo. Una persona con amor propio verdadero es capaz de lograr lo que se le ocurra. Incluso de ser feliz, que hasta parece una leyenda en estos días”.
* Soy actriz por naturaleza y para los actores nuestro cuerpo es nuestra herramienta de trabajo. Mi cerebro piensa de esa forma. Todas las ideas que se me ocurren son poniendo mi cuerpo como herramienta porque es una manera de canalizar mis emociones y pensamientos, es mi forma de hacer arte y transformar el dolor en algo útil para la sociedad. O por lo menos espero que así sea”.
- No es la única
La oleada de aceptación del cuerpo y sus cicatrices naturales está acaparando cada vez más los feeds de Instagram de distintas famosas.
Oriana Sabatini. Con una figura inigualable, la actriz argentina no tiene nada que esconder sobre su cuerpo. Hace unos días subió un video en bikini que dice: “Si miras bien de cerca puedes ver unas marcas que se llaman estrías en mis piernas, las queremos”.
Esmeralda Pimentel. La también actriz mexicana compartió el lunes en su cuenta de Instagram el siguiente mensaje: “Tener estrías es natural. Tener celulitis es natural. Tener arrugas es natural. Tener vello es natural. Ser imperfect@s es natural. Que el sistema intente convencernos de que no es así y nos esclavicemos persiguiendo estándares de belleza tóxicos, atentando contra la naturaleza de nuestros cuerpos, gastando nuestro dinero, tiempo y energía, y modificándonos al punto de llegar a rechazar lo que somos ¡no es natural!”. El texto vino acompañado de una imagen en la que se puede observar piel con estrías.