Joyería, el arte palpable
Nueve reconocidos orfebres exhiben sus piezas en una muestra que se inauguró en la galería N24 de la capital
Para la historiadora del arte Trinidad Pérez, la joyería es también un ejercicio de creación artística. “La joyería contemporánea en el Ecuador, que sin dejar su naturaleza mínima y de adorno corporal portable, ni su tradicional vínculo con la orfebrería, opera también como objeto de arte”, señala.
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Leer másEs así que la última exposición del año de la galería N24, ubicada en La Floresta, en Quito, se centra en este arte, exhibiendo las piezas de nueve orfebres nacionales o residentes en el país.
La muestra, que se inauguró el miércoles de noche, exhibe las piezas más novedosas de Ana María Borja, Claudia Molestina, Emilia Pallares Vela, Hugo Celi, Lúcida Pura, Magdalena Cuvi, María José Cordovez, Marta Forero y Maya Koulieva, llevando al visitante a reflexionar sobre la joyería como una expresión artística que se puede palpar y llevar puesta.
“Las piezas expuestas expanden el horizonte formal, material, técnico, expresivo y conceptual de la joyería tradicional... Esta aparece como un lenguaje que va más allá de su afinidad con la pintura y la escultura, pues en su carácter portable cruza un umbral hacia la performatividad; a través de la cual las joyas se convierten en vehículos de las experiencias y emociones, imágenes, información y simbolismos que sus creadores quisieron plasmar en ellas”, asegura la experta.
La exposición, titulada 'Feria de Arte', se podrá visitar de martes a viernes, a partir de las 11:00. Estará abierta al público hasta el 22 de diciembre.
Experimentar es la clave
Las piezas, expuestas en cajas de cristal, han sido trabajadas con metales y piedras preciosas, con técnicas como el repujado o la cera perdida. También incorpora materiales poco frecuentes en la joyería, como el papiro, el reciclaje o las tarjetas madre de computadoras.
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Leer másApostar por lo sostenible
María José Cordovez trabaja con piezas electrónicas desde 2013. Señala que su meta es elaborar joyería sostenible, y ha continuando evolucionando en ese concepto. “Me interesa intercalar metales preciosos con estas piezas rescatadas de ‘upcycling’ de software y hardware”, explica. La creatividad es clave en el proceso de creación.
“Enfoco cada colección en los elementos naturales”, señala.
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Otra forma de narrar
Soles, animales, cráteres, formas humanas y más son visibles en las distintas piezas de la exposición. Parecen narrar momentos, recuerdos e historias. Y así también lo cree María José Cordovez, una de las artistas participantes. “Cada colección tiene su evolución y su motivación que surge en el proceso creativo. Sin embargo, una ves que está terminado, ya no es tuyo, le pertenece a quién lo mira...Es muy interesante ver cómo las personas interpretan las piezas y se relacionan con ellas, dándole la carga emocional de su propia historia...y resignificándola”, dice.
Interpretar lo íntimo
Para Ana María Borja, la joyería se enfoca en las emociones. Esta trabaja con el concepto de los umbrales, planteando sus piezas desde el descubrimiento de lo íntimo. “Me gusta trabajar desde la idea, los pasajes entre lo externo hacia lo interno de cada persona, donde prima el descubrimiento de lo que está adentro. Es lo que interpreto en mis joyas”, comenta.
La dualidad de colores y las figuras escondidas son algunos de los elementos que priman en sus piezas, elaboradas en su taller de Cumbayá.
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