Kalmar de la Mar presenta su nuevo EP, VAFTA
La artista publicó hace unas semanas su más reciente EP, trabajado con Alfredo Muñoz Muñiz en Altamar Producciones
La música tiene un poder redentor. Lo han sabido siempre las culturas ancestrales, que desde épocas inmemoriales han recurrido a ella para equilibrar las energías y manejar emociones como la tristeza, la angustia o el miedo.
Cruzloma, música electrónica con alma ancestral
Leer másY no solo para quien la escucha, sino también para el artista que crea esos sonidos y busca en el proceso creativo una manera de sublimar sus conflictos interiores.
Es el caso del EP VAFTA (acrónimo de vacío, aire, fuego, tierra y agua), de la cantautora guayaquileña Kalmar de la Mar. Se trata de un trabajo que nació como parte de una travesía de recuperación tras una ruptura y que se convierte en un recorrido por diferentes estados de ánimo, que reflejan las inquietudes musicales y experiencias vitales de la artista.
Kalmar utilizó la idea de los cuatro elementos naturales y el vacío, además de las referencias a distintas etapas de la vida como la niñez, adolescencia y adultez para escribir esta obra de carácter intimista.
"Compuse mi disco para salvarme"
¿Podríamos decir que VAFTA surge como un proceso de catarsis?
Empieza con una idea mía de no hacer canciones que tengan que ver con el amor de pareja, sino más bien con el proceso de curación que podemos experimentar cuando tomamos terapia. Viví un período extraño en el que no me hallaba, no sabía cuál serían mis futuros planes, por lo que tuve que tomar terapia para volver a centrarme y saber lo que haría y hacia dónde iría.
¿Qué desencadenó aquello?
Enfrenté un proceso de pareja que me dejó desubicada a nivel de amor propio. Cuando tienes un amor de mucho tiempo, puede suceder que confluyas tanto con esa persona y sus ideales, que te olvidas de ti. Tuve que recentrarme y así produje VAFTA, que es un álbum experimental porque necesitaba conectarme conmigo y sanarme. No era música para gustarle a la gente, sino para recuperarme.
En cuanto a la forma, podemos encontrar new age, música nacional y sinfónica, marimba...
Sí, es una mezcla de muchas cosas. Escucho de todo y tengo una especie de obsesión por el radar de novedades de Spotify y las últimas tendencias. Me gusta la música instrumental, me encanta Jordi Forniés y Gabríel Ólafs. A veces escucho música árabe o celta, aunque también hay días en los que le doy duro a una canción de reguetón. Para mí el primer ‘requisito’ para hacerme amiga de alguien es que me envíe su playlist (risas). Algo así como: “Déjame saber qué escuchas, para ver quién eres”.
¿Tiene planeado presentar el EP en Guayaquil?
Sí. No tengo fecha aún. Espero que sea para noviembre o diciembre. Lo que sucede es que al ser un disco tan experimental, no puedo presentar solo la música, sino que quiero incluir danza, instalaciones. La idea es que sea un despertar terapéutico para el público, algo que se puede lograr incluyendo otras disciplinas artísticas. Quiero hacer catarsis con el público, invitarlo a cantar conmigo.
Un merengue en República Dominicana con Issade
Hace menos de dos meses, Kalmar de la Mar estuvo en República Dominicana, viaje que aprovechó para grabar un tema que aún no tiene nombre, pero que será lanzado este mismo año.
Al respecto, nos cuenta: “Lo grabé con Issade, cantautora dominicana a la que conocí en una mentoría para mujeres que organizó Sayce (Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos). Mi amigo el pianista dominicano Luis Peña me presentó al productor Jean Cuevas. Lo grabamos en su estudio, Sadaya Music, y ha sido una de las experiencias más desafiantes de mi vida. Los cuatro no nos conocíamos de nada (también participó el artista Manuel Aristy), pero trabajamos juntos durante ocho horas y nos salió un merengue súper chévere. Una muestra del poder de la música”.
Metodología de trabajo
¿Cuál es la chispa que enciente su proceso creativo como compositora?
Tengo diferentes formas. Por ejemplo, en el caso de Te vas, de mi disco anterior, Almática, literalmente me levanté con la canción. Estaba en mi cabeza mientras me dormí, tanto la melodía como la letra. O mientras mientras camino en la calle hay ideas que vienen a mí. Otra forma es componer con alguien, en un círculo armónico. O también puedo tratar de adaptar una letra a la música que alguien me ofrece. No me gusta mucho porque puede resultar forzado, pero sí he tenido temas con esta metodología.
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