Ocio

Killa Sad Sound
Killa Sad Sound.Cortesía

Killa Sad Sound: “No hago música para gente hetero"

La artista ambateña presentará su sencillo Kchorreo en quito, mañana en Casa Palenque, a las 21:00.

El neoperreo es un subgénero del reguetón que se nutre de otras fuentes, como el hiphop, dembow, afro dance, el tecno y la electrónica más dark. Pero a diferencia del reguetón, cuya propuesta lírica y musical básicamente ha recogido la visión masculina de la sexualidad, el neoperreo busca despertar sensaciones diferentes.

Como bien explica la artista Killa Sad Sound, exponente de este movimiento, “se espera de una mujer que muestre el trasero para un hombre, pero incomoda si lo hace para otra mujer, por ejemplo”.

Mientras sus amigas Gaspi y Maleja la preparaban para el show que ofreció en Guayaquil el sábado 15 anterior, Killa se dio un tiempo para conversar con EXPRESIONES sobre temas siempre en debate, como la sexodiversidad, el arte femenino y la relación entre las diferentes escenas musicales.

Margot Robbie

Margot Robbie, más que Barbie: sus películas en streaming

Leer más

Usted es de Ambato, una ciudad con una escena súper fuerte.

Lo lindo de Ambato era que ibas a un festival y había hiphop, reggae, punk, metal. En un mismo día podías escuchar de todo. Pero también siento que nosotros estábamos tan embalados con nuestra onda, que no nos dimos cuenta de que estábamos discriminando el reguetón, la salsa, ese mundo más urbano.

El hiphop ha sido aceptado por su actitud anárquica.

Sí, pero luego lo urbano también se volvió anárquico, porque lo tomamos las mujeres, la gente queer y lo subvertimos. Yo hago neoperreo porque es un género que se atreve a mostrar la sexualidad femenina y queer. ¿Qué dice básicamente el reguetón? “Ven mamita, que te doy doy doy”...

Es el discurso imperante.

Pero la cosa cambia si una mujer dice “Ven papito que te doy”, o “Ven papite” si nos ponemos más queer. El neoperreo es un género que busca apoderarse de la sensualidad indistintamente del género: hombre, mujer, queer, binarie, no binarie.

Diría que su principal público son mujeres y queers, pero no es algo intencional...

Sí es intencional. Yo estoy hablando de problemas que nos pasan a las mujeres y a la gente disidente sexogenérica. A veces eso no les importa a los heterosexuales. No hago música para gente hetero, aunque tengo una canción que bien podría gustarles.

Retomando el tema de la música en Ambato, ¿cómo está la escena actualmente?

Te puedo decir que la escena roquera y metalera de Ambato ya no es lo que era; en cambio hay un boom de traperos, raperos, perreosos. Sin embargo hace falta alguien que les diga que no somos diferentes. Hacemos música urbana desde ese mismo lugar: desde la rebeldía. Y siento que yo estoy encarnando ese misión.

El estilo es circunstancial.

Así como hace años hacíamos reggae, hardcore punk, thrash metal, ahora hacemos trap, neoperreo, hiphop. Lo importante es apoyar lo que viene de una esencia rebelde.

Neoperreo

El neoperreo, un nuevo género está de moda

Leer más

Bases punk

Su formación en el punk ha influido en su propuesta.

Sí. Sin ese recorrido no habría llegado a lo que estoy haciendo ahora con el neoperreo. Pero con mi amiga Valentina de la banda cuencana Pankreas, coincidimos en que en algún momento el punk nos deja de representar porque empieza a dejar a las mujeres a un lado de la escena.

Se desdeña el aporte femenino.

Es mansplaining. Por ejemplo, estudié en la UArtes. Tenía mi voz, pero no lograba sacarla del todo porque me sentía apabullada por ese entorno académico de músicos. Cuando me fui a la playa y entré en contacto con lo popular, como la cumbia, entendí que lo que la gente siente es la energía de los músicos. Yo le encargué hacer una canción de reguetón a un músico académico y no pudo. No le dio.

Hay una ‘superioridad moral’ de ciertas escenas hacia lo urbano.

Pero yo entiendo eso, porque en algún momento yo tuve esas posturas. Es difícil cortar esos prejuicios y esclarecer que simplemente es música, y que está liderando en el mundo.