Live action: la fórmula de Disney que reencarna con nostalgia

Desde que Walt Disney decidió llevar la fantasía más allá de la animación con La isla del tesoro (1950), su primer live action, la compañía ha experimentado con la adaptación de sus clásicos al cine con actores reales. Sin embargo, lo que comenzó como un ejercicio nostálgico se ha convertido en un campo de batalla entre tradición y modernidad.

Jorge Suárez, crítico de cine, sostiene que estas nuevas versiones no son el problema, sino la manera en la que se reciben. “El mundo cambia y el cine se adapta a esas evoluciones”, explica mientras señala que fenómenos como el movimiento MeToo influyen en la escritura de héroes y heroínas. La controversia en torno a La sirenita (2023) por la elección de una actriz afrodescendiente para interpretar a Ariel, y las críticas previas a Blancanieves, que está ahora mismo en las salas de cines de Ecuador, son prueba de ello. “No es que Disney haya perdido su magia. Lo que sucede es que ahora, con los nuevos periodistas, se busca minimizar a las nuevas cintas porque eso vende”, sentencia.

En el caso de Blancanieves, Suárez reseña en su columna en EXPRESIONES, Cine y algo más, que si bien la película toma caminos distintos al clásico de 1937, conserva su esencia. Aunque las actuaciones no sorprenden.

La que lleva las críticas más duras es Gal Gadot, tanto por su interpretación como por la parte del guion que le tocó. “Su interpretación carece de la ferocidad e intimidación necesarias para hacerla memorable en un personaje oscuro, siniestro... En lugar de ser derrotada en un clímax impactante, es vencida por una revuelta popular que carece de la tensión drmática de la original”, recoge Leslie Galván de SaltarIntro, de El Comercio de Perú.

Por su parte, Rachel Zegler carga con el peso del filme, teniendo que cantar, bailar y actuar sin olvidar que representa a un personaje icónico de los cuentos infantiles, aunque en más de una entrevista ella ha dejado en claro su falta de admiración al personaje y cuestionamientos hacia la trama original.

Mientras Disney sigue apostando por la nostalgia en carne y hueso, las comparaciones son inevitables. ¿Estará la audiencia dispuesta a aceptar el cambio o la magia del live action está condenada a vivir bajo la sombra de la historia original?

La magia de la animación 3D

El docente de la facultad de Artes y Humanidades de la universidad católica Santiago de Guayaquil, Milton Sancan, explica que parte del éxito de una de estas películas recae en la animación 3d e imágenes creadas por computador (CGI). Ambas son las encargadas de revivir la magia de los cuentos originales. “La unión de personajes reales en un entorno digital es un trabajo complejo, porque varios factores determinan que algo es realista”. 

En un artículo que el experto escribió sobre el tema, cuenta que para determinar que algo es realista se necesita de un conjunto de “elementos técnicos, narrativos y visuales” que evolucionan constantemente. Por ello es posible ver animales hablando como en El rey león (2019). “Creo que Disney está tomando el realismo para revivir sagas anteriores, tomar una trama que ya les funcionó antes y pasarlas a otro formato y tratar de tener un mayor mercado”.

Blanca Nieves: amada por la crítica y odiada por el público

Pocas películas han generado un debate tan intenso como el live action de Blancanieves, estrenada este 20 de marzo en Ecuador. Mientras expertos la elogian como uno de los mejores remakes de Disney en la última década, el público es reacio a sus cambios. Uno de los aspectos más criticados ha sido la representación de los siete enanitos, que en lugar de ser interpretados por actores con enanismo, fueron creados con CGI (imagen creada por computador) y representados como criaturas diversas, algo que muchos consideraron innecesario y poco auténtico. 

Además, la elección de Rachel Zegler como protagonista generó controversia en la audiencia, quienes argumentaban que la actriz no cumplía con la descripción del cuento original de ser “blanca como la nieve”. A esto se sumaron cuestionamientos sobre los cambios en la historia y la ausencia del príncipe.

Sin embargo, la crítica especializada ha sido mucho más indulgente con el filme. Varios expertos, como Siddhant Adlakha de IGN, la califica como “el mejor remake live action de Disney en una década”, destacando la profundidad que se le da al tema de la bondad. Pete Hammond de Deadline explica que aunque esta versión “no sea la más bella de todas, está bien, y en cierto modo incluso mejor”. Pero Rachel Labonte de Screen Rant es un poco más dura, pues piensa que “no merece su desprecio preventivo, pero aun así cae presa de los problemas habituales de los remakes en acción real. Para quienes están cansados de los remakes de Disney con abundante CGI, no estoy segura de que haya suficiente chispa para convencerlos.”

Los éxitos y fracasos

La bella y la bestia (2017). Para el especialista en 3d y docente universitario, Milton Sancan, este live action ha sido el mejor que Disney ha estrenado en cuanto a efectos especiales y narrativa. Esto, “no solo por el acertado casting, sino por los objetos ficticios que rodean a los personajes. Su animación y los materiales utilizados”. El también diseñador de videojuegos explica que incluso “la audiencia se conmueve por la animación de personajes” como Lumière, Din Don y la Sra. Potts. Además, destaca el diseño de la bestia, pues “el diseño de personaje, el tipo de cabello utilizado y la renderización de la escena hacen notar que ha tenido un tratamiento muy bien cuidado”.

Pinocho (2022). Aunque el experto en animación no prefiere no catalogarla como la peor, sí admite que esta adaptación del clásico de 1940 sí lo decepcionó. “A pesar de que la historia está orientada para niños y está rodeada de una temática infantil, Pinocho conlleva muchos elementos oscuros que te pueden llevar a reflexionar aunque seas un niño”, explica Sancan. “Me decepcionó porque se la veía muy ingenua y carente de esencia. A nivel de efectos visuales es lo normal, nada excepcional”, asegura.

El libro de la selva (2016). De todas las adaptaciones, esta se ha ganado el mayor cariño del público y la crítica. En Rotten tomatoes, un agregador de reseñas que mide el porcentaje de aprobación según críticas, la película alcanzó un impresionante 94 % de aceptación por parte de la crítica y un sólido 86 % del público. Mientras que en Metacritic, que asigna una puntuación basada en un promedio ponderado de reseñas profesionales, obtuvo 77/100, lo que la posiciona con la adaptación mejor valorada. Su éxito radica en la combinación de un CGI asombroso, una narrativa emocionante y la dirección de Jon Favreau, quien revive el mundo de Mowgli desde una nueva perspectiva.

Alicia en el país de las maravillas (2010). A pesar de que su secuela fracasó y no gustó al público, esta película fue una propuesta arriesgada y cruda. El crítico Jorge Suárez cree que no hay live actions malos pero sí “duros”, y este lo es. Esto se “debe a lo intrincado del tema y lo difícil que fue y es llevarlo a la pantalla”. En esta versión, se usó CGI (imagen generada por computadora) en personajes como el gato Cheshire, la oruga Absolem, la liebre y el ejército de cartas. Además, con retoques digitales se pudo agrandar los ojos del sombrerero loco y la cabeza de la Reina Roja.

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