Luis Tippán: "Las Estrellas no tenemos edad ni caducidad"
Sus comentarios de moda son agudos y eso hace que muchos reaccionen y se metan con su edad. el diseñador se alza de hombros. Su oficio es su pasión.
Hace 40 años Luis Tippán se inició en el diseño de manera empírica y desde hace 30 lo hace profesionalmente. Se ha mantenido vigente a pesar de que la pandemia golpeó sin piedad a su gremio.
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Leer másNació en Cuenca, en una fecha que prefiere no decir porque, comenta entre risas, “las estrellas no tenemos edad ni caducidad”. Fue parte del programa 'Simplemente Mariela' y además de los segmentos 'Los jueces de la moda', de 'De boca en boca' (TC), y 'Tiburones de la moda', de 'En contacto', (Ecuavisa). Sus especialidades son la alta costura y los trajes típicos.
Frontal y ocurrido, su gran amor es su madre, Rosa, con quien vive y con la que comparte sus triunfos y tristezas.
“Fui autodidacta muchos años. Solo estudié en la Escuela Modistas del Guayas, la única en aquella época que me aceptó. Todas las alumnas eran mujeres. Nunca olvidaré que me hicieron una prueba en una máquina de coser antigua que se manejaba con pedal. Pude hacerlo, porque yo cosía en mi casa a mano. Tenía 14 años. Entonces era un hobby, no un negocio”, comenta.
Acaba de compartir con su colega María del Mar Proaño, quien celebró 12 años en este oficio. Ahí lanzó la colección Actualidad, que se caracteriza por sus “colores vibrantes y desnudamos a la mujer. Ya lo hicimos con Andrea Jácome con su vestido de Miss Ecuador. En los de ahora se muestra algo, pero no son impúdicos”.
Sostiene que el 2023 traerá poca tela en los diseños. “Todo cambió, se rompió lo convencional, somos sobrevivientes de una pandemia. Hay que disfrutar con la moda, que es vida. Se vienen los tonos estridentes, la desnudez en buenos cuerpos. Compremos un espejo si no lo tenemos. Yo tengo varios para verme”, expresa soltando una carcajada.
Es uno de los pocos diseñadores de alta costura de una generación pasada que se mantiene...
Lamentablemente partió mi amigo y guía Manuel Wolf, uno de los dinosaurios de la moda. Él me decía: no es así, sino de tal o cual manera. Tal vez me dolía en su momento, pero aprendí y me adapté a su comentario directo y muchas veces cruel. Aconsejaba a los que consideraba con talento. Quizá él no tenía ese look como diseñador, pero tenía una gran actitud y personalidad. Había gente que lo criticaba por eso. Yo amo esta profesión, es una pasión.
Ya en Guayaquil y el resto del Ecuador casi no se hace alta moda para reinas, matrimonios, quinceañeras. Son trabajos muy elaborados. Tampoco hay los grandes eventos y nuestras estrellas de TV prefieren el canje y la boutique. Ahora evito que mis trajes sean fotografiados y se exhiban públicamente. El que los compra puede hacerlo, yo no. Copian los diseños, los hacen mal y los prostituyen. Las redes sociales nos han ayudado, pero también nos matan.
Antes usted estuvo en 'Los jueces de la moda', ahora se lo ve en 'Tiburones de la moda'.
Como siempre, hay gente a la que le duele. Es la envidia. Me dijeron que no era posible que estuviera en los dos canales. Respondí que cuál era el problema, porque solo soy un invitado. A ambos he acudido gratis, ninguno me paga. Lo único que pido es el traslado, por los tiempos de inseguridad que se viven. Además impulso mi marca. La proyección me sirve para que sepan que estoy vigente.
Comparte con Nino Touma, cuyos comentarios son lapidarios, aunque usted no se queda atrás. ¿Cómo se entienden?
(Risas) Somos buenos compañeros, nos llevamos bien, existe respeto. Él es un ‘asesino’. Lo hago desde mi trinchera y con un poco de elegancia y mesura. Como soy ‘cuco’ viejo, sé cómo hacerlo. Nino todavía no lo ha logrado. Trato de no lastimar. Eso a Nino no le importa y dice “yo tengo cambio para todo billete”. Cuando se acaba el programa, nos reímos de nuestras ocurrencias. Me dice que estoy viejo, pero no porque han pasado los años, no se tiene valor. Se gana en sabiduría, experiencia y criterio con conocimiento.
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Leer más¿De ese tipo de comentarios ya debe estar curado de espanto?
Una de las personas que se metieron con mi edad fue La Suka, quien dijo que tenía 80 años y que por eso hablaba así. Le contesté que estaba equivocada, que tenía 90. Todo porque cuestioné uno de sus vestuarios con el que fue mal puesta a un evento. Nino le dio durísimo. Por ello de inmediato le mandó un emoticón con una tumba y un poco de tonteras más. Metió la pata cuando criticó a Virginia Limongi y dijo que la exreina le daba pena. Solo por llamar la atención. Virginia es una mujer guapa, con una figura estupenda, con clase e inteligente. No le pide favores a nadie.
Usted analiza el vestuario de los demás, ¿pero quién cuestiona el suyo?
(Risas) Si me encuentran en la calle, me verán sencillo, porque Guayaquil está muy peligrosa para llamar la atención. Cuando salgo llevo jean, camiseta, alguna gorra y no uso gafas. Gracias a Dios tengo mucha ropa, variedad y además, como soy crítico, debo lucir bien o mal, pero lucir. Me produzco para grabaciones, fotos o eventos.
¿En ocasiones el espejo no se le pone borroso o se le rompe a Luis Tippán?
(Suelta una carcajada) A veces me pasa, creo que estoy divino, pero cuando me veo en las fotos digo ‘qué bruto’.
La gente espera que un diseñador esté perfecto.
Para mí es una obligación lucir bien. No hay justificación para presentarme mal en un evento público. Me puedo arriesgar a llevar algo diferente. La gente se da cuenta de que eres diseñador, me lo han dicho. Hasta cuando viajo me gusta verme bien, generalmente todos van cómodos. En ocasiones estoy sobrevestido y me gusta abusar, porque eso es lo que quieren ver.
Sobre los looks de los famosos
Mariela Viteri: “Me he preguntado qué pasa con Mariela. A veces no queremos soltar la juventud. Cada día la falda está más arriba y el escote más abajo. Lo he notado desde hace tiempo, ahora le agarró más fuerte. Cuando se lo dices, no lo acepta. Ella cuenta que los hijos, sobre todo la hija (Mariela Mórtola), le han pedido que no suba tanto la falda. Con la personalidad, la figura y con lo logrado en la comunicación no lo necesita”.
Silvana Torres: “Chiquita pero picosa. Atrevida con el vestuario, se lo pone todo aunque le digan que no es su talla, porque es baja de estatura. La veneno mide 1,50 metros. Me gusta su personalidad, es berraca y necia. Quisiera tener 10 centímetros más. Cree que es una mujer de 1,80 metros, se proyecta como una modelo”.
Santiago Castro: “Se viste al estilo Maluma, es admirador del artista. No lo hace mal, lo bueno es que invierte, es decir le paga a un diseñador. Lo importante es que consume lo nacional. Viste diferente, no se lo ve mal porque tiene la juventud, divino tesoro”.
La Suka: “Ella ha sufrido una metamorfosis. Antes tenía unas libras de más, cometía errores y los sigue cometiendo. Lo que cambiaría en sus presentaciones en vivo es su voz, porque es muy chillona. Quiere ser el centro de atención con lo que hace, dice y trata de proyectar. Criticó a Virginia Limongi, lo que demostró que no sabe quién es Virginia. Una vez más se demuestra que el peor enemigo de la mujer es la propia mujer”.
Dayanara: “No acierta. He visto algunos programas que la festejan, pero no debe ser así. En la elección del traje que lució en el Grammy Latino se equivocó. Con lo guapa y talentosa que es, no necesita mostrar tanta pierna y pecho. Quiso ser ‘la mamita rica’”.
Virginia Limongi: “Con ese armador, no hay ropa que no le quede bien. No le corregiría nada, la dejaría ser como es. Tiene espejo. Repito: si nos equivocamos, es porque no lo tenemos”.
Mar Rendón: “Tiene una imagen muy candorosa y dulce. Tiene 20 años, pero parece de más edad, luce mayor. No se conduce como una chiquilla”.
Andreína Bravo: “Me gusta su look, pero talento no tiene. No creo que cante, aunque no son malas sus presentaciones. Invierte en su vestuario, usa prendas acertadas. Tiene espejo”. Isaac Delgado y Úrsula Strenge: “Él tiene buena figura. Ayuda que es simpático, no es desacertado y tiene buen espejo. Úrsula es una mujer coherente, sabe cómo proyectarse. A veces comete errores pero, como es dulce y querida, pasa a segundo plano su vestimenta. Debe cuidar el largo de las faldas”.
Guillermo Lasso y su esposa María de Lourdes Alcívar: “La pareja presidencial no es un referente de la moda. Con ella no se han dado cambios, no acierta. Es complicado tener que acudir a presentaciones diarias y estar bien puesta. Ahí es cuando considero que hace falta un asesor, que le arme el vestuario de un mes. Una primera dama no puede improvisar”.
Cynthia Viteri: “Ella tuvo un cambio rotundo. No sé qué le pasó. Antes de la pandemia se veía una señora muy bien vestida, ecuánime en su posición de alcaldesa. De repente tuvo un cambio exabrupto. Parece que botó todos los espejos de su casa, los quebró. Su facha ya no dice del buen acierto. Entra en el grupo de Mariela Viteri, que no quiere soltar la juventud”.
Jimmy Jairala: “Es básico y clásico”.
Susana González: “La prefecta del Guayas se preocupa por lucir bien. Ahora lleva un pañuelo que la identifica. Nunca la veo en mala facha”.