Ocio

Luisa Delgadillo
Luisa renovó su imagen y luce más delgada.Jimmy Negrete // EXPRESO

Luisa Delgadillo: "Me siento una mujer de 30 en un cuerpo de una de 52"

Desde su llegada a 'Noticias de la mañana', de RTS, la comunicadora se ha convertido en una de las reinas de la mañana.

Luisa Delgadillo con 34 años en la Comunicación es uno de los rostros de noticias de RTS. En este canal ha laborado 26 años, en dos etapas. Se ha convertido en una de las reinas de la franja mañanera desde que forma parte del espacio 'Noticias de la mañana', en el cual ha explorado otra faceta en la que se siente como pez en el agua. Renovó su imagen, luce más delgada. Siempre sonriente y gentil. Así es ella.

Michela Pincay

Michela Pincay: "No esconderé mi relación pero no quiero hablarla"

Leer más

Ahora usted es una de las reinas de la mañana...

(Suelta una carcajada). No tanto así. Estoy muy contenta porque en el canal me brindaron la oportunidad de estar en un programa más relajado, aunque informamos, tocamos temas de corte familiar. Aquello me encanta porque era un sueño frustrado. Hace 30 años fui parte de 'La Feria de la Alegría' en reemplazo de Carla Sala, durante 6 meses. Le cogí el gusto, pero la estrella del programa era Carla. Luego el doctor Carlos Muñoz me pasó al departamento de noticias.

Después de 30 años, se le da una nueva oportunidad…

Me quedé con ese bichito, jamás lo esperé porque las veces que ocupé el lugar de Úrsula Strenge cuando se enfermó con COVID-19 o por alguna de sus actividades en el Municipio, tenía claro que era solo temporal. Cuando ella salió del espacio debo confesar que tenía la ilusión de quedarme, pero no fue así. Volví a mi rutina del informativo y a las entrevistas.

A las nuevas generaciones les sorprendió su otra faceta menos formal y más relajada…

Muchos no me habían visto en esta faceta. Mis allegados saben cómo soy, dicen que los geminianos son los eternos adolescentes del Zodiaco y, aunque estoy en una etapa adulta, con 52 años llevo a esa adolescente amiguera, chistosa, juguetona, alegre, a ratos rebelde, necia y caprichosa. 

Me gusta relacionarme con gente más joven y me siento más a gusto con ellos que con personas de mi edad. Mi hijo (Carlos) tiene 26 años y mantengo una buena relación con sus amigos. Me siento una mujer de 30 años en el cuerpo de una de 52 (risas). Sin embargo, existe la faceta de comunicadora seria y con credibilidad de un noticiero.

¿María del Rosario Gutiérrez se pudo sentir desplazada con su regreso?

La Nena es increíble, tiene carisma, una trayectoria respetable y es muy dulce. Se ha portado muy bien conmigo. José Luis Arévalo, Isaac Delgado, Emiliana Valdez y La Nena tienen su público y su rol. Ella es profesional, esposa y madre. Cada sector de la audiencia se siente identificado con uno de nosotros. Somos un complemento. Lejos de desplazar a una compañera, llegué a sumar. Creo que encajo perfectamente.

Últimamente la hemos visto llorar mucho…

Siempre he sido muy emotiva, lloro si veo una película o si me cuentan una historia dolorosa, además estoy en la etapa del climaterio y las mujeres nos volvemos más sensibles. Lloré cuando me fui del programa porque en ese momento vi que se esfumaba un sueño de hacer algo que me gusta y, modestia aparte, sentía que me desenvolvía bien y tenía los méritos suficientes para quedarme.

Dice una frase popular que “el que no llora no mama”. Usted pudo haber manifestado que se quería quedar…

Lo sé, pero quise que lo decidieran sin yo pedirlo, no quería presionar a los directivos ni a nadie. Soy respetuosa. Tengo claro que lo que está para nosotros, llega sin forzarlo. Los tiempos de Dios son perfectos, no deseaba entorpecer lo que Él decidió. Se lo pedí porque sabía que tenía el deseo firme en mi corazón de quedarme. Cuando me dijeron chao, al primero que llamé fue a mi hijo. Estaba echa un mar de lágrimas, Carlos me tranquilizó, pensé que algo había hecho mal y entré en conflicto con Dios.

No siempre lo que queremos es lo que conviene...

Así es. Reconozco que al principio estaba llena de rabia con el de arriba porque consideraba que no me había dado la oportunidad. Luego me resigné y lo acepté. Al mes me volvieron a llamar. Esa fue una gran alegría. Comprendí que lo que Dios quiera darnos lo hará cuando lo considere. Él tiene sus formas y tiempos, sus decisiones pueden doler, pero hay que aceptarlas porque son lo mejor.

Su único hijo (Carlos) ya está enamorado. Pronto abandonará el nido...

(Risas). Tiene una novia española, Mar. Ya llevan más de un año juntos. Aprovechó que viajó a Europa para conocer a los familiares de la chica. Le he preguntado sobre la relación, me dice que todo está bien. Es muy preparada. Pronto será abogada, habla varios idiomas, trabaja en el Consulado español y tiene una licenciatura en Literatura y un diplomado en Relaciones Internacionales. Nada de boda todavía. A Carlos le encanta que sea independiente, relajada y ha permitido que la relación fluya.

Ya huele a suegra…

Yo le he dicho que mi bendición para casarse se la daré cuando cumpla 30. Responde que le parece perfecto, no sé si me lo dice para que no lo torture. Creo que la edad ideal para dar ese paso es después de los 30. No lo veo apurado, aunque está enamorado, disfruta su relación. 

Me parece una buena chica, se ha ganado mi corazón. Mi hijo se irá a Argentina para terminar su maestría. Debió durar dos años, pero se prolongó por la pandemia. También quiere hacer otra, tal vez en Europa, que aproveche ahora que está soltero.

A veces las madres que tienen un solo hijo son unas brujas con sus nueras.

Para nada. Solo tengo un hijo y si me porto de esa manera corro el riesgo de perderlo, lo alejaría. Si soy una suegra cariñosa siempre lo tendré conmigo, no quiero perder un hijo, más bien quiero ganar la hija que nunca tuve. 

Con Carlos nos une un lazo especial, pero trato de comprender que creció y que formará su familia. Hemos hecho equipo los tres, eso me tiene contenta, siempre le he pedido a Dios una buena mujer para mi hijo.

¿Cómo cree que será como abuela?

Todavía no me veo con nietos, pero estoy segura que seré una abuela chocha, de las que comparte con ellos sus actividades, los cuida y los educa. Estaría encantada, seré una abuela querendona, pero no quiero malcriarlos, hay que educar con firmeza, así como lo hice con mi hijo para que sean personas de bien. Carlos es maduro, adulto, a veces parece mi papá (risas).

Perdió peso, renovó el look… Los cambios son visibles.

Me hice unos exámenes clínicos y mi tía, que es laboratorista, me dijo que tenía la glucosa al límite. Me asusté, así que decidí bajar de peso. He perdido aproximadamente 17 libras, no tomo bebidas gaseosas ni jugos, prefiero el agua. Tampoco consumo sopas, como moderadamente. Luego mi tía me confesó que lo hizo para asustarme y que hiciera conciencia. 

Tengo la carga genética de la diabetes por el lado paterno. En lo que se refiere al vestuario, bajar de peso me puso novelera porque sentí que la ropa me quedaba mejor. La asesora de imagen del canal, Mariuxi Payne, vino a rescatarme, fue un gran soporte. 

En el cabello me hice unas iluminaciones que me las hago de manera periódica, sentí que había una Luisa guardada en un desván o en un armario y Mariuxi me ayudó a sacarla, a pulir esta piedra en bruto (risas). Aunque le costó que yo deje los colores oscuros, generalmente usaba azul y negro.

Secuelas de la Covid-19

En plena pandemia a Luisa le dio COVID-19. Cuenta que de aquella enfermedad le quedaron algunas secuelas. “Sufrí de vértigos, de laberintitis hace un par de meses. Fueron terribles los mareos, no se lo deseo a nadie. Creo que todo se debe a lo que se vivió, pero en términos generales me siento bien”.

Luisa Delgadillo
Le dio COVID-19. Le quedaron algunas secuelas.Jimmy Negrete // EXPRESO