Mago de Oz y Avalanch ponen a Guayaquil en el mapa metalero de la región
Ambas bandas españolas descargaron sus propuestas de heavy en la ciudad, junto al grupo local de power metal Lancelot
Comienza bien el año para el heavy metal en Guayaquil. Este viernes 24 de enero, Avalanch y Mago de Oz de España se presentaron junto a la agrupación local Lancelot en el Centro de Convenciones. Siempre es una alegría que el Puerto Principal sea incluido en las giras de bandas internacionales de primer nivel, así que deseamos que este esfuerzo sea sostenible y se logre un equilibrio entre inversión y público asistente.
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Leer másEl evento, programado para las 19:00, comenzó con algo de retraso, lo que obligó a Lancelot a acortar su set a solo dos canciones para no alterar el cronograma de todo el evento. Pese a ese ligero hándicap, ellos mostraron su profesionalismo con un performance en el que contaron con su vocalista original, Johnny Sotomayor, en un grandioso juego de armonías vocales junto a Frank Castle, su cantante actual, y el guitarrista David Acosta. El timbre característico de Johnny se complementó perfectamente con el tono más agresivo de Frank y el registro nítido de David.
Cuando Lancelot anunció su retirada, el público les pidió en coro otro tema, lo cual no fue posible, pero demuestra que las bandas locales no son meros rellenos de un cartel, sino que tienen una fanaticada que aprecia y sigue su trabajo. Muchos lamentaron, con una mezcla de pesar y disgusto, que los representantes de la ciudad no hayan tenido el tiempo que se merecían sobre la tarima. Ya tendrán la oportunidad de desquitarse.
Siguió Avalanch, que justo este viernes 24 lanzaba un disco doble para conmemorar su aniversario número 30. Se trata de un trabajo con regrabaciones de sus canciones más significativas, con su nuevo vocalista, José Pardial, quien tuvo el desafío de reinterpretar temas que se volvieron himnos con sus anteriores cantantes, Juan Lozano, Víctor García, Ramón Lage e Israel Ramos.
Ya el guitarrista Alberto Rionda en la rueda de prensa del día anterior había alabado la capacidad de Pardial para hacer justicia al anterior repertorio y además agregar su propia personalidad, lo cual quedó demostrado en vivo. Avalanch puede pasar de un tema suave al borde del pop a otro más rápido y pesado, cambios a los que el nuevo frontman se acopló sin ningún problema, sonando más mélodico o más violento según las circunstancias lo requerían.
Con un catálogo tan extenso, es imposible satisfacer los pedidos de todos, pero trataron de abarcar distintas épocas, sensaciones y estados de ánimo, con temas como Horizonte eterno, El dilema de los dioses, Alas de cristal, Mil motivos, Lucero, La flor en el hielo y Torquemada, esta última un súper clásico absoluto.
Mago de Oz nunca decepciona
Finalmente, luego de una pausa, le llegó el turno a Mago de Oz. Un lujo poder ver en Guayaquil una verdadera orquesta metálica, conformada por la tradicional dupla bajo-batería, voz, tres guitarras, teclados, violín, flauta traversa y coros, estas dos últimas funciones a cargo de Queralt Moreno (sustituyendo a Diego Palacio) y Alba Moreno (en lugar de Xana Lavey), respectivamente. Se trata de heavy metal llevado a otro nivel, con influencias folk y reminiscencias celtas, que bien puede ser disfrutado no solo por los metaleros incondicionales, sino por cualquiera que aprecie la buena música.
Mago de Oz, al igual que Avalanch, son muy queridos en el país desde fines de los noventa, cuando el heavy metal a nivel mundial tuvo un resurgimiento. Hay que recordar que en ese momento Ecuador contaba con una serie de revistas, fanzines y programas de radio que lograron sacar al metal del ostracismo y exponerlo a una audiencia más amplia, mucho antes del posicionamiento de las redes sociales.
Justamente esos adolescente de antaño, ahora adultos, fueron en su mayoría el público que asistió, junto a sus amigos, parejas, hijos, sobrinos y todos aquellos a los que les han inculcado el amor al heavy metal. Una muestra fehaciente de la importancia de formar públicos para sostener y fortalecer una escena.
‘Canchero’ como siempre, en su momento el guitarrista Víctor de Andrés tuvo palabras de elogio para el encebollado guayaco, mencionó su fuerte calor (ambiental y humano) y les lanzó un par de ‘puntas’ a Maluma, Karol G y Bad Bunny (lo llamo “subnormal”), enfatizando que el público que escucha metal es distinto a otros, lo cual fue acogido con aplausos y gritos de aprobación.
Para la anécdota quedó el reclamo del violinista Mohamed: alguien en un descuido se robó (¡del escenario!) el sobretodo de uno de los miembros del grupo. Lamentable que se lleven ese recuerdo, en un ambiente que pese a ello contó con un fuerte contingente de seguridad, tanto privada como por parte de agentes de la policía (con uniformes y encubiertos).
Queda demostrado que Guayaquil está a la altura para recibir a otras bandas de metal de primer nivel. Veremos si resiste el desafío.
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