Manuel Marval: "Quiero dedicarle un Grammy a Ecuador"
El cantante venezolano que integró el grupo Salserín presenta Confía.
El artista venezolano Manuel Marval (32), quien fue parte de la orquesta infantil juvenil Salserín, vive en Ecuador desde 2018, es decir desde antes de la pandemia (2020). “Nací en las islas Margarita, tierra caliente. En Guayaquil es muy similar, gente fiestera. Cuando vine con el grupo en 2017 me gustó. Cuando pensé en salir de mi país y quedarme en alguna parte consideré que Ecuador era un buen lugar. Nosotros hicimos una gira larga, aproximadamente de cinco meses, e hice muchos amigos. El guayaco es muy cercano y los margariteños también lo somos”, cuenta.
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Leer másSe inició en el grupo Salserín de Manuel Guerra a los 21 años. Entonces los integrantes eran Alex González, Christopher Rey, Richard Tamoy, Egiber Guerra y Manuel. Esta era la novena generación y se quedó solo tres años. En nuestro país se lanzó como solista. Está dedicado completamente a la música. Se presenta en fiestas privadas, conciertos o tarimazos.
“El guayaco celebra todo, a pesar de los tiempos complicados que se viven, ya sea una quinceañera, una boda y hasta un divorcio”, añade entre risas.
- Tal vez por el tiempo que vive en Ecuador, su acento venezolano no es tan marcado.
Aquello es parte del trabajo con Salserín. El margariteño habla muy acelerado, rápido y muy coloquial. A veces no pronuncia bien las palabras. Una parte de mi formación era mejorar el acento.
No era el más talentoso, pero sí el más disciplinado
- La perseverancia logra lo que la dicha no alcanza, expresa una frase popular. Es decir que con esfuerzo constante se puede alcanzar lo que se propone.
Era el menos talentoso, pero el más disciplinado. No soy un artista empírico que estaba en su casa, lo escucharon y dijeron que cantaba bonito. Comencé a estudiar canto aproximadamente a los 11 años, a formarme. Como no se veía la madera, me tocaba trabajar para pagarme mis clases, no había los recursos. El talento nunca es suficiente. Existían ciertas condiciones, yo iba a cualquier concurso y nunca quedaba. Mis amigos que tenían la misma edad que yo, eran talentosos y ganaban. Todavía me sigo formando. Cada vez que tengo oportunidad de tomar algún taller, lo hago porque nunca se deja de aprender. En ocasiones me peleo con la suerte. El día que esta llegue, que me encuentre trabajando.
- Por lo manifestado durante la conversación sigue produciendo e incluso acaba de lanzar nuevo material.
Mi nueva canción se llama Confía, una salsa. Antes de lanzarla o antes de comenzar a escribir, era un mensaje que yo necesitaba. Tal vez se crea que viene por las elecciones que se dieron hace poco en Venezuela, pero no quiero limitarla a esa circunstancia. Todos pasamos por momentos que no son tan buenos y a veces queremos abandonar el barco. Necesitaba ese mensaje porque yo he tenido mis logros musicales, pero todavía no llego a un punto donde facture como quisiera, ya sea haciendo giras internacionales. En ocasiones digo: “¿Cuánto gasto en una canción, cuánto gasto en un vídeo, cuánto gasto en una promoción? ¿Y si yo mejor me dedico solamente a cantar en peñas o cantar por allí y sigo facturando lo que facturo ahorita sin tener ese gasto?”. Ahí viene lo que expreso en el tema, debo confiar.
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- La agrupación a la que perteneció era salsera. ¿A usted no le interesó probar suerte en otro género musical?
Me sigo manteniendo por la línea de la salsa. Mi amor por la música comenzó con la balada, pero luego de que salí de Salserín las personas me etiquetaron como salsero. Simplemente he dejado que el tiempo me siga guiando.
La salsa está en un renacer
- Las preferencias del público, sobre todo juvenil, se inclinan hacia lo urbano y han dejado a un lado géneros como la salsa.
La salsa tiene un renacer obligatorio. Creo que lo están haciendo hasta las grandes disqueras porque todo es cíclico. Todo ha tenido su momento y ahorita las personas están saturadas de lo mismo. Camilo, el yerno de Montaner, ahora está sacando salsas. Manuel Turizo, un cantante urbano, también lanzó temas tropicales. Siento que se está moviendo todo, aunque yo nunca he dejado de hacer salsa. Antes de la pandemia estrené Prisionero, versión salsa con Jorge Luis del Hierro. Creo que en mi caso no ha sido por moda, me mantengo fiel a lo mío, buscando un nicho que quizás no es global. El salsero es bien difícil, el salsero es bien complejo porque vienen de amar a Héctor Lavoe, idolatrar a Celia Cruz. El público tiende a comparar y colocan esa etiqueta. “Está bueno, pero nada como Frankie Ruiz, está chévere pero no suena como Héctor”.
- Entonces es un hombre que confía.
Por confiar, estamos aquí.
Luego de un año de vivir Manuel en Ecuador, su pareja Stephany, quien también es margariteña, y su hijo Rafael llegaron al país. Con ellos está la abuelita del artista, Aminta (70).
- Es complicado que una persona de la tercera edad, quiera vivir en otro país que no sea su tierra natal.
No se lo propuse, ni le insistí, solo dejé la puerta abierta. Solo le dije que el día que quiera estar conmigo, yo la iba a recibir con los brazos abiertos, así fue.
- Lastimosamente algunos de los venezolanos que han venido a Ecuador se han convertido en un dolor de cabeza por su comportamiento, por cometer actos delictivos…
No defiendo esos malos comportamientos, tampoco a esas personas que por su necesidad piden dinero en las calles. Si la gente no hace lo correcto, la justicia tiene que hacer su trabajo, como le corresponde. Las personas cuando se refieren a un grupo, generalizan, porque vivió un mal episodio con un paisano. Cuando viajas y estás en otro sitio, jamás te va a gustar, que llegues, por ejemplo a España y un español se refiera a ti despectivamente. Cuando las personas se expresan de esa manera lo que entiendo de entrada, es que no han tenido la posibilidad de viajar, hay personas buenas en todos lados y malas también. Yo he conocido ecuatorianos espectaculares, gente espléndida, pero también me han estafado. Yo espero que tenga la oportunidad de hablar muy bien de los ecuatorianos, porque los malos son minoría. Siempre hablo desde el agradecimiento porque estoy en un sitio que no es mi país, no tiene ningún tipo de obligación conmigo, entonces hay que respetar. Si yo voy a tu casa, tengo que acogerme a tus reglas.
- ¿Qué le agradece a Ecuador?
Todo, desarrollar mi carrera como solista desde aquí. Uno de mis sueños y espero lograrlo es dedicarle un Grammy a Ecuador. Creo que he cantado en todas las casas de Samborondón. Es parte de mi esfuerzo. Mi hijo no se sabe el himno de Venezuela, pero se sabe el himno de Ecuador. A veces desayuno arepas, pero en otras ocasiones encebollado y bolón. Recuerdo que en Perú me ofrecieron unos gusanitos, eso lo rechacé, pero tienen una comida de mar muy sabrosa. Conozco Perú más que Venezuela y Ecuador.
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Manuel espera terminar con vida el 2024, “luego de la pandemia, ya todo es posible, y que reciban con cariño los temas Confía y Enséñame a odiarte. La última canción no es dedicada a nadie, pero el título se presta para malinterpretaciones. Es un reclamo para una persona que se porta bien. Hay que buscarle algo malo, porque yo metí la pata un montón de veces, pero en la ficción. En la vida real trato de portarme bien (risas)”.
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