María Emilia Vásquez: "Mi poder es mi voz, quiero que sea mi fortaleza"
La comunicadora quiteña aspira a la corona de Miss Grand International. La gala se desarrollará en octubre.
La apariencia física no es suficiente para alcanzar una corona. A ello hay que sumarle la personalidad y preparación. María Emilia Vásquez Larrea, la nueva Miss Grand Ecuador, de cabello rubio platinado, tiene 26 años y mide 1, 73 metros. Confiesa que sus medidas son 90-59-90 y casi no se pesa porque no lo considera importante. Es comunicadora, obtuvo la licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento en la Universidad Argentina de la Empresa en Buenos Aires.
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Leer másEs parte del equipo de La Posta, en el cual maneja un segmento de economía familiar y es directora creativa de diferentes marcas. Vive entre Quito y Guayaquil. Su corazón está dividido entre ambas ciudades. Siempre está subida en un avión y dice que tiene alma de gitana, ir de un lado a otro. Se convirtió en la primera finalista en el mismo concurso que llevó a Andrea Aguilera al Miss Grand International 2021. Ahora es la representante ecuatoriana que viajará a Indonesia un mes antes de la elección, prevista para octubre.
Usted ingresó a los certámenes motivada por la curiosidad para vivir en carne propia la experiencia. Es decir, no quería que se la cuenten...
Hace tres años inicié cuando CNB se llamaba Miss Mundo. Ahí me enteré de que había otras franquicias, participamos en Supra y el World, pero no entré. Y luego en el Miss Grand el año pasado quedé primera finalista. Nunca desistí. Este año me dieron la oportunidad de ser yo la representante de Ecuador en el certamen internacional.
Toda mi vida vi estos eventos, pero solo como una espectadora. Cuando volví de Argentina, pensé en escribir un libro sobre el mundo de los reinados, el cual es muy cuestionado. No tenía ni idea de cómo mantener mi estética y por ello al principio recibí críticas. Los preparadores me pulieron. La publicación se llama 'Punta, tacón' y la terminaré cuando ya concluya mi experiencia.
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Leer másLa ex-Miss Grand Ecuador Andrea Aguilera le dejó la vara alta.
Lo sé, pero aquello no lo considero un obstáculo, lo veo del lado positivo. Soy una mujer competitiva. Más que nada es una huella alta. Somos dos mujeres distintas con las mismas capacidades. Ahora, cuando se hable de Ecuador, la gente estará pendiente de nuestro país. Abrió una puerta.
Siempre se cuestionan los concursos de belleza. ¿Considera que, de alguna manera, potencian a la mujer o solo la utilizan?
Soy el vivo ejemplo de eso, han sido un impulsador para mi carrera, como cualquier tipo de plataforma. Hay que verlo así porque muchas exmisses han incursionado en la política, en emprendimientos, hay una vida después de esto. En mi caso ya me está potenciando. María Emilia era una desconocida, ahora soy una imagen, una voz y hay gente a la que inspiro.
Ya los certámenes son más inclusivos, se aceptan mujeres casadas, con hijos, de otra orientación sexual o con alguna discapacidad.
El mundo cada vez amplía más su mentalidad en todo sentido, se están borrando esas barreras que nos dividen mentalmente. Nada de eso son obstáculos, mientras exista el compromiso. Ser reina es un trabajo, lo importante es saber lo que implica aquello.
Según su criterio, ubique en orden de importancia las siguientes características: belleza física, preparación, personalidad y espiritualidad…
Creo que lo primero es lo espiritual, somos seres energéticos. En segundo lugar, la personalidad porque nos pueden cambiar físicamente, pero mientras sepas quién eres, tus valores, metas, no pasa nada. Si no tienes personalidad o solo imitas a alguien, todo se cae. La preparación intelectual es importantísima, porque debemos ser mujeres con las que se pueda conversar de cualquier tema, generar, emprendedoras.
Extrañamente lo físico estaría en el último puesto. En los recientes reinados, a veces no es la más bella la que gana, sino la mujer que sabe vender, que sabe comunicar, que sabe ser la voz de la marca o empresa. En el momento de coronar pesan otras características.
En muchas ocasiones, las aspirantes a los reinados dicen que son muy espirituales para quedar bien o impresionar, ¿pero qué tan espiritual es usted?
No soy una mujer religiosa, pero sí muy espiritual. Sé que estoy obrando cada día porque existe un poder superior. Tal vez no el poder superior como muchos lo conocen. Practico meditación siempre, trato de conectar con esa energía que es el cosmos, agradezco siempre.
Creo en las energías de las personas, en las mías. El cuerpo habla cuando existe una mala energía, se te eriza la piel, duele la cabeza, sientes pesadez. Todo lo que se hace tiene una consecuencia. Siempre trato de dejar una huella en cualquier persona. Creo en Dios, pero no como la Iglesia lo pinta.
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Leer másConsidera que la nueva Miss Mundo ganó por su espectacular belleza o porque Polonia acogió a los refugiados ucranianos en la guerra con Rusia.
Es una mujer espectacularmente bella (Karolina Bielawska), pero ella ganó por su preparación y trabajo. Es una mezcla, también ha hecho labor social durante mucho tiempo. No solo llegó y obtuvo la corona, es una portavoz. Las organizaciones buscan mujeres con las que puedan trabajar.
¿Una soberana o comunicadora puede convertirse en una portavoz en un conflicto bélico?
Me tocó trabajar cuando la guerra estalló, era mi turno, lo vivimos como si estuviéramos ahí. La comunicación es un arma que se puede usar a tu favor o para destruir. La usé para difundir, no hace falta un tanque de guerra para destruir, para aquello basta con una palabra. La gente que me sigue en mis redes sociales, sabe que trato de utilizar las palabras perfectas para motivar, mi poder es mi voz, quiero que esa sea mi fortaleza.
María Emilia define como original su estilo de vestir. “No sigo tendencias. Trato de buscar ropa que me quede bien, conozco muy bien mi cuerpo, sé lo que debo tapar y lo que puedo lucir. A veces uso escotes, shorts y faldas, muestro la espalda, me encantan mis piernas. Creo que ese es mi atributo físico más fuerte.
En un momento de mi vida no lo eran porque fui muy flaca, sin ninguna razón aparente. Las amo porque me han llevado a muchos lugares, puedo usar tacones de 15 centímetros o también tenis.
En la época estudiantil sufrí bullying por mi extrema delgadez. Parecía la hermana menor de mis compañeras. Casi no desarrollé senos, no me sentía una mujer. Por ello me operé el busto. Mi madre nunca me cambió de colegio, no me la pusieron fácil porque la vida es dura”, cuenta.
¿Es decir que para usted ‘sin senos no hay paraíso’?
(Risas) En parte, sentía que me faltaba algo. A veces me olvido que me operé porque son muy naturales. No tenía nada de nada.
Pero ser mujer es algo más que pechos. ¿Entonces las que pierden uno o los dos por una enfermedad como el cáncer dejan de serlo?
Todas las mujeres tenemos inseguridades en lo físico. Si nos operamos para sentirnos mejor, está bien, yo quería ese cambio en mi vida. Me dio la confianza que tal vez no tenía.
¿Qué hacer para que su nombre y su labor suenen aún después del reinado?
Seguir trabajando es la única manera. Tengo algunos proyectos que están en pausa porque requieren de mi total disponibilidad. Uno de ellos es un emprendimiento deportivo y una marca de ropa en la cual trabajo con mi madre. Espero internacionalizarme, quisiera conocer otros medios y culturas porque me encanta viajar. Mi objetivo es la corona, pero si Dios o el universo no quieren que así sea comenzaré con los emprendimientos que están detenidos.
A veces, ser reina exige ciertos cambios estéticos.
Hasta ahora la única cirugía a la que me he sometido es la de pechos, estoy por hacerme una operación de nariz, muy sutil. También cambié el color de cabello y me hice un diseño de sonrisa.
¿Qué tan importante ha sido la familia en este proceso?
El mil por ciento. Mi familia la conforman mis padres (Manolo y Jimena) y mis dos hermanos (Juan Sebastián y Paula). Ellos no solo han visto mis triunfos, también mis lágrimas y mis desesperos.
La altura y los lugares cerrados le dan pánico...
Me encanta el deporte porque es un buen acercamiento con el cuerpo. Hago pesas, pero busco la aventura también. Me pongo objetivos físicos, soy claustrofóbica. Me fui a bucear a Puerto López el mes pasado. Logré vencer el miedo. Al principio lo sentí porque necesito estar en amplitud y en ese traje me sentí atrapada. Casi me rindo. Estoy considerando escalar porque soy mala para las alturas. Tal vez escale una pared o el Cotopaxi. Todo es mental. Agradezco a mis padres que me han hecho valiente.
¿Qué le quitan el buen ánimo y la sonrisa?
Las injusticias. Considero que soy una persona justa. Molesta que le hagan daño a alguien o maltraten a un animal indefenso. Aquello duele y mucho.
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Leer másAunque está sola, ¿seguramente tiene un ideal de hombre?
Me gustaría una pareja con metas en conjunto, no tengo apuros. La persona que es para ti llega, pero debe ser trabajador, con aspiraciones claras y con sueños.
Si cree en la reencarnación, ¿quién piensa que fue en otra vida y quién cree que será?
Curiosamente en una materia de autoconocimiento hice una regresión. Vi que fui una indígena, en mis conexiones espirituales siempre me he visto en lo relacionado con la salud porque trato de sanar no solo en lo físico sino también en lo espiritual. Personas que están rotas o lastimadas, yo trato de llenar ese vacío.
En una próxima vida no sé quién pueda ser, tal vez un animal. Se lo dejó a la vida, quizá un caballo por su agilidad, elegancia al caminar, es un medio de transporte y por su libertad.