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María Mercedes Cuesta.
María Mercedes Cuesta.Miguel Canales

María Mercedes Cuesta: "Estoy sola, pero no sufro de soledad"

La expresentadora disfruta de su vida a plenitud, alejada de la ciudad

Tras los incidentes violentos ocurridos en TC y en la avenida del Bombero, el 9 de enero, la comunicadora María Mercedes Cuesta (50) se marchó a Olón para alejarse del estrés, del ruido y de los peligros que existen en las ciudades grandes.

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Ahora prefiere disfrutar de la playa, de platillos costeros, de largas caminatas en la orilla del mar y de practicar surf.

Su hija María Emilia se quedó en Guayaquil y el menor de sus retoños Sebastián se encuentra en Estados Unidos. Vive de manera sencilla, sin lujos y opta por un look muy natural. No ha dejado de trabajar.

En 2023 aprendió gastronomía en la Escuela de los Chefs y las enseñanzas culinarias las puso en práctica en el restaurante Alma Parrilla, con el chef Alexis Villacís.

Olón, su refugio

Cuando las mujeres llegan al medio siglo de vida les da por deprimirse. ¿Cómo le ha ‘pegado’?

Estoy tranquila y feliz, no soy de las mujeres que niegan la edad. Aquello no va conmigo. El 28 de noviembre cumpliré 51. Algunas se amargan. Yo estoy agradecida porque muchas no llegan al medio siglo, se quedan en el camino. Es una bendición, un privilegio.

¿Vivir en la playa fue una decisión que ya estaba en su cabeza o fue tomada de un momento a otro?

Siempre quise vivir en la playa, desde que era niña. Yo había estado en Europa durante 25 días y volver a la realidad de nuestro país fue terrible. Tenía esa idea en mi cabeza desde hace dos años. Un día llegué a la radio donde laboraba y renuncié. No deseaba ser portadora de malas noticias. El estrés y la angustia enferman. No pienso regresar a Guayaquil, cambiaré mi domicilio para votar. Ahora mi hogar es Olón, vivo en el pueblo, sigo trabajando con mis marcas y soy vocera del dragado.

¿Cómo tomaron esa decisión sus hijos?

Están felices, no los he abandonado. Son grandes, me dijeron que haga lo que considere mejor. Nadie que me quiera puede no estar feliz con mi decisión. Llevo una vida calmada, no hay palabras para expresarlo.

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Por lo que cuenta, su vida ha dado un giro total.

Yo llevaba una vida súper sedentaria. Hace dos años comencé a hacer ejercicios con la coach Anabel Saavedra en Guayaquil. Ahora el ejercicio es parte de mi vida, practico surf y chi kung. Nunca me había subido en una tabla. Aprendí con Michele Soriano. Al principio veía las olas y creía que eran olas de tsunami. Michele me decía que confíe, me da tranquilidad. Cuando me paré en la tabla fue una sensación de libertad, de equilibrio. Es una terapia de resiliencia.

¿Encontró el equilibrio en su vida?

En esta etapa de mi vida, sí. Estoy en un proceso bonito, de convertirme en la mejor versión de mí.

Meche Cuesta
Se siente muy conectada con el mar.Miguel Canales

¿Qué le produce estar frente al mar?

Es una gran conexión, me da calma. Necesito meterme al mar a diario para llenarme de energía. Camino en la playa, tomo agua de coco e inicio mi día.

Muchos le tienen miedo al mar. Otros lo respetan.

Yo no le tengo miedo, lo amo.

Ahora su vida tiene otra dinámica

Así es, no voy al supermercado, compro en una tienda. Como muy sano. Dejé el azúcar, arroz y pan. Hace tres años me operé de la manga gástrica. Es solo una herramienta porque si no se cambia de estilo de vida, se sube de peso de nuevo. Como proteínas, frutas, vegetales, granos, frutos secos. No he dejado el carbohidrato porque lo necesito por el ejercicio. En lugar de arroz como pastas. Cuando no estoy en Olón, extraño. La ciudad me produce mucho ruido.

Si estudió gastronomía es porque tiene proyectos culinarios.

Siempre he cocinado porque mi abuela Sonia me puso desde niña en una cocina para ayudarla. Tengo proyectos gastronómicos que quise ponerlos en marcha en Guayaquil, pero ahora lo haré en Olón porque es una zona con un crecimiento gastronómico importante. No doy detalles porque en la puerta del horno se quema el pan.

La nueva versión

¿Esa nueva versión de Meche Cuesta está sola?

A esta edad he descubierto que para ser feliz no necesito a nadie. No se puede dar a otro lo que no se tiene. Estoy sola, pero no sufro de soledad. Disfruto estar conmigo. Agarro mi coco, mi toalla, mi silla… Desde hace cinco años hay una persona especial en mi vida, pero este es mi momento. No es egoísmo, es pensar en mí. Es amor propio. Quienes quieran estar conmigo, ya saben dónde vivo. No le pongo título a ninguna relación. Mi felicidad la construyo yo, no depende de nadie. Lo entendí ahora que soy grande. Me gusta mi compañía. Tuve una propuesta de trabajo en Guayaquil, pero nadie puede pagar lo que vivo ahora, calidad de vida.

¿Las relaciones que ha tenido qué le han dejado?

Nunca diré nada malo. Agradezco lo vivido en el momento que lo he vivido, pero este es otro momento. No puedo decir nada malo de Enrique Mata, pero tenía que tomar una decisión, cumplir un sueño. No me he peleado, pero no puedo decir que tengo una relación porque estoy en Olón. Enrique me dijo que haga lo que me hiciera feliz.

¿Ya no se preocupa por estar a la moda, el maquillaje y todo de lo que están pendientes muchas mujeres?

Soy cara lavada, no uso nada de maquillaje. Estoy planificando organizar una venta de ropa con mi hija, venderé lo que ya no uso. Ahora solo visto short y camiseta.

"No soy una madre metida"

¿Actualmente cómo es la relación con su hija, María Emilia? Muchos comentan que es ingobernable.

Es lo que se dice, pero nadie la conoce, nadie sabe el mal de la olla sino la cuchara. Es una relación normal de madre e hija. María Emilia tiene una condición y lo ha manifestado públicamente. Ha sido valiente en reconocerlo y tratarse. Tiene trastornos de ansiedad y es una persona borderline (trastorno límite de la personalidad cuya característica central es la inestabilidad del estado de ánimo, la conducta y las relaciones sociales). La admiro enormemente y la amo con mi vida. Cuando le da una crisis, yo le doy su espacio. Es fácil hablar desde la ignorancia. Me costó mucho verla crecer, verla grande. Siempre quise protegerla y tal vez la ahogué. Mis hijos son mis grandes maestros.

¿Alguna vez le ha pedido que se maneje de forma más prudente?

Lo he hecho, pero ella tiene su forma de pensar. Tiene 30 años, no me meto. Si me piden mi opinión la doy, de lo contrario prefiero no decir nada. A mis 30 años no me gustaba que mi mamá se meta en mi vida. Yo tuve que aprender de mis propios errores.

Las madres dicen que sus hijos serán sus hijos hasta el último día de su vida.

Es cierto, pero no soy una madre metida, soy respetuosa. Opino si me piden mi opinión.

¿Le dijo que iba a participar en el reality `'Desafío a la fama'? ¿Usted estuvo de acuerdo?

Le dije que no lo haga porque vi cómo le afectó emocionalmente estar en el otro (El poder del amor). Me respondió que ella tenía un fin. Siempre la apoyaré. No la veía porque no veo televisión desde hace tiempo. Además, les pedí a mis amigas que no me cuenten nada. Bloqueé todo. Muchos creen que tienen una vida perfecta. Escriben comentarios totalmente deshumanizados. Los que deben ir a un psiquiatra son ellos. Lanzan odio porque tienen envenenada su alma. A mí me dicen “vieja”. Yo les digo que ojalá lleguen a mi edad así como yo. Todos seremos viejos, la juventud no es eterna. Ya no hablaré más de María Emilia, no le gusta que lo haga.

Meche Cuesta
Ahora practica surf.Miguel Canales

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