ME.DE.AS, un giro a la pieza de teatro clásico griego
Esta es su segunda temporada en la capital. Las funciones son el sábado 6 y domingo 7 de mayo, a las 18:00, en el Teatro Nacional Sucre
Medea, la bruja. La hija de un rey que traicionó a su familia por amor, y que fue traicionada por quien amaba. La mujer que prefirió ver el mundo arder antes que resignarse al abandono. La madre desnaturalizada, la guerrera, la enemiga.
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Leer másEste complejo personaje de la mitología griega, recordado universalmente por la tragedia de Eurípides, es el punto de partida de una obra teatral que adapta el texto clásico a las perspectivas contemporáneas.
El guion de ME.DE.AS, obra que inaugura su segunda temporada esta noche, fue elaborado por el colectivo Mtiómana-Artes Escénicas. Así lo explica Gabriela Ponce, miembro de este e impulsora de la puesta en escena.
“Después de la pandemia, decidimos trabajar en una nueva obra, y tenía algún tiempo queriendo abordar una tragedia. Hace muchos años había leído Medea y pensé en hacerle una actualización”, dice.
Para ello, Ponce y el colectivo leyeron numerosas versiones de Medea, desde el texto de Eurípides hasta sus versiones más modernas. “En ese proceso nos encontramos con Medea: debate, de la escritora alemana Christa Wolf, que planteaba un cambio radical a la mitología”. En ella, la protagonista no mata a sus hijos, sino que son asesinados como resultado de la xenofobia.
“Fue un momento de quiebre. Entonces decidimos replantear Medea para hablar sobre la maternidad, planteándola como madres, pero también como hijas”, indica Ponce.
La actriz Cristina Marchán añade que en el transcurso del diálogo surgieron experiencias íntimas, cuestionamientos y dudas, que fueron contribuyendo con el guion.
Empezamos a compartir historias muy intensas y dolorosas sobre nuestras maternidades y nuestras madres, sobre las presiones sociales que influyen en la maternidad. También sobre cómo el cuestionar este rol y los afectos que conlleva, pareciera casi como un tabú.
A la par de estos cuestionamientos, se fueron sumando otras voces, entre ellas las de cuatro bailarinas urbanas migrantes, que se sumaron a la obra de casualidad. Ponce precisa que “sus testimonios no fueron parte de la construcción de la obra, se sumaron después, pero cambiaron totalmente la dinámica. Escuchamos sus testimonios de migración, de otras maneras de vivir la maternidad totalmente ajenas a las que nosotras conocíamos, y tuvimos claro que sus voces debían estar en ME.DE.AS”.
Con sabor a Monserrath
Leer másUno de estos es el de Mary Trini Acuña, una venezolana de 55 años que habla sobre su proceso migratorio. “Yo no tenía experiencia alguna en actuación, provengo del mundo del hiphop, y no me imaginé que mi vejez fuera así. Sin embargo, ha sido una experiencia liberadora”, relata Mary.
La primera temporada, que se realizó en septiembre de 2022, tuvo un éxito rotundo y resultados inesperados. “Nos sorprendió muchísimo que mujeres que asistieron, madres y abuelas, salieran sumamente conmovidas porque habían vivido en épocas en las que no habían podido cuestionarse ciertos dogmas relacionados a ser mamá, a ser hija. Creo que fue catártico y por eso también nos animamos a montar la segunda temporada”, añade Ponce.
El sábado 6 y el domingo 7 de mayo, las funciones son a las 18:00 en el Teatro Nacional Sucre, ubicado en la Plaza del Teatro de la capital. Las entradas tienen un costo de $ 15 y $ 20, según la localidad. Tras la temporada en la capital, esperan llevar la puesta en escena a teatros de Guayaquil y de Cuenca.
- UNA PUESTA EN ESCENA QUE COMBINA VARIAS DISCIPLINAS
Música en vivo, proyecciones de arte, intervenciones que salen de escena y más son parte de ME.DE.AS, obra que combina no solo la actuación, sino también numerosos elementos multidisciplinarios.
“Desde el inicio la concebimos como una obra que integrara distintas aristas”, manifiesta Ponce. “La primera investigación que llevamos a cabo no fue del texto de Medea, sino visual”.
- LA ESCENOGRAFÍA
La materialidad fue un punto de partida, pues desde el inicio también se habló de cómo la escenografía influiría en la historia. Envolturas elaboradas con parafina y transparencias fueron parte de este proceso, pues hablaban sobre el vacío que dejan los hijos desde una manera estrictamente visual.
A la par de estos elementos, buscaron imágenes que fueran acompañando la escena. “Queríamos que todos los lenguajes hablaran, que se articularan entre sí”.
Curiosamente, una vez que este proceso estuvo listo, recién se incorporaron al proyecto las actrices, entre ellas Cristina Marchán, Caymo Pizarro, Clara Francisca Polo, Valentina De Howit, Emilia Contreras, Denisse Neira, Marcela Correa, Marglene Phillips, Lizbeth Cubides, Nai Ramírez y Mary Trini Acuña.
No obstante, están conscientes de que la escenografía y la puesta en escena deberán ir cambiando. “Sabemos que para llevar la obra a otras ciudades debemos poder desmontar rápido y eso implicará cambios”, reconoce Ponce.
- UN 'CHAULAFÁN' MUSICAL
Así como el guion se montó sobre la marcha, la musicalización también se hizo a través de la investigación sonora y la catarsis.
Así lo explica Pablo Molina, quien elaboró el diseño sonoro para la obra. “Teníamos una cartografía con referencias históricas, literarias, cinematográficas y más, y las usamos como base para ir dilucidando cómo tenía que ser la musicalidad”.
Las primeras piezas en incorporarse surgieron tras un proceso investigativo en el que primaron las puestas en escena del texto de Eurípides. “Descubrí que en 1735 Georg Benda hizo un melodrama de Medea y agarramos de ahí ciertas melodías”.
La obra cuenta no solo con música académica, sino también con temas de hip-hop e incluso con canciones de Paquita la del Barrio. “Es un 'chaulafán' musical que acompaña la escena”.