Meche Cuesta: "María Emilia es una chica real"
La madre de Mare Cevallos no quería que su hija participe en el reality turco 'El poder del amor'.
La expresentadora de noticias María Mercedes Cuesta (48) está alejada de la TV y de la política, ahora trabaja en radio. Es parte del programa 'Así amaneció' en WQ.
Hace un mes se hizo la manga gástrica porque tenía 40 libras de sobrepeso. Con su pareja, Enrique Mata, mantiene una relación desde hace dos años. Su último esposo fue Fernando Pareja Cordero.
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Leer másSu rostro luce diferente. ¿Se hizo algo?
Nada. Pero desde los 39 años me pongo botox para prevenir las arrugas, es una manera de minimizarlas. No hay que ponérselo cuando ya han aparecido, se debe hacer antes. Algunas personas se ponen rellenos, eso es algo totalmente diferente.
Para bajar de peso se operó...
El 14 de noviembre me hice la manga gástrica. Lo hice porque tenía sobrepeso, 40 libras de más. Solo he bajado 18, mi intención no es perderlas de golpe, debe ser progresivo, con ejercicios y con una alimentación sana. Ya no tenía voluntad.
El problema es que me encanta comer. Mis amigas dicen que comía como hombre. Ya entré a la menopausia, me sacaron el útero en el 2018 o 2019 porque sufría de sangrados muy fuertes.
¿Considera que era necesario esa intervención en su caso?
Tomé una decisión radical. Estaba hipertensa y prediabética. Primero se me hizo una evaluación médica. Me siento feliz con los resultados. Me ha cambiado la vida, ya no puedo comer lo que comía antes. Por ahora solo consumo papillas, líquidos... Luego vendrá lo sólido. Me volví sedentaria.
Debo tener una alimentación sana para el resto de mi vida. Mi interés no es estar delgada para lucir sexy sino por salud.
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Leer másEn su juventud tuvo trastornos de alimentación. En esos casos las personas siempre se ven gordas, aunque no lo sean.
Eso ya está superado. La balanza es la que me decía que tenía sobrepeso.
Su hija, Mare Cevallos, no sabía que iba a entrar al quirófano.
No se lo dije porque sabía que tenía presión en el reality. Se iba a preocupar y no quería eso. Cuando lo supo me dijo que la trataba como chiquita, le expliqué mis razones. A nadie de mi familia se lo conté, solo lo sabía mi amiga, Gina Reinoso. Luego cuando se enteraron se alegraron.
Tampoco lo sabía mi hijo Sebastián (19), le dije que me iba a operar de la vesícula. Mi mamá (Amelia) se hizo la misma cirugía hace cinco años. Ella tenía mucho sobrepeso, ahora no come en las cantidades de antes.
Ya son varios matrimonios en su vida...
Usted es indiscreta.
¿Por qué?
Algunos ya no los recuerdo. No los cuento. Ahora tengo una pareja (Enrique), desde hace dos años. Estoy en una época en la que me siento plena, no hay intenciones por el momento de un nuevo matrimonio, no tengo apuro de nada. La vida me ha enseñado que la prisa no lleva a nada bueno. Él en su casa, yo en la mía.
No le interesa que lo mencionen. Lo conozco desde que tengo 12 años, me río mucho con él, es positivo, cuando tiene que decir algo lo dice con cariño y respeto.
De las vivencias se aprende...
Siempre ha sido un ganar ganar. Nunca me quedo con lo malo. A los padres de mis hijos les agradezco por ellos. Son unos chicos buenos, sencillos, cero poses y cero materialismo. A mi último esposo debo agradecerle por los buenos momentos. A esta altura disfruto de todo.
El tiempo se va tan rápido que solo debemos ser felices, sin dañar a nadie. Hay que vivir bonito, ligero y sin cargas.
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Leer más¿A qué cargas se refiere?
Ya no tengo mochilas en mi espalda, no cargo con nada. Tal vez en un momento me llené de resentimientos o ira. Ya no los siento. Eso solo me dañaba. Llevo la fiesta en paz, vivo mi metro cuadrado, no me meto con nadie. No consumo lo que me hace daño. Antes veía cintas de terror, pero luego no podía dormir, dejé de verlas, así como las dramáticas que me hacían llorar.
¿Cómo quiere llegar a los 50?
Con mis hijos al lado. Perdería la cabeza por un nieto, mi mamá fue abuela a los 36 años. Ellos no tienen ninguna intención, aunque me gustaría ser abuela joven. Fui madre a los 19, ahora lo disfruto, no soy su íntima amiga sino su mamá. Pero tienen la confianza de hablar de todo conmigo.
¿La política está descartada?
Me dejó un mal sabor, pero también hubo cosas positivas, creo que fue una experiencia que necesitaba vivir.
¿De qué le sirvió confesar que había sido agredida sexualmente?
Para nada. Fue motivado por el calor de un discurso político. No soy proaborto, pero no se puede meter presa a una mujer que decide terminar con un embarazo producto de una violación. No me di cuenta hasta que abandoné el lugar. Ahí me vino un llanto terrible.
¿Cómo evalúa el 2021?
Mi hijo terminó la secundaria, quiere estudiar cine. Ojalá sea en el exterior. María Emilia se fue a otro país con otra cultura. Viajar da mundo, por ello es una gran inversión, nadie nos quita esas vivencias.
¿Volvería a la TV?
No descarto nada. Lo último que hice fue 'PluriTV'. Me gustaría volver, pero no me muero por la TV.
En una reciente entrevista manifestó que usted ya no era Meche Cuesta sino la madre de Mare Cevallos. ¿Su hija le ha quitado protagonismo?
(Risas) Yo me llevo divinamente con mis hijos. Ahora la reconocida es ella y por méritos propios. La admiro mucho. Cuando hizo su primer casting en Gamavisión no sabían que era mi hija. Todo se lo ha ganado sola, nunca he tenido que llamar a nadie para conseguirle un trabajo.
Me ha dicho que no quiere que la relacionen conmigo, no por algo malo sino que para ella sería muy frustrante lograr algo por palancas y no porque tiene talento.
¿Estuvo de acuerdo con que participe en el reality?
En mi familia nadie estuvo de acuerdo porque preferimos el bajo perfil. La única pública era yo. Cuando me explicó sus razones la entendí porque ella es actriz y busca una proyección internacional.
Por la pandemia, ese gremio fue muy afectado en 2020. Para ella era una gran oportunidad, entonces le dije que la aproveche y que demuestre lo que vale. A los hijos ya no se les puede decir que no hagan algo, además es una mujer de 28 años.
¿No es fácil de manejar, seguramente?
Tiene su carácter, pero escucha. Yo era exactamente igual a esa edad, he comprendido que cada quien quiere vivir sus propias experiencias, no aprender en experiencia ajena. Cuando ella me habla, me veo reflejada. He cambiado horrores en la forma de hablar con ellos. Mis hijos han sido mis grandes maestros. Entendí sus puntos de vista, lo que me preocupaba era la exposición.
¿Por qué?
Porque no es sana y no es sana para nadie. Pensé que era un reality como 'Gran Hermano', eso me daba terror. Creo que la gente debe hablar de su trabajo, no darse a conocer por escándalos o por ser mediáticos. Eso no da paz.
Su hija se ganó la antipatía de muchos...
María Emilia es una chica real, no tiene poses. En este mundo en el cual la imagen es todo, eso puede ser un problema. Creo que es mejor hablar en positivo, muchos se identificaron con ella porque todos somos seres imperfectos. Habló de su ansiedad, la expuso. Mucha gente la sufre y no lo dice porque cree que dirán que son locos. En las redes sociales decían que se tome la pastilla, lo cual considero comentarios groseros, crueles y desatinados. Muchos viven tranquilos porque están bien medicados.
Más problemas mentales tienen los que escriben tonterías que las personas que los exponen. No concibo que alguien le diga a otra que ojalá se muera. El otro día alguien me escribió y me dijo que me habían desfigurado la cara. Le respondí que esto se llama edad y que ya tengo 48 años.
¿Heredó su carácter fuerte?
Mi hija tiene una gran personalidad, me siento súper orgullosa de ella. Me ha dicho que no le interesa encajar y que eso era en mi época, que ella no es así. La Navidad tal vez la pasemos en Guayaquil y el fin de año en la playa. María Emilia es súper casera, me dijo que necesitaba descansar porque había sido fuerte la experiencia vivida en el reality.
¿Qué pasará con la relación que mantiene con Andrés Salvatierra?
Son pareja, pero quieren mantenerlo bajo perfil. Ella está enamoradísima de ese chico, no sé cómo van a manejar esa relación a la distancia. Seguramente él se irá a Bolivia. Tengo que conocerlo. Los padres no podemos meternos porque la felicidad o infelicidad será solo de ella.