Michelle Yeoh marca un punto a la diversidad
La ganadora a mejor actriz impresiona por lo diáfana. Es muy delgada y la cámara no la favorece.
En artículos anteriores escribí que la película Todo en todas partes al mismo tiempo era la manzana de la discordia lanzada al Óscar y, efectivamente, lo fue. La prensa estadounidenses, en su mayoría, opinó que tanto Michelle Yeoh, como la cinta, no eran plausibles a los máximos galardones.
Se pronunciaban por Cate Blanchett y Los espíritus de las islas, pero en la sala de prensa nadie hizo un gesto o comentario sobre estas diferencias y, más bien, recibió con entusiasmo a la primera mujer asiática en ganar el Oscar por un rol estelar.
Para mí fue una sorpresa al verla tan de cerca. Es menuda (1.63) y luce mucho mejor en persona, la cámara no la favorece. Es muy delgada, no pasa de las 121 libras, tanto que si hubiera suspirado… se le caía el vestido. La cabellera tiene los tonos del marrón oscuro y los ojos son color café y no tan achinados.
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Leer másMi vecina afirma que lleva un traje blanco creado por Dior y yo lo acepto cual verdad tajante. Sonríe a menudo y hay algo en su personalidad que agarra al instante. El Óscar va pegado a su corazón y le sirve de espejo a las joyas que su cuello y orejas portan, amén del brazalete. Es, en síntesis, una mujer elegante, atractiva y diáfana.
Los periodistas levantan sus números y escucho decir: ¿Qué significa para usted, siendo mujer asiática, su triunfo? Especialmente su rol en Todo en todas partes del mundo.
Ella responde: "Este es un momento histórico y debo agradecer a la Academia por abrazar la diversidad racial y su verdadera representación. Esto se ha venido gestando desde hace algún tiempo y hoy se ha roto ese techo de cristal. Y es justo porque necesitábamos ser vistos, escuchados y no solo hago referencia a mi raza sino a todas quienes son consideradas minorías".
Su respuesta sigue: "Es necesario que todos tengamos las mismas oportunidades, así podremos tener nuestros asientos en la mesa. Eso es todo lo que pedimos: ¡Dennos la oportunidad! ¡Probemos que la merecemos!
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Leer másLos aplausos no se hacen esperar y las preguntas quedan bajo el mismo patrón: la raza. Prefiero callar, no preguntar y escuchar:
Este es un momento histórico y debo agradecer a la Academia por abrazar la diversidad racial.
"Usted menciona continuamente la importancia que tienen las madres y tengo una curiosidad: ¿hay algo que su madre le haya dicho o aconsejado para seguir adelante en su carrera?".
Michelle sonríe con orgullo, agacha la mirada, pone su mano en el corazón y afirma con su agradable voz: "Que siempre tuviese confianza en mí misma. Me habló del amor, me enseñó lo que era ser amable y saber aplicar la compasión cuando es necesario. No siempre he resultado una buena alumna (…). Lo que pienso es que toda madre quiere que sus hijas, día a día, sean mejores… porque así tendrán una vida superior y ello será siempre su último bastión".
Las entrevistas han terminado. Abandono la sala, quedo sujeto a una fotografía y me pierdo entre las cortinas rojas que han armado un laberinto. Desemboco al lado de Lupita N´yongo y más allá conversan Hugh Grant y rostros hoy famosos pero que no impedirán la veleidad del tiempo. En ese momento reafirmo que la alfombra dejó de ser roja, ahora tiene la tonalidad, el aroma del champán.
- CURIOSIDADES
-Nació en Malasia en 1962, pero tiene ascendencia china. Curiosamente el idioma de sus ancestros fue el último en aprender. Domina el inglés y el malayo.
-Aprendió ballet en la escuela Royal House de Londres, pero no concluyó sus estudios.
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Leer más-Fue Miss Malasia en 1983 y Miss Momba 1980, en Melbourne. Estuvo considerada entre las 50 mujeres más bellas del planeta, según publicó la revista People en 1997.
Ese año, precisamente alcanzó fama mundial por el filme El mañana nunca muere, la primera cinta del agente Bond en el que se incorporó un personaje femenino asiático,
-Su segundo éxito mundial fue El tigre y el dragón (2000).
- SU DISCURSO EN LA NOCHE TRIUNFAL
Una incrédula Michelle Yeoh escuchó su nombre de triunfadora y con pasos trémulos subió al escenario para recibir el Oscar y emitir sus primeras frases.
“Muchísimas gracias a todos quienes ven esta ceremonia, especialmente a la juventud, pues este galardón es como un faro de esperanza y posibilidades, el que prueba lo valioso que es soñar y saber que los sueños se hacen realidad. Y mujeres, no permitan que nadie les diga, jamás, que su tiempo ha pasado, nunca se den por vencidas.(…)".
Y continúa: "Quiero dedicar este galardón a mi madre, a todas las madres del mundo, porque ellas son realmente los súper héroes y sin ellas ninguna de nosotras estaría aquí. Mi madre tiene ya 84 años y le llevaré el Óscar a su residencia, en Malasia, está con mi familia, mis amigos. Los quiero. Igual para mi extensa familia residente en Hong-Kong, donde empecé mi carrera. Gracias por el apoyo que me brindaron y que ha permitido llegar donde estoy. A mis ahijados, a mis hermanas (…). Gracias a la Academia porque están haciendo historia”.