Moda con consciencia: Una segunda oportunidad para la ropa usada
Vestir a la moda ya no es cuestión de estrenar ropa. Dejar atrás el consumismo puede tener mucho estilo.
Cada año se venden 80 mil millones de prendas en el mundo, y la revista Forbes señala a la industria de la moda como la segunda más contaminante del planeta. Para la elaboración de ropa se usan químicos, tinturas, materiales no biodegradables y muchos cambios de colecciones llegan a ser desechables al poco tiempo y se acumulan en los botaderos de basura a nivel mundial.
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Leer másDe seguro en su armario encuentra más de una que no quiere usar, y opta por botar o regalar, aunque todavía esté en buen estado. Esta segunda opción siempre será la mejor manera de extenderles la vida.
Desde hace varias décadas existen las tiendas de segunda mano, donde outfits vintage son ofertados a bajo precio y casi siempre en buen estado. Pero con la aparición del fast fashion y los bajos costos de las maquileras —y su producción— en Asia y América, se tornó más fácil estrenar conjuntos con estilos similares a la de las casas de diseñador. Estar a la moda es más sencillo ahora. Casi tan simple como la inmediatez de dar like a una foto en Instagram y por la misma app pedir esa chaqueta nueva que tanto usan los influencers.
Pero esto no va más. Aunque el consumismo no se acabará, estrenar ya no es una prioridad. El auge de darle una segunda oportunidad a la moda está llegando con fuerza y Ecuador tiene a sus representantes.
Uno de ellos es Anaquel, un proyecto que nació en Cuenca pero es conocido a nivel nacional gracias a las redes sociales y su propuesta de colecciones.
Dani Muñoz, su creadora, explicó que este proyecto tiene dos años y el principal motivo de su marca es reafirmar que la moda debe tener un concepto que se mantenga. “Informar sobre la industria textil es lo más importante de esto. Nació como un rechazo personal al consumismo pero también del gusto de querer vestir bien. Anaquel es una opción sustentable”, explicó.
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Leer másLa venta de ropa de segunda mano con una idea y concepto, como si se tratara de una colección, es su propuesta. A ella no le gusta revelar las tiendas donde las consigue, pero siempre pretende que sean atemporales pero con personalidad.
Las redes sociales juegan un papel importante en la difusión de estos productos. Las tiendas virtuales son el aliado para la mayoría de emprendedores. Tras una pequeña investigación se notificó que en Guayaquil hay más de 15 tiendas con esta temática, entre las que destacan Armarium, Hallados, Reshop, Sin etiquetas, Unlocked Clothes y Mega moda.
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Leer másMuñoz destacó que entre las ventajas de comprar ropa vintage está que se puede lograr un outfit único, gastar menos dinero y ayudar al medioambiente. Alberto Banchón, estilista de moda, coincide con esta idea. “Al comprar una de estas te haces de una prenda única, ya que no la encuentras en las tiendas. El tipo de estampado, la calidad de las telas y los cortes las hacen especiales”, comentó. Anaquel tiene como proyecto convertirse en un laboratorio donde artistas, diseñadores y fotógrafos puedan vincularse con la marca y la sustentabilidad.
En el mundo
No todas las prendas son moda, pero todas tienen la oportunidad de revivir con un nuevo dueño. Por eso hay varios tipos de establecimientos.
Algunos son de donaciones con piezas en buen estado para regalarlas a los más necesitados. Otras son subastas con trajes de segunda mano de diseñador, y sirven para los cazadores de estilo más apetecidos en pasadas colecciones. También se han impuesto las ‘Charity Shops’, que en países como España, han despuntado en el último lustro como una forma de hacerle frente al fast fashion y conseguir dinero para sus causas benéficas.
En cifras
- 3 mil millones de dólares es lo que recauda la industria de la moda a nivel mundial.
- 4 grandes empresas se presentan como los grandes jugadores del mercado, en su mayoría fast fashion: Inditex, LVMH, H&M y Nike.
- 800 mil toneladas de residuos textiles se desechan cada año.
- 93 mil millones de litros de agua usa la industria textil cada año para teñir las prendas.
- 5 años es el promedio de una prenda clásica de uso diario.