Mon Laferte conmovió con su voz a Quito

Las primeras notas de Te juro que volveré enloquecieron al público. Ese jueves había sido un día de incertidumbre a causa de los extensos cortes energéticos que sumieron a la capital en la penumbra. Sin embargo, para los fanáticos de la artista chileno-mexicana Mon Laferte nada podía ponerle un freno a ese recital tan esperado, ni siquiera el temor de que, en cualquier momento, la luz pudiera irse otra vez.

Muchos de los asistentes habían planificado la velada con semanas de antelación, desde que en sus redes sociales, la artista anunciara que los ‘outfits’ más interesantes y que mejor se adaptaran al concepto de su Autopoiética Tour, recibirían una sorpresa muy especial. Y así fue, pues como parte del concierto, la cantante subió a los fans con los atuendos más estrafalarios a escena.

¿Y qué es la autopoiésis? El término, atribuido a los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, plantea la cualidad de un sistema molecular capaz de reproducirse por sí mismo y mantenerse con vida. Para la artista, este se resume en una palabra: reinvención.

“Yo tenía este concepto en la cabeza que se refiere básicamente a la reinvención, pero desde lo más profundo, desde lo molecular. Tenemos la capacidad de recrearnos constantemente, y en el arte y en el día a día también podemos hacerlo”, ha dicho.

Y su disco, que lleva el nombre de ese concepto, es sin duda un ejemplo de ello, con temas que conviven entre la cumbia rebajada, el trip-hop, mariachi, el bolero, el techno crudo e incluso una pieza de ópera de Bellini.

Pero, pese a abrir la velada con temas que dieron vida al álbum el año pasado, el show también regresó al pasado, con temas emblemáticos como Amárrame y Mi buen amor, que fueron coreadas a gritos y lágrimas por sus fans.

El baile fue un aspecto crucial del concierto, con un show que deslumbró. Movimientos exagerados, disfraces llamativos y la impactante voz de Laferte mantenían en vilo a la audiencia.

Los bailarines eran, en su mayoría, hombres, un guiño a la extensa investigación que realizó sobre la población muxe para el álbum.

Uno de los temas más esperados de la noche fue Tenochtitlán, canción polémica que compuso con base en los comentarios prejuiciosos e insultos misóginos que había recibido a lo largo de su carrera.

“¿Cuánto le costó? ¿Quién se la cogió? Si es una puta sudaca tercermundista. Nadie le parió. ¿De dónde apareció? La mina se cree artista”, inicia el tema.

A viva voz, los asistentes coreaban, entre ellos Micaela Rosero, quien llegó hasta la capital desde Cuenca junto a tres amigas. “Ella no lo oculta, no te lo pinta bonito, te dice de frente lo que es ser mujer en Latinoamérica, como si te empieza a ir bien, la gente asume que es porque te acuestas con el jefe. Es furia pura”, dijo.

El recital concluyó pasadas las 22:00 con ovaciones y aplausos que hicieron retumbara el coliseo.

Y aunque hoy la cantante ya se encuentra en Bogotá, donde ofrecerá un nuevo concierto, la promesa quedó hecha: volverá.

Mon Laferte como Ícono feminista

“¡Una mujer es libre de hacer lo que se le dé la rechingada gana!”, gritó durante el concierto la artista. Esta y otras consignas fueron una parte vital de su show y de su esencia pues, además de cantante, Mon Laferte se ha caracterizado por ser un ícono feminista, especialmente en cuanto a la defensa del aborto en la región.

Justo por ello, el nacimiento de su hijo en 2022 generó críticas de quienes la tildaron de hipócrita. Al respecto, señaló: “Yo deseé la maternidad, y creo que justamente va de la mano con el derecho a decidir. De hecho, creo que cuando nació mi hijo, puse por ahí en una red social: ‘La maternidad será deseada o no será’. Ya sea que te quieras casar o no casarte, estar sola, tener la familia que tú quieras; si tu familia es tu perrito, tu gatito, tu novia, tu novio, tu hermana, está bien. Creo mucho en la libertad de las personas y en el derecho de cada quien de hacer lo que se le dé su regalada gana”.

La vulnerabilidad a flor de piel

“Yo soy una mujer que, cuando tiene que llorar, llora”, comentó la artista sobre el escenario. Y si bien la velada estuvo llena de momentos eufóricos y de melodías para bailar, también hubo fragilidad.

En su repertorio, Laferte incluyó Cristal, una canción que rememora el dolor de perder a su abuela y la dura época que pasó tras ver morir a alguien tan cercano.

Esta señaló que la fortaleza en las mujeres no significa que la vulnerabilidad no debe existir, sino que, al contrario, está bien sentirse frágil e ignorar lo que dice el prójimo.

“Me la pela el mundo. Tengo 40 años y ya me gané mi lugar en este mundo. Ya soy más grande, ya no tengo nada que perder”, añadió.

Otro momento emotivo de la velada sucedió cuando cantó Las mañanitas al público, como un regalo de cumpleaños adelantado para cada uno de los asistentes. Aplausos y gritos eufóricos acompañaron cada una de sus revelaciones, con una audiencia que la sintió a la artista íntima e infinitamente cariñosa.

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