Música

12446325_986449008105356_846322794_n(1)
Marie junto a su compañero de Roxette, Per Gessle.Instagram

Marie Fredriksson, la mujer que se fue "feliz y orgullosa" de este mundo

A una semana de su muerte, se revela la autobiografía que la cantante de Roxette coescribió en julio.

Logró varios números uno en las mayores listas de música del mundo, también llegó a tener mucho dinero, viajes en primera clase, discos de oro y premios apilados en un departamento que fue adquirido solo para guardar estos reconocimientos. Hablamos de Marie Fredriksson, la cantante del grupo Roxette. A la semana de su muerte, han salido a la luz ciertos detalles de su vida y legado artístico.

La intérprete de It must have been love acentuó su fama mundial en 1990 gracias al filme Pretty woman. En una autobiografía titulada Listen to my heart, coescrita con la periodista Helena Von Zweigbergk, se recogen imágenes inéditas del archivo personal de la solista, su testimonio personal, colegas, amigos, familiares y esposo.

La fallecida artista no solo habla de sus conciertos con llenos totales en los cinco continentes y de las noches en las mejores fiestas VIP, sino también la manera en que la fama se le subió a la cabeza. De hecho, rechazó cantar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, al lado de Plácido Domingo, argumentando que tenía "demasiadas cosas que hacer".

Bueno, no estaba tan alejada de la verdad. Con viajes, presiones de la casa disquera y entrevistas programadas por sus representantes, a la cantante le resultaba complicado apagar el switch. En ocasiones no era feliz ni en su casa ni en el camerino.

"A menudo, cuando me sentaba a desmaquillarme después del concierto, empezaba a llorar. Por el cansancio, por la soledad," relata. Cuenta además que bebía demasiado: "Estrés, soledad, fiesta, grandes emociones en general. Era demasiado fácil beber en exceso". 

Conocer a su esposo, Micke Bolyos, la ayudó a dejar ese estilo de vida. Juntos formaron una familia, un hogar... De hecho, varios: su rechazo al frío y la oscuridad los motivó a comprar una casa en el balneario español de Marbella, a la que pensaron mudarse.

La felicidad le duró poco, pues el 11 de septiembre de 2002, su vida dio un giro de 180 grados. Marie se desmayó en el baño de su casa. Era un tumor cerebral. Tener cáncer hizo que se replanteara muchas cosas: cansada de Roxette, quiso pasar más tiempo con su esposo y sus dos hijos, Josefin y Oscar.

Marie perdió el habla, la capacidad de expresarse: "No era capaz de leer y no tenía memoria a corto plazo. Había olvidado todo lo que sabía antes". Cayó en apatía, en depresión, y llegó a pensar que el cáncer era su culpa; también en que debía divorciarse y dejar a Micke libre. 

Las secuelas no se hicieron esperar, no volvió a ser capaz de leer libros ni periódicos; tampoco podía viajar sola. Además, sufrió molestias en un un pie y una pierna durante sus últimos años de vida.

La enfermedad la marcó también en lo familiar. "No puedo hablar de las limitaciones que he sentido como madre debido a mi tumor cerebral sin empezar a llorar". 

Otra de las consecuencias fue el cambio físico cuando tomó corticoides, de los que le recetaron la máxima dosis diaria. Su cara cambió tanto que la gente no la reconocía por la calle. Llegó, asimismo, el acoso mediático: les perseguían, se presentaban en su casa, llamaban a sus hermanos de madrugada, difundían noticias de que su estado de salud era peor que el que tenía. En la publicación reconoce que recurrieron a todo: terapias alternativas, reiki, médiums.

Pese a que Fredriksson se vio "atrapada en un cuerpo enfermo", su mejor terapia siempre fue la música. Por eso volvió a cantar y a salir de gira. Ecuador la recibió con los brazos abiertos en abril de 2012. 

Para ella lo más importante fueron sus seguidores, y siempre, incluso en los momentos de mayor agotamiento, de más dolor, intentó mostrarles que ese amor correspondido. Fue una vida llena de cariño, afortunada y alegre. Una vida única. 

"Espero que entiendas lo feliz y lo orgullosa que estoy", le dice Marie a su biógrafa. "Eso tienes que escribirlo. Feliz y orgullosa. Por supuesto que lo estoy".