Qué ver en Netflix | 'Better call Saul': cómo se fabrica un abogánster
“Better Call Saul”, precuela de la magnífica serie “Breaking Bad”, llega a su quinta temporada. Y no tiene nada que pedirle a su antecesora.
“Better Call Saul”, la precuela de la magnífica serie estadounidense “Breaking Bad”, llega a su quinta temporada. Y no tiene nada que pedirle a su antecesora.
Qué ver en Netflix | El documental del Oscar: 'American factory', la conmovedora indefensión de los pequeños
Leer másCuando se ha visto una serie de televisión extraordinaria (por sus personajes, por la calidad de su guion, por el nivel de sus actuaciones) hay que pensársela dos veces antes de arriesgarse con una secuela. Cierto es que el viejo lugar común según el cual las-segundas-partes-no-son-buenas ha sido muchas veces desmentido. Pero igual. Que la propuesta consista no en una secuela propiamente dicha sino en aquello que ha dado en llamarse “precuela” (es decir, no una parte dos, sino una parte cero) no hace mayor diferencia. Sin embargo, hay notables excepciones y esta es una de ellas. ¿Qué se puede añadir a la increíble, sorprendente y redonda “Breaking Bad”, la historia de Walter White, el profesor de química de secundaria devenido en el narcotraficante más buscado de Nuevo México? Pues mucho, por increíble que parezca: “Better Call Saul”, cuya quinta temporada se acaba de estrenar en Netflix (ya están disponibles los tres primeros capítulos) cuenta los antecedentes de aquella trama y lo hace con la misma brillantez y la misma eficacia narrativa.
La apuesta de Vince Guilligan, el creador de ambas series, es doblemente riesgosa. No sólo se atrevió a dar continuidad a una historia casi perfecta, sino que lo hizo cambiando completamente su registro: incrementó la vena humorística, pero atemperó (no eliminó) la violencia; se desplazó del mundo del narcotráfico (no lo abandonó) al ambiente de las leyes, los juzgados y los estudios jurídicos de Albuquerque; y, sobre todo, cambió un personaje ambicioso, obsesivo y egoísta que fue descubriendo poco a poco toda la violencia de la que era capaz (Walter White) por un granuja de buenos sentimientos que evoluciona de abogaducho de medio pelo a auténtico abogánster: el delirante Jimmy McGill (Bob Odenkirk), el Saul del título.
“Better Call Saul” explota al máximo todas las características que convirtieron el género “serie de TV” en una vuelta de tuerca al arte de la narración cinematográfica. Especialmente la posibilidad de desarrollar personajes con la morosa prolijidad de una novela. En ese sentido, Jimmy McGill es un diamante en bruto. Su evolución personal arrastra al espectador por una montaña rusa emocional que pone a prueba (como ya lo hizo Walter White pero en una versión aún más extrema) los límites de la empatía. Ya lo habíamos visto en “Breaking Bad”, convertido en el abogado de criminales y mafiosos Saul Goodman, principal contrapunto cómico de esa serie. “Better Call Saul” cuenta la historia previa de cómo llegó hasta allá.
El problema (que para el espectador se convierte en un auténtico dilema ético) es que McGill-Goodman es un ser asquerosamente simpático (imposible no adorarlo); un sujeto generoso y divertido que, además, está enamorado de la bella Kim Wexler (Rhea Seehorn), una mujer extraordinaria que también lo ama (y todos queremos que ese amor perdure); un perdedor nato en un mundo donde los ganadores son unos cerdos egoístas (y todos queremos que les dé una lección a todos ellos); en suma: un gran tipo. Pero tiene una inclinación irrefrenable a tomar atajos morales, a quebrar la ley, a sobrevivir de manera oportunista, a mezclarse con la peor clase de gente. Aun así, todos queremos que le vaya bien.
Vale decirlo: “Better Call Saul” se puede entender y disfrutar sin haber visto “Breaking Bad” (también en Netflix). Incluso no sería descabellado tomar la decisión de verla antes que “Breaking Bad”, como impone el orden cronológico de la historia. Sin embargo, hay un encanto especial en conocer de antemano el destino de los personajes. Varios de ellos se repiten en ambas series: el frío y calculador Gus Fring (Giancarlo Espósito), que camufla su negocio de distribuidor de metanfetaminas tras la fachada de la cadena de restaurantes Los pollos hermanos; el extraordinario Mike Ehrmantraur (Jonathan Banks), un viejo expolicía, hombre duro entrado en años, que brinda servicios de seguridad para la mafia pero lo hace con una ética personal a toda prueba; el retorcido y sanguinario Héctor Salamanca (Mark Margolis), atado a su silla de ruedas…
Jimmy McGill arranca su nada vertiginoso y sí muy accidentado ascenso en el mundo del derecho trabajando como mensajero en el estudio jurídico de su hermano Chuck (la relación entre ambos será uno de los elementos fundamentales de la trama) mientras en las calles de Albuquerque el mundo del narcotráfico se dirige hacia una inminente guerra de carteles mexicanos. Ambos lados de la historia terminarán por encontrarse en el inevitable desenlace. Historia multicultural (el español es el segundo idioma oficial de la serie), comedia, thriller, aventura criminal… “Better Call Saul” es una de las mejores series de televisión de los últimos tiempos.
FICHA DE LA SERIE
- Título: Better Call Saul
- Creadores: Vince Guilligan y Peter Gould
- Actores: Bob Odenkirk, Jonathan Banks, Rhea Seehorn, Patrick Fabian, Michael Mando, Tony Dalton, Giancarlo Espósito, Max Arciniega.
- Género: serie de acción, tragicomedia
- Número de temporadas: cinco
- Año: 2015-2020