The Umbrella Academy o cómo reinventar a los superhéroes
Luego de una larga espera por parte de los espectadores, Netflix se animó a apostar por una producción pura y exclusivamente enfocada en un cómic. Fue 'The Umbrella Academy', la serie que enamoró a los fans.
A menudo leo quejas sobre el mundo de los superhéroes: “que es lo mismo de siempre”, “que ya no saben qué inventar”, “que sus historias son vacías y superfluas”, en fin. Aquellos cuestionamientos me hacen preguntar si en verdad estamos saturados de estas historias.
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Leer másLa realidad es que los superhéroes “conviven” con nosotros a través de sus coloridas viñetas en cómics, o en sus rimbombantes adaptaciones cinematográficas, hace cientos de años y probablemente continúen durante mucho tiempo más.
¿La razón? La construcción misma de todos los seres “superiores” o “extraordinarios” se encuentra en la represión, y luego manifestación, del súper-yo del ser humano. Dicho en otras palabras: de nuestras aspiraciones a romper las leyes físicas que nos rigen: de niños queremos volar, o correr más rápido de lo normal, o ser gigantes para abarcarlo todo, o acaso minúsculos para vivir sin ser vistos. Aquel sentimiento que nos hace ver el cielo y soñar es la raíz principal por la que creamos superhéroes (o nos enamoramos de sus historias).
same weird family. hot new dance moves. season 2 of the umbrella academy is now streaming. pic.twitter.com/NFlKMwLdE3
— Umbrella Academy (@UmbrellaAcad) July 31, 2020
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Leer másEntonces, ¿si la raíz es la misma, no sería siempre repetitivo? En esencia sí, pero es justamente aquello que nos asemeja a los superhéroes lo que nos atrae más. La humanidad del superhéroe es el punto de acercamiento de todos los que leemos cómics: nos reflejamos en un espejo en donde nos vemos más fuertes, nos sentimos partes de las historias de amor, drama y decepción que nos presentan. Al fin y al cabo: nos creemos la novela.
Es justamente aquí donde The Umbrella Academy, la ópera prima de Gerard Way, brilla intensamente. Porque es una historia de superhéroes con ciertas particularidades que antes no vimos y que se desarrolla armónicamente entregándonos en partes iguales: amor, vandalismo, acción y viajes en el tiempo. ¿Qué más podemos pedir?
The Umbrella Academy aparece en el catálogo de Netflix en el 2019 a raíz de la decadente relación con Marvel, y la cancelación en cascada de ese micro-universo compuesto por Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage. Así, y como nos tiene acostumbrados Netflix, se nos propone sin previo aviso voltear nuestra atención hacia otras historias lejos de Marvel y DC que, si bien es cierto no gozan de la fama de éstas, tienen sustancia y gran calidad.
The Umbrella Academy es una historia perteneciente a Dark Horse que nos presenta la historia inédita de siete niños que han nacido, sin previo aviso, de madres que no presentaron síntomas o signos de embarazo. Todos el mismo día. Aquellos son adoptados por un magnate quien se interesa en el “fenómeno” para luego descubrir el potencial particular de cada niño: todos (o casi todos) tienen súper poderes diferentes.
Casi. El problema fundamental es el mismo problema de la humanidad misma: nuestras diferencias. Así, The Umbrella Academy se dedica a construirnos personajes profundos con un abanico de motivaciones que nos invita a empatizar con al menos uno de ellos. Es en esta construcción y evolución de personalidades que la serie entretiene y funciona muy bien.
La historia es entretenida, el guión es hilarante y muy original, el uso de efectos especiales es correcto (aunque aún por debajo de la calidad de otras series de Netflix) y la cinematografía es sobresaliente. En términos técnicos, The Umbrella Academy es una propuesta fresca y bien cuidada.
The Umbrella Academy está próxima a entregarnos su segunda temporada y estoy muy ansioso de volverme a encontrar con este reparto coral de superhéroes rotos que buscan sanación lejos de sus poderes. La buscan justamente donde tú y yo también lo hacemos: en aquellos que más amamos. Es hora de darle una oportunidad a otros superhéroes. Yo me sorprendí y te invito a hacerlo también.