Una obra teatral explora las rupturas íntimas de lo cotidiano

Sobre un escritorio, la vida de un pequeño muñeco transcurre sin sobresaltos. Se despierta, come, se sienta frente a su computador y, cansado, vuelve a dormir. El ciclo reinicia cada día.

La diminuta escenografía es manejada por dos mujeres ataviadas de blanco, con trajes que muestran sus costuras.

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Concluidas las viñetas, ellas toman asiento tras el escritorio, y la rutina también las envuelve.

Así inicia El sol seguirá subiendo, la sombra se irá corriendo, poco después volverá la tarde, obra con la que la compañía de danza El Pez Dorado celebra su décimo aniversario de fundación, y que estrena su primera temporada el próximo jueves en la Fundación Kingman, en el sector de La Mariscal.

Jorge Alcolea, director de El Pez Dorado, explica que la obra surgió a partir de relatos y de referencias literarias y fílmicas que junto con las bailarinas Cristina Baquerizo y Juliana Zúñiga, fueron llevando a la escena a través de la fisicalidad, el movimiento y el trabajo con objetos.

“Esas escenas sueltas se convierten en secuencias, pero no tienen una linealidad. Son una especie de collage que tiene que ver mucho con el surrealismo y con la lógica de los sueños. Finalmente, es la audiencia la que debe hacer las asociaciones que ve en escena”, comenta.

Una vez sentadas, las mujeres se sumergen en sus celulares, en sus computadores, hasta hallar, repentinamente, fotografías que exhiben su infancia y adolescencia. Entonces, la ruptura de lo cotidiano da paso al juego, a la risa y a la alegría.

Para Juliana Zúñiga, miembro de la compañía, este entramado de interacciones entre el movimiento, los objetos y la escenografía es una muestra de la evolución que ha ido dando el grupo a lo largo de sus diez años de trabajo.

“Somos un grupo de danza contemporánea, que en realidad no hace solo danza. Hemos usado el teatro, además de la danza como nuestro lenguaje principal desde el inicio de nuestro trabajo en conjunto, pero con el paso del tiempo hemos ido incorporando objetos y dándoles usos diferentes a los que estamos acostumbrados”, señala.

Y eso, asegura, es lo que ha permitido al colectivo incorporar lo cotidiano en su creación, para hallar en estas historias y realidades nuevos significados.

“En este espectáculo, por ejemplo, no tenemos el lenguaje hablado, pero tenemos todos estos otros lenguajes que lo suplen”, señala.

Pero en las distintas viñetas que se van interconectando en escena, lo que parece primar es el concepto del tiempo: el tiempo que pasa y se pierde, el tiempo que muta y modifica lo que toca.

“Lo que estamos contando no necesariamente se puede evidenciar, y no es necesario que el público busque un mensaje. Es totalmente válido que la gente se cree sus propias historias y tenga sus propias lecturas con base en lo que está viendo. El arte es esa conexión y ofrece esa libertad”, añade.

Abrazando el pequeño formato

Como una obra ‘superintimista’, describe Alcolea a esta puesta en escena. En general, añade el artista, El Pez Dorado se ha caracterizado por hacer obras para público limitado, pero El sol seguirá subiendo, la sombra se irá corriendo, poco después volverá la tarde es la más breve que han realizado. Esta se lleva a cabo en una reducida sala, que pone al público prácticamente sobre la escena.

Esta característica, señala Alcolea, es una que se fortaleció durante la pandemia. “En el confinamiento hicimos algunas propuestas audiovisuales, y esa espacialidad nos permitió ponerle más atención a los detalles y ver la belleza en la cercanía”, dice.

El Pez Dorado ha presentado obras como ‘Mujer corriendo en un campo de flores’, que se presentó en el Festival Internacional de Artes Vivas de Loja y el festival A Cielo Abierto, ¿Quién eres?, que ganó el Concurso de Dramaturgia Inédita FIEC y El lugar de los cuerpos pasados.

Una temporada con nueve funciones

El sol seguirá subiendo, la sombra se irá corriendo, poco después volverá la tarde se estrena el jueves 18 de julio y tendrá funciones el 19, 20, 25, 26 y 27 de julio, así como el 2, 3 y 4 de agosto. 

Será en la Fundación Kingman, ubicada en Juan Rodríguez y 6 de Diciembre. Cada función acoge solo a diez personas, por lo que las entradas se deben adquirir bajo reserva al teléfono 0999669040.

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