Una obra teatral para recuperar la alegría

Es la noche de Todos los Santos, y el teatro a duras penas ha cerrado el telón. Le representación de Don Juan Tenorio llenó por última vez la sala, que durante décadas ha mantenido viva la magia de las tablas. Pero todo eso está a punto de caer en el olvido. 

El antiguo teatro pronto será derrocado para dar paso a un centro comercial, y Trini lo sabe. Desde hace años trabaja limpiando las entrañas del lugar, cautivada por la magia de sus actores y el encanto de su vestuario, que la han ayudado a sobrellevar el dolor de la viudez y la pérdida de su único hijo.

Al menos, entre desengaños y sueños incumplidos, la mujer halla consuelo en su joven sobrina, Meche, chica práctica y decidida que no entiende de barreras generacionales. 

Así arranca ‘Una hora de felicidad’ pieza teatral del fallecido dramaturgo español Manuel Veiga, y cuya puesta en escena verá la luz a partir del 15 de agosto en la Sala Mariana de Jesús de la Casa de las Culturas Benjamín Carrión, en la capital. 

El encargado de darle vida a la pieza es el dramaturgo, actor y docente de artes escénicas, Jorge Mateus, quien eligió la obra para festejar sus cincuenta y cinco años de trayectoria. “Quería montar una obra para autofestejarme y quería hablar del teatro. Una hora de felicidad justo trata sobre eso, sobre un teatro en decadencia que está a punto de cerrar sus puertas para dar paso a esa modernidad tan cuestionable, que quita estos espacios para las artes y como está mujer a la que la vida le ha pasado por delante, gracias al espíritu de ese teatro, recobra la vitalidad y la alegría”, señala.

Y es que para Trini, el teatro es un refugio del horror de la realidad, donde puede incluso cantar y bailar. “Cuando releí el guion, me di cuenta que era justo lo que buscaba, porque es una obra que tiene las herramientas para hablar del teatro desde la ternura y desde la memoria, no desde la teoría”, indica Mateus. 

Para dar vida a los personajes, el director llamó a los actores María Beatriz Vergara, Pancho Arias y Gabriela Ruiz, que interpretan a Trini, Meche y al espíritu de un cómico teatral que hace una aparición repentina en los tras bastidores del lugar, y pone el mundo de la protagonista de cabeza. 

Los ensayos empezaron hace cuatro meses, cuando el elenco se incorporó a la propuesta, como explica Ruiz. “Meche es un personaje muy diverso, muy alegre. Es un personaje muy distinto a todos los que he interpretado en el pasado, porque ella es la que mueve los hilos en la historia y la que actúa como catalizadora de gran parte del lo que va ocurriendo”, dice.

Para Arias, en cambio, dar vida al fantasma del teatro le permitió sumar habilidades en un mismo espacio. “Desde que vi el guion supe que era un personaje ideal para mí, porque además de actuar, canta, baila, usa el teatro gestual y el teatro de fantasía, y eso me ha permitido usar un gran rango de técnicas”, comenta. 

Y si bien la pieza tiene momentos cómicos, también aborda la pérdida y la tristeza. “No es una comedia típica, es una comedia dramática, y justo por esos elementos la elegí, porque explora una diversidad de emociones”, indica Mateus.

La obra tendrá nueves funciones en la capital, de jueves a sábado a las 19:00 hasta el 31 de agosto. El costo de ingreso es de $15.

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