Octagon: "No nos intimidan los comentarios machistas"

En el metal extremo, la presencia femenina siempre ha sido minoritaria pero importante, incluso desde sus primeros días, con bandas como Mythic y Derketa en Estados Unidos.

Ejemplos hay por montones, como Jo Bench, bajista de los ingleses Bolt Thrower; o Rachel Heyzer, que vocalizó en la banda holandesa Sinister.

En la escena latina actual, tenemos el caso de Crypta, Sinaya y Nervosa, de Brasil; Introtyl, de México; o Fedra, de Colombia, grupos formados completamente por mujeres.

En Ecuador, específicamente en Quito, destaca Mayari Granda, vocalista de Procesión y Decapitados (doom); y, en Guayaquil, el grupo Amghelis (metal híbrido), por cuyas filas han pasado Vanessa ‘Slaugthered’ Córdova y Haruko (Karem Salazar) en las voces.

EXPRESIONES conversó con Melissa Kalissa y Acid Witch, de la agrupación Octagon, de Pasto, Colombia. No solamente acerca de su trabajo y el estado de la escena de su país, sino también del rol de las mujeres en el arte, en un momento en el que se ha dado mayor exposición al tema de las desigualdades de género.

¿Qué tan importante es la presencia femenina en las bandas de música extrema en Pasto?

Puedo decir que hemos dado un gran paso en ese sentido. Yo también estuve en Lucifera, que fue una de las primeras agrupaciones formadas totalmente por mujeres de Pasto y que se mantiene activa.

En las escenas artísticas, los casos de injusticias contra mujeres suelen ser secretos a voces. De todo tipo: acoso, abusos, burlas.

Aún se nota una desventaja. Por lo general, un trabajo hecho por un hombre es más cotizado que el de una mujer. En ciertos ámbitos, el trabajo artístico de las mujeres es solo visto como una novedad, como algo curioso.

¿Cómo ven la situación en la escena metalera de su ciudad?

En lo personal, yo vengo de un pueblo llamado Cumbal y no pensaba que el machismo se diera tanto en la ciudad. Llegué a creer que el hecho de que una mujer tocara metal sería visto con total normalidad. Pero al llegar a una escena fuerte y contundente, notas que sí hay machismo. Que este está muy marcado. Justamente porque escuchas comentarios.

¿Qué tipo de comentarios?

Que el metal no es para las chicas, que las chicas no coleccionan música, que las chicas solo acompañan a los músicos.

¿Ustedes han tenido experiencias negativas al respecto?

En un show en vivo tuvimos el desagrado de recibir comentarios despectivos, pero no nos sentimos intimidadas, sino todo lo contrario, más motivadas, con toda la actitud y energía. Y tocamos y demostramos que estaban equivocados.

Hay también una mayor conciencia y sensibilidad sobre estos temas.

En las entrevistas siempre nos preguntan si tenemos dificultades o si somos muy criticadas por el hecho de ser mujeres. Ya es cuestión de gustos musicales. Una banda siempre está expuesta a recibir críticas buenas y malas, independientemente de si está formada por mujeres. Nosotras hemos recibido buenas reseñas y eso nos motiva y enorgullece.

Muchas veces el movimiento feminista no toma en cuenta que también hay hombres que pisotean a otros hombres y mujeres que pisotean a otras mujeres.

Es verdad. La subestimación también se da entre mujeres, aunque suene extraño decir esto. A mí, mujeres me han llegado a decir que el metal debe ser interpretado solo por hombres. La temática de género pasa a otro plano. Ya es una cuestión de envidias y competencias.

Incluso Melissa y usted han tenido la oportunidad de estar en bandas mixtas, con hombres.

Sí y eso nos ha permitido compartir experiencias e ideas con ellos, sin la necesidad de denigrar a nadie ni tomar ese ideal feminista. Es más, nosotras no aclaramos que somos una banda femenina, simplemente decimos que somos una banda de metal.

Ustedes se presentaron en noviembre del año pasado en Quito e incluso participaron en un programa de Cabina del Terror.

Tuvimos una serie de conciertos a finales del año pasado y comienzos de este 2022, dando un cierre a nuestro primer álbum llamado 8.

Es un trabajo que ha tenido tres ediciones distintas...

Primero hicimos una prensa en formato tape, a modo independiente, de 150 copias. Después Bizarre Death de Medellín lo sacó en formato CD. Y el cierre que tuvimos fue con un digi-pack con otro arte de portada y unos insertos para distribución internacional (con Rotten Leather). Tocamos en Bogotá, Cali, en el Huila y por supuesto en Ecuador, en Quito.

Colombia es un país que tiene una gran tradición en el underground, incluso con bandas que han sido referentes mundiales, como Masacre o Parabellum. ¿Cuál es la relación de las nuevas generaciones con las bandas viejas?

Hay mucha influencia de bandas clásicas, tanto de metal sudamericano, como europeo y norteamericano. Yo creo que toda esta mezcla ha hecho que el metal en Sudamérica sea tan especial. Como banda apreciamos a las bandas clásicas de nuestro país.

Siempre existe nostalgia por la escena de los noventa. ¿Cuál es el punto de vista del estado actual en su país?

A mi criterio ha aumentado, no solo en cuanto a bandas, también en sellos, distribuidoras, fanzines. Eso ha puesto a Colombia en un lugar importante a nivel sudamericano, porque hay muchos productores y bandas que desean venir aquí, porque saben que hay un muy buen público, en Bogotá, Medellín, incluso en Pasto.

¿Y cómo está la movida en Pasto, específicamente?

Somos una escena pequeña pero muy seria, en cuanto a bandas profesionales de death y black, con producciones bien hechas, incluso con videoclips. A pesar de que muchos piensen que estamos alejados de las grandes urbes. A nosotras y grupos como Sadistic Rot nos han invitado a muy buenos festivales y hemos recibido muy buena atención.

¿Qué bandas puede recomendar a los lectores de EXPRESIONES?

Insanity (death metal), que ha tocado en Ecuador, y Cabra Negra (black).