Oppenheimer: En la mente del creador de la bomba atómica

¿Robert Oppenheimer es sinónimo de muerte? ¿Cómo fue capaz de crear un arma de destrucción masiva? ¿Qué se cruzó por la mente de este físico neoyorquino cuando fue reclutado por el Ejército de Estados Unidos para convertirse en el ‘destructor de mundos’? Son preguntas que responde la película de Christopher Nolan, Oppenheimer, cuyo estreno es este 20 de julio de 2023 en las pantallas del cine.

Quizás muchos han escuchado hablar del ‘Padre de la bomba atómica’. Pero no todos conocen la historia detrás del hombre que fabricó (ideó) un arma capaz de acabar con la vida de más de 200.000 personas a la vez. En este papel, que le tomó seis meses para adaptarse al personaje, se metió Cillian Murphy, un actor que es reconocido por ser el rostro más visible de la serie que está en Netflix: ‘Peaky Blinders’.

En el largometraje de estreno, Nolan, director de cine, guionista y productor, explora (y divulga) la forma en cómo se fraguó el ‘Proyecto Manhattan’, que estuvo a cargo de Oppenheimer y otros científicos reconocidos de la época, para detener el enfrentamiento que –ese entonces– había entre Estados Unidos y Japón, que se había agudizado con el ataque a la base naval de Pearl Harbor en 1941.

Pero… para entender esta película, hay que volver a 1939. Europa sucumbía ante Hitler. En plena Segunda Guerra Mundial, los Nazis (nacionalismo/extrema derecha), que ya planeaban la ‘Solución Final’ para acabar con los judíos, habían dado los primeros pasos para crear un arma de destrucción masiva. Pero nunca se cristalizó.

A la par, Estados Unidos y Rusia, eternos rivales, ya planificaban tener una bomba. Fue así como el Ejército reclutó a Robert Oppenheimer, un físico que en aquel tiempo ya había realizado importantes contribuciones a la teoría de las lluvias de rayos cósmicos, permitió las descripciones de los túneles cuánticos y, finalmente, se convirtió en el pionero en desarrollo de las bombas atómicas.

En la película, Nolan expone algunos detalles como la construcción de una ciudad en dos meses, denominada Los Álamos, la seguridad que hubo detrás del físico, las parejas sentimentales de Oppenheimer, la existencia de su descendencia, la aparición de Albert Einstein y otros datos más… (no es spoiler).

Cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, en 1945, Estados Unidos ya tenía en su poder la bomba atómica. La BBC recoge que el 16 de julio de ese año, Oppenheimer esperaba en un búnker de control el comento que cambiaría el mundo para siempre. La primera bomba atómica en la historia, cuyo nombre código era ‘Trinity’, estaba programada para llevarse a cabo en Nuevo México.

Fue un éxito. Meses más tarde, en agosto de 1945, Estados Unidos bombardeó Hiroshima y Nagasaki, provocando una destrucción nunca antes vista. Cuerpos calcinados, miles y miles de muertos, gente que aparentemente había resistido a la onda expansiva, pero que falleció más tarde por la radiación y los componentes químicos con los que había sido fabricada la bomba. Un hecho del que también se recogen documentales y películas.

De vuelta a la película, tras el ataque, Oppenheimer parece estar muy arrepentido. Fue entonces cuando dijo una frase que ha calado en la historia: “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. En una entrevista, el físico contó que eso había escuchado en mente en el momento en el que la funcionó la bomba atómica, en la prueba, en Nuevo México. Lo lamentó para siempre.

Años más tarde, el físico fue sentado en el banquillo. Había pasado de ser un héroe a un ‘comunista’ que había traicionado a su país. Todo fue una trampa. Y ya lo verá usted en la película. Pues la trama transcurre en un estrado donde resaltan el triunfo y la caída de uno de los hombres más controversiales de la historia del mundo. Pero un reconocimiento final.

EXPRESO llegó al pre-estreno de la película, en las salas Imax Láser de Supercines de Río Centro de Quito, donde estuvo Enrique Enríquez, representante de Universal Pictures (una de las productoras del largometraje) en Ecuador, quien aseguró que Nolan cuida muchísimo cómo hacer sus películas y cómo las divulga.

También estuvo Javier Andrade, cineasta, quien resaltó el trabajo de Nolan de manejar el uso de tiempos y el color blanco y negro para diferenciar las narrativas. “Es una película fascinante que se mueve para adelante y atrás en el tiempo”, exclamó. Añadió que esta película hace muchísimas preguntas y dejá imágenes que quedarán en la cabeza para siempre.

Por su parte, Miguel Romero, divulgador científico de la Universidad Andina, señaló que cuando la ciencia y la innovación son protagonistas de la una película, hay que darle toda la atención.