Pablo Arosemena: "Mr. Burns es un viejo conservador y yo, un joven liberal"
EXPRESIONES conversó con el gobernador del Guayas quien, entre otras cosas, confesó su temor a las alturas y tener terror a los dulces.
Con tan solo 35 años se convirtió en el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil. Hoy, este economista y hombre de negocios se enfrenta a su mayor desafío como gobernador del Guayas. Hablamos de Pablo Arosemena Marriott, quien responde a las preguntas de El Cuestionario.
¿Cómo se da este salto de hombre de negocios a la gobernación del Guayas?
El hilo conductor es hacer que las cosas pasen. El presidente Guillermo Lasso es un referente para mí, un líder, y es lo que yo traigo a la provincia, hacer que las cosas pasen en reactivación y desarrollo.
¿Los negocios personales continúan?
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Leer másSí, aunque ya no puedo estar en el día a día porque ser gobernador es un trabajo que me toma hasta 16 horas diarias, de lunes a domingo. Una labor ardua que llevo con mucha responsabilidad y sentido de urgencia.
Pero sigue con la franquicia de los sánduches, los cursos de capacitación y los paneles solares...
Sí y con la primera plataforma de financiamiento colaborativo. Todo está en manos de mis socios. Yo estoy cien por ciento dedicado a la gobernación.
Pero ellos responden una vez al mes con las facturas.
(Risas) Cuentas claras, chocolate espeso. Cuando estás con buenos equipos de trabajo, eso te permite tener una plataforma más amplia para hacer cosas más grandes. Ahora mi prioridad es otra.
¿Qué recuerdos guarda de su paso por la Cámara de Comercio?
Los mejores. Fueron dos períodos, una satisfacción enorme de ayudar al pequeño comerciante y verlo crecer.
¿Cuál fue su mayor aporte?
Fue la campaña ‘Mi trabajo es para mis hijos’. El gobierno de ese entonces quería elevar el impuesto a la herencia al nivel más alto del mundo. Nosotros luchamos para derogarlo y lo logramos.
Usted trabajaba ad honorem.
Así es, solo lo hacía por amor al comercio y la responsabilidad de servir a los comerciantes. Por eso era un tiempo compartido con los negocios. La gobernación es tiempo completo.
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Leer másSi era ad honorem ¿por qué lo comparaban con el Mr. Burns de Los Simpson?
(Risas). Para empezar, él lo hacía por plata y yo por amor al arte. Mr. Burns es viejo y yo soy joven. Además ese pana es conservador y yo, liberal.
Y luego de la Gobernación, ¿qué viene? ¿La Alcaldía de Guayaquil, la Presidencia de la República?
Yo estaré donde el presidente crea que pueda ayudarlo, donde los guayaquileños piensen que puedo servir y donde mi mujer me deje (risas).
¿Es cierto que Amalia, la menor de sus hijos, no fue planificada?
Ya tiene tres años, es la que me ha sacado canas junto a la Gobernación del Guayas. Mi mujer me dice que ninguno de mis cuatro hijos estaba planificado (risas). La verdad es que todos fueron buscados. El mayor, Juan Sebastián (18), ya entró a la universidad. De ahí le siguen Leonardo (12) y Alicia (10).
¿Usted tiene espíritu de superhéroe, es verdad que se siente un ‘avenger’?
La gente me vacila con eso. Llegando a este cargo, quise hacer las cosas de forma diferente. Lo primero que hice fue mantener cercanía con todos. Hablé con los alcaldes y la prefecta, porque soy de trabajar en equipo.
Usted pelea y boxea. ¿Seguro que no se considera un superhéroe de carne y hueso?
Superhéroe por accidente (risas). No, mira, el deporte te da disciplina, autoestima y con el tiempo es muy bueno para quitar las malas vibras.
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Leer másDe ‘pelado’, tocaba las paredes porque se creía el Hombre Araña. ¿Es cierto eso?
(Risas) A la final, puede ser. La infancia, la adolescencia, cada etapa en mi vida la he disfrutado al máximo. Creo que el niño interior no hay que perderlo nunca.
Pero usted nunca hubiese sido Superman, porque sé que no le gusta volar.
No vuelo, me gusta mantener los pies sobre la tierra.
Las alturas le dan pavor y vértigo.
Es verdad, pero más que a las alturas, es a ese vaivén que ocurre en una avioneta o en una lancha, pero con el tiempo he aprendido a sobrellevarlo. Toca trabajar.
Me dicen que es muy intuitivo y tiene buen olfato para las cosas.
Es algo que he desarrollado con el tiempo.
¿Y es cierto que no sabe andar en bicicleta?
(Risas) Lo que es verdad es que aprendí a conducirla muy tarde. Mis padres se separaron estando muy chico, eso implicó que viajara dentro del Ecuador a muchos lados, lo que demoró el proceso. Aprendí solo, a golpe y porrazo, en la casa de mis primos en Playas.
¿Y cómo va con el box?
Hace poco inauguré un torneo de box de Gamboa, una institución. Es un deporte que veo y practico. Además de darte disciplina, te da humildad. Cualquier persona con los humos arriba, se les baja en el ring.
¿Cuándo fue la última vez que sintió ganas de noquear a alguien?
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¿Qué les responde a sus detractores, quienes dicen que solamente apareció para las fotos?
Primero, que hay que trabajar. Segundo, creo en la libertad de expresión. Y tercero, las fotos que aparecieron fueron proporcionadas por la Policía por un registro en el tema de derechos humanos. Yo ni sabía lo de las fotografías. Para mí, lo más importante es avanzar.
¿Hasta qué punto les da importancia a las redes sociales?
Cero. Me importa más lo que me dice la gente cuando recorro barrios y sectores. Escucho y atiendo sus necesidades. Estar en el cargo me permitió conocer un Guayaquil en todos sus colores, más profundo y hasta crudo.