Los paisajes de Pablo Barriga
El reconocido artista quiteño inaugura una muestra en la que priman los juegos visuales y el humor
"De joven, alguien me dijo que yo pintaba ‘esas tonteras’ porque era incapaz de pintar como Picasso o Rafael... Había la idea de que lo conceptual era un desvío para quien no dominaba las técnicas tradicionales”, reflexiona Pablo Barriga.
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Leer másEl artista de 74 años, galardonado por el premio Mariano Aguilera y docente universitario, ahora recuerda aquel comentario y ríe.
Mientras tanto, la galería N24 de La Floresta, en la capital, se llena de gente que ha acudido a ver la inauguración de Paisajes, su muestra más reciente.
Esta serie de esculturas toma como base un formato uniforme y cuadrado que se convierte en un territorio delimitado para objetos que han sido minuciosamente seleccionados por el artista. Y todo empezó con un joyero.
“Empecé a rebuscar en las cosas que tenía en casa, y me reencontré con un cofre donde una tía muy querida me había dejado sus joyas artificiales. Ahí también encontré unos muñequitos de mi infancia y de la infancia de mis hijos. Eran pequeños detalles que me agradaron, que juntos parecían un cajón de sastre, lleno de diversas cositas. Ahí pensé en convertirlas en una exposición”, afirma.
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Leer másA lo largo de su extensa trayectoria, Barriga ha incursionado en diversas técnicas, entre las que han primado la pintura, el performance y la creación de composiciones.
“Yo nunca tuve la intención de volverme un artista antimercado. Simplemente pasó que, para mi época, era uno de los pocos que buscaba alternativas a lo que ya estaba establecido, lo cual provocó que estuviera al margen del arte relacionado con un circuito de galerías”, recuerda.
Y esta muestra no es distinta, pues en ella él se centra en su propia exploración, muy basada en su búsqueda personal y en el juego, un elemento recurrente en sus composiciones.
“Hace décadas me resigné a la idea que no iba a poder vivir del arte, por ende, cuando he creado, me he concentrado en lo que yo estaba buscando, versus lo que el canon quería de mí. Eso me ha permitido encontrar mi voz, me ha dejado libre”, asegura.
En 'Paisajes', este decidió ‘maridar’ los objetos reciclados que halló en casa con otras técnicas de intervención.
“Quería jugar con las cosas diversas, y crear un espacio homogéneo que permita hacer un recorrido. No hay montes, no hay bosques, pero uno recorre la mirada, y uno crea su paisaje. No hay nada filosófico ni político detrás de estas composiciones”, establece.
Este ejercicio busca relaciones entre los elementos a partir de sus temporalidades, sus distancias, sus texturas, tensiones, preguntas y misterios. Cada pieza involucra al espectador en un cuento sin terminar.
“No se trata de hacer cuadros para ser adornos de paredes de gente que busca ‘algo bonito’”. Se trata de un diálogo del artista con su entorno, con lo que lo rodea y le habla, lo que le dice algo.
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Leer másEl juego que genera, asegura Barriga, también está íntimamente ligado a la relación con sus nietos, sobre todo a su nieta de ocho años, a quien ve con frecuencia.
Explica que, en esas visitas, se deja envolver en las dinámicas de estos, las cuales han alimentado su arte sin esperárselo.
“Como abuelo, uno se engancha en el juego, y eso también cambia y altera cosas en el paisaje interno de cada uno”, comenta.
'Paisajes' estará abierta al público hasta el próximo 19 de agosto. Se puede visitar de martes a viernes, de 11:00 a 18:30, y los sábados hasta las 14:30.
Los muebles, entrañables objetos de una muestra popular
A mediados de 2021, Barriga retomó la creación pictórica con una curiosa exposición en la que los protagonistas, retratados en enormes lienzos, eran los muebles de su casa, constantes compañeros de su encierro durante el aislamiento.
Poco antes del inicio de la pandemia, este se vio confinado a la cama debido a un accidente sufrido durante una residencia artística. Entre el reposo y el confinamiento, pasó dos años en casa.
“Me puse a ver los muebles fuera de mi contexto personal, comencé a trabajar la idea de presencia y ausencia, presencia del mueble y ausencia de la persona. Así comencé a llevar esta temática de los muebles a la idea de la migración, del desplazamiento. Siempre una persona puede verse afectada con la destrucción de un objeto, por pequeño que este sea”, reflexionó al respecto.
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Leer másRodeados de coloridos estampados, los sofás, sillas y taburetes en esta exhibición asumían el reto de ser representados articulando forma y contenido. La muestra fue un éxito, y la obra se vio replicada en numerosos medios y críticas artísticas.
Tocó una fibra sensible, y sobre ello ha asegurado que se debe a que estos objetos despiertan recuerdos de un pasado en el que la relación con las cosas era más tangible. “En plena época en que los objetos tienen vida límite y se los desecha, Barriga decide parar y que se piense en ellos. Porque Muebles exige detenerse para descubrir más”, señaló.
En 2015, Barriga, nacido en 1949, obtuvo el prestigioso galardón Mariano Aguilera a su trayectoria artística.
Sus propios estudiantes lo postularon para el galardón, de la mano de la galería No Lugar. Fue docente de las carreras de artes de la Universidad Central y la Pontificia Universidad Católica durante décadas.
El jurado se refirió a su selección como un proceso de reconocimiento al trabajo de este, que es considerado “como uno de los puntos de partida para entender los procesos, cambios de acento y lugares en que se ha dado la producción del arte en las últimas tres décadas”.
Y es que, además de la pintura, Barriga incursionó en el performance y la literatura.
“Más allá de un manido y predecible indigenismo o del canon de producción de fetiches tan propios de un sistema mercantil, él se aleja de la zona de comodidad y de la cárcel del estilo”, señaló el jurado.