Pamela Sambrano: “A veces se me salta la teja”
Aunque ha vivido etapas de depresión y ansiedad, la actriz se siente tranquila y enamorada. Tiene muchos proyectos.
Pamela Sambrano (34) es comunicadora de profesión, pero siente que vibra frente a las cámaras actuando o presentando un programa. Se inició en 'Calle 7' de TC. Protagonizó 'Compañía 593' de Ecuavisa y ahora está de paso por 'En contacto'.
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Leer másEstá a punto de lanzar su podcast 'Ni boomer ni de cristal', el 7 de noviembre por YouTube y Spotify, en el que compartirá con su mamá, Gladys Cabrales. Además, es parte de la obra 'Relatos dantescos, ángeles y demonios' que estará en cartelera el 10, 11, 17 y 18 del mismo mes en el teatro La Bota.
Es muy alegre y su actual pareja es el asambleísta Vicente Taiano.
En algunas ocasiones ha comentado que su etapa en TC no fue la mejor. ¿Por qué?
Es parte del proceso. Creo que no tenía la personalidad para lidiar con ciertas cosas en esa época y que son gajes del oficio. Era más niña e inmadura. Además, me topé con la vida acelerada que tiene la televisión, entonces hay ciertos productores que con el apuro el trato cambia. Ingresé a TC porque trabajaba en las radios incautadas, en el informativo que se transmitía en ellas.
¿Seguramente habrá aspirado a ser presentadora de noticias?
La gerenta de Recursos Humanos de entonces, Adriana Pintado, a quien no conocía, me dijo que iba a estrenarse un reality ('Calle 7') y que buscaban una reportera detrás de cámara. Me llamaron e hice un casting. Mi sueño cuando ingresé a la universidad era ser presentadora y estar sentada junto a Alfonso Espinosa de los Monteros. Ahora me gusta informar, pero con entretenimiento.
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Leer másSiempre aclara que usted es Sambrano con S, no con Z.
Con frecuencia escriben mi apellido con Z. Soy guayaquileña, pero mi familia es manaba. Muchos primos han cambiado la letra S por la Z para no corregir y evitar las bromas. Desde niña me decían que era error ortográfico. A mí no me afecta, me da risa. A ellos no les agrada.
A esta altura de su vida, ¿con qué se siente como pez en el agua: como actriz o presentadora?
No puedo elegir, me encanta ser ambas. Vibro igual, pero de diferentes formas. Mi base es ser comunicadora, la actuación es comunicar de otra manera, quizá emociones o un mensaje del proyecto en el que esté involucrada. Durante casi tres años hice taller tras taller. Cuando era parte de De casa en casa, empezaron a hacer parodias de telenovelas. Todo era muy orgánico, natural. Investigaba y Henry Paladines, quien ya era actor, fue un ejemplo para mí.
No siempre se tiene la oportunidad de probar de todo, ha hecho TV, teatro y cine...
En la TV es complicado mostrar el desarrollo actoral, no hay tiempo. No es lo mismo ver un actor en la TV que en el cine o en el teatro, el rango es diferente. Me gusta mucho el cine. He participado en tres cintas: 'Solo una noche', 'Amor en tiempos de likes' y 'El cuidador del bosque'. Esta última todavía no se ha estrenado. Soy la protagonista, una reportera. Se trata de una crítica social. La grabé en Nabón, cerca de Cuenca, y está dirigida por Pablo Juela y Christian Rojas. El cine es más complejo, más prolijo.
¿De qué manera aportó en lo profesional y personal vivir una temporada en México?
Viví seis meses allí. Me dediqué a estudiar teatro y cine. En lo personal me ayudó a valerme mucho por mí misma. Ese viaje me sirvió para decirme que podía. La intención era ver cómo estaba el movimiento allá, sacar los papeles y trabajar, pero los papeles no me salieron. Ya no tengo el bicho de irme a vivir en otro país. La vida es de etapas, no sé si mañana lo vuelva a sentir.
Usted protagonizó las dos temporadas de la producción 'Compañía 593'. Se habló de una tercera parte, pero quedó en nada...
Nosotros firmamos para una tercera parte, un precontrato, pero se deshizo al momento que Ecuavisa decidió hacer el reality 'Desafío a la fama'. Nos dijeron que la televisión ecuatoriana había cambiado su rumbo y que todos los canales tenían un reality, no podían hacer varios proyectos a la vez. Apostaban por la tendencia. Tal vez el próximo año hagan la tercera temporada. Es lo que nos manifestaron. No tengo contrato ahora. Solo me dicen los días que debo ir a 'En contacto', me pagan y nada más.
Va a trabajar con su mamá. ¿Cómo se dio aquello?
Es en el podcast 'Ni boomer ni de cristal'. Tuve la idea en el 2020, este proyecto está escrito en mi agenda de ese año (risas). Siempre pensé en ella, porque es súper elocuente, disparatada, sabia y chistosa. Siempre he considerado que tiene gran potencial para un programa en el cual se puedan hacer bromas como amiga y, a la vez, aconsejar como madre. La idea es reírnos, pero también dejarle algo a las personas, es un espacio que yo habría querido escuchar.
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¿Habría participado en 'Desafío a la fama'?
No creo que me haría bien. No tengo la paciencia para estar encerrada, no sabría cómo manejar lo que dicen y lo que hacen. No tengo habilidades para ese juego.
¿Siempre su contextura ha sido delgada?
Siempre, más bien he luchado por subir de peso, me ha costado mucho. Mi abuela, a la que llamaba mami Sarita, falleció en agosto pasado, nos afectó a toda la familia. He logrado subir dos kilos, estoy contenta.
Aunque una mujer sea guapa y talentosa, en pocas palabras lo tenga todo, a veces se deprime o sufre ansiedad. Usted lo ha vivido.
Existen varios factores que llevan a la depresión. A veces es hereditario o algo lo detona. Estoy diagnosticada con bipolaridad, que tiene episodios depresivos y de ansiedad. Acudí a varios profesionales, en mi caso fui por los ataques de ansiedad. En el camino se dieron cuenta de que era bipolaridad.
¿Cómo se siente ahora?
Muy juiciosa con la terapia psicológica, que es la base de todo. Sigo el tratamiento, es importante el autoconocimiento. Cuando me doy cuenta de que algo no funciona, debo tomar acciones para que no se desborde.
¿Qué la lleva a desbordarse?
El estrés puede hacer que se salte la teja, aunque lo diga de manera graciosa. Como ya lo sé, cuando estoy en período de estrés, me preparo. Duermo y como bien, si tengo un día de locos, trato de quedarme tranquila, aunque sea cinco minutos. Meditar me ayuda a calmar. También el baile, el ejercicio y respirar son herramientas, pero lo fundamental es saber cuál es el origen de los problemas.
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Hubo un momento de mi vida, a los 20 o 21 años, que vi como posibilidad no querer vivir más. No entendía, ahora ya lo hago, que quieres acabar con algo que duele. No sabía lo que era ansiedad, que todo el día te lata el corazón fuertemente no era normal, que me agarren temblores, tampoco lo era. Lo descubrí en 2021. De repente es una bola de nieve que se hace gigante, no puedes controlar tu cuerpo.
¿Ahora es feliz?
Sí, estoy tranquila y es lo que más valoro. Me siento contenta con mi vida.
Está muy enamorada y con planes de boda...
(Risas y muestra un anillo que indica su compromiso) Con Vicente no sabemos cuándo nos amarramos, pero fue en el 2021. Trabajaba en una productora que le ofrecía servicios de Comunicación. No se dio un click inmediato. Para mí era solo un cliente. En una ocasión nos invitaron a la casa de la playa de una amiga, cuando lo vi llegar me sentí incómoda, pero nos pusimos a conversar y descubrí a una persona que no existía antes. Todavía no hay fecha de boda, sabemos que es el próximo año. También queremos que los niños vengan (risas).
¿Qué considera que tienen en común?
Nos gusta analizar todo, hablamos de política. Es una persona con un gran corazón, le gusta ayudar, aconsejar y tenemos temas en común. Recién estuvimos en Nueva York de vacaciones. Quiero estar con Vicente. Por la cara y la forma de ser, parece que es mayor, pero solo son nueve años de diferencia. Siempre le pregunto por qué me ama y responde que me admira, que soy trabajadora, alegre, aunque en proporción de lo que me río, también me enojo (risas).
Ha estado conmigo en las situaciones adversas, lo ha visto todo de cerca, el proceso de la bipolaridad. Me daba miedo que se asuste. Dice que admira que me he levantado de la nada. Cuando me dieron el diagnóstico, fue un golpe fuerte porque no hay cura, medicación de por vida, en fin.
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Leer más¿Ha llorado por amor?
Como todos, el que no ha llorado está muerto.
Si mira hacia atrás, ¿qué le dejó su comentada relación con el actor Víctor Aráuz?
Compartimos cuatro años. Ahora nos llevamos bien, ya cuando las heridas de ambos sanaron. Mucho aprendizaje me queda. Errores que no volvería a cometer. No soy problemática, pero ya no permitiría que las discusiones sean tan largas, entender que hay ciertas batallas que no merecen la pena. Cuando una relación termina, es responsabilidad de ambos.
Sus parejas son conocidas. ¿A veces eso es un problema?
También lo soy. Lo que me duele es cuando a Vicente lo atacan, duele cuando dicen cosas que no son ciertas. Trato de no leer o escuchar los malos comentarios. La política es complicada.
¿Conoce a Lucía Jaramillo, la ex novia de Vicente Taiano?
La conozco, no somos amigas, solo hola y chao.
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