El patrimonio de Mario Vargas Llosa tras sus rupturas sentimentales
El escritor peruano ha retomado la relación con su exesposa, Patricia
Hace ocho años la vida de Mario Vargas Llosa dio un giro cuando se enamoró de Isabel Preysler. Dejó a su mujer, Patricia, se distanció de sus hijos, abandonó su casa, y apenas pisó su tierra, Perú. A finales de 2022 hubo un giro de guion y se rompió la relación, y ahora con su exmujer ha viajado a Sicilia de vacaciones, y según las palabras de él, ha sido un viaje “muy bueno”.
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Leer másParece que los cincuenta años de matrimonio que compartieron finalmente han pesado más que los siete que estuvo junto a Preysler. Nunca llegaron a casarse, algo que ha facilitado la ruptura.
Sin embargo, Mario y Patricia, sí firmaron el divorcio y su consecuente reparto de bienes en 2016. Y aunque ahora hayan acercado posturas hasta el punto de hablar de reconciliación, por el momento y mientras no decidan pasar de nuevo por vicaría, todo lo material sigue estando dividido tal como lo acordaron en su momento.
En Madrid cuenta con una casa en pleno centro cuyo mayor valor es su ubicación, está entre la puerta del Sol y el Monasterio de las Descalzas Reales, tiene 283 metros cuadrados y 29 de terraza, y aunque se trata de su única propiedad en territorio español corre el riesgo de perderla. La vivienda de consta a nombre de una sociedad con domicilio fiscal en Holanda y está hipotecada a favor de la Agencia Tributaria desde 2018.
Fuera de España tiene también con un piso en Francia, y los que un día compartió con Patricia en Lima, Nueva York o Punta Cana pasaron a manos de ella en el momento en que tomaron caminos separados. También contaban con un departamento en Londres, que le correspondió a él en el reparto pero que vendió poco después. Por lo que ahora, si retoman la vida juntos, ambos podrán disfrutar de nuevo de aquellas propiedades que fueron atesorando con ilusión cuando fueron avanzando en su vida, y que después fueron motivo de disputa.
Ni Patricia ni Mario tienen necesidad económica alguna, ni su acercamiento respondería a nada relacionado con las cifras o los bienes.