Paul Auster, el autor que supo retratar a Brooklyn y el Béisbol en una misma obra
El escritor fue uno de los grandes nombres de la literatura estadounidense. Falleció en su casa a los 77 años
Paul Auster fue uno de los grandes nombres de la literatura estadounidense. Falleció el martes pasado luego de padecer un cáncer de pulmón. En el mundo entero han lamentado su muerte a los 77. Destacaron que, si bien había nacido en New Jersey, su literatura era una de las que mejor expresaba el espíritu de Nueva York, pero sobre todo de Brooklyn, el condado en donde vivió con su esposa, la también gran escritora Siri Hustvedt, y mantuvo una de sus grandes pasiones: el béisbol.
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Leer másFue por el Béisbol que él cree que fue un escritor. No provenía de una familia dedicada a los libros. Él fue la excepción. Recuerda como un hecho imborrable de su memoria –casi tan importante como la muerte de un amigo suyo en la infancia cuando lo mató un rayo- el día en que vio a Willie Mays, el jardinero central de los Gigantes de Nueva York y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos de este deporte, a la salida de un partido en 1955.
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“Señor Mays –le dijo-, ¿me puede autografiar esta bola?” Mays le respondió: “Claro, chico. ¿Tienes un lápiz?” No llevaba ninguno con él, tampoco sus padres ni los amigos de sus padres. Nadie alrededor tenía un lápiz. “Lo siento, chico, no tienes lápiz, no tienes autógrafo”.
Esas palabras dolieron tanto que se fue llorando a casa. “Después de ese día, me aseguré de tener un lápiz en mi bolsillo porque no quería que algo así me agarrara nuevamente desprevenido. Como le digo a mis hijos: así comencé a ser escritor” porque “si tienes un lápiz, en algún momento lo usarás”.
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Leer másEn Estados Unidos no se suele decir, como en otros lugares con el fútbol, que el béisbol es el opio del pueblo. En realidad, es un deporte que cruza la literatura estadounidense del siglo XX. Y en Auster no fue diferente. Escribió mucho sobre este juego como parte integral de su obra porque era parte de la vida de los vecinos de los Brooklyn
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Dodgers, del que era hincha. Cuando este equipo dejó Nueva York y se fue a Los Ángeles, en 1957, por razones netamente económicas, quebró a los hinchas. Les quedaba un vacío. Y no podían ser hincha de los Gigantes, sus rivales de la Liga Nacional (que también partieron hacia San Francisco ese mismo año) y menos aún de los Yankees, el equipo con el que habían perdido algunas Series Mundiales.
En su gran novela “4321”, el béisbol atraviesa la obra como un hecho de la cotidianidad. Su protagonista, Archie Ferguson, retrata el Brooklyn de los años 50 y 60 y en buena parte la relación con el equipo y cómo la cohesión social que daban los Dodgers se fue perdiendo y comenzaba a surgir otro tipo de barrio, que, con el tiempo, es el de los hípsters de hoy.
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Hay otras obras en que el béisbol también tendrá este elemento aglutinador en esa búsqueda de la vida de Brooklyn, cuyos habitantes incluso tienen su particular acento. ‘Ciudad de cristal’, incorporada en ‘La trilogía de Nueva York’, es una de ellas. Y es que Auster estaba convencido de que el “béisbol es un universo tan grande como la misma vida y, por lo tanto, todas las cosas en la vida, ya sean buenas o malas, trágicas o cómicas, caen dentro de su dominio”.
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