Posar la mirada sobre el encierro

¿Te debería definir lo peor que has hecho? ¿Y si aquello fue una consecuencia de lo que te rodea? ¿Y si no tuviste otra opción? Estas y otras preguntas son las que indaga 'Consecuencias imprevistas', una emotiva pieza de teatro danza que abre sus puertas en la capital el viernes 8 y sábado 9 de marzo.

Ángela Maldonado, Katherine Lozano y Gardenia Muñoz, tres bailarinas y actrices con más de seis años de trayectoria, empezaron a trabajar en este proyecto hace dos años con un objetivo: evidenciar la problemática social dentro de las cárceles femeninas, centros de adolescentes infractoras y casas de acogida.

“Es tan fácil deshumanizar, tan fácil decir: ‘Eso nunca me pasaría a mí, yo soy buena’. En esta época, por la situación que se vive, esa perspectiva es incluso más común y más violenta”, señala Maldonado.

La bailarina cuencana indica que el proyecto surgió tras un año de trabajo en estos espacios, en los que ella y sus compañeras tuvieron la oportunidad de escuchar testimonios de mujeres privadas de la libertad.

“Pensar, sentir y vivir el encierro, para muchos de nosotros es una opción. Pero, ¿qué pasa con las mujeres privadas de la libertad? ¿Cómo sienten, piensan y viven ellas el encierro? Y más aún cuando este encierro puede ser el resultado de políticas equivocas, de injusticias y de un sistema carcelario precario, en el que no hay cabida para la rehabilitación social. Abrir espacios de diálogo y plantear proyectos sociales desde el arte es un camino para reconocer, sensibilizar, empatizar y buscar justicia”, agrega.

Estos testimonios se fueron transformando de a poco en un guion que incluía frases, versos y movimiento. “Todas venimos de distintas áreas del teatro y la danza, y desde el principio queríamos lograr una mixtura entre estas dos ramas. Todas somos bastante físicas y nos parecía importante que la obra se sintiera en el cuerpo”, explica.

Para ello, crearon un ‘Frankenstein’ que se iba montando al leer fragmentos de los textos, en los que todas contribuían.

“Íbamos leyendo y generando los movimientos que nos hacían sentir, para ir incorporándolos”, dice Maldonado.

Conforme el proyecto avanzaba, fueron ingresando otros miembros al elenco, quienes también aportaban a la puesta en escena. “Fue muy interesante, porque dejó de ser solo nuestro trabajo, para ir incorporando otras perspectivas”.

En 2023 el proyecto ganó la convocatoria de fondos concursables del Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación (IFCI) y se presentó en un centro de adolescentes infractores y en el Teatro Pumapungo, en Cuenca.

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“Nos sorprendió muchísimo la acogida del público. La gente estaba muy conmovida y tenía muchas preguntas. Fue una experiencia muy bella”, recuerda.

Justo por esta respuesta positiva, las artistas no querían quedarse solo con estas dos presentaciones y decidieron llevar la pieza a otras ciudades del país. La capital será el punto de partida de la gira planificada para este año.

La puesta en escena se llevará a cabo a las 19:00 el 8 y el 9 de marzo en el Teatro de la Compañía Nacional de Danza, ubicado en la avenida Río Coca y la calle París. El costo de ingreso es de $ 12.

Una gira internacional

A lo largo del año, las artistas planean llevar la puesta en escena a una gira internacional que incluye festivales en España y Costa Rica, de donde es originaria la directora de la pieza, Milena Rodríguez.

A la par, también han anunciado que concursarán para ingresar a los principales festivales nacionales, entre ellos el Internacional de Artes Vivas de Loja y Escenarios del Mundo de Cuenca.

“Nos interesa poder transformar a las personas  a través de las artes escénicas. Creemos que esta obra permite a quienes la ven cuestionarse la verdad sobre la realidad dentro de los centros de privación de libertad, mirar lo carcelario como algo cercano y comprender que dentro del encierro también existen espacios de afecto, lo que es una reflexión importante”, destaca Maldonado.

Y añade que además de los grandes escenarios, también esperan montar la obra en espacios para adolescentes. “Queremos germinar en la juventud una conciencia empática que nos permita abrir espacios de diálogo y plantear transformaciones sociales desde el arte”.

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