Rey Carlos III: Su retrato, una pintura que despierta teorías

Desde su presentación, el cuadro que el artista británico Jonathan Yeo hizo para el rey Carlos III ha generado lo que todo creador desea para sus obras: que den de qué hablar. La pieza ha sido objeto de una amplia variedad de interpretaciones respecto a sus simbolismos, algunos más rebuscados que otros. 

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“Los símbolos de esta obra están presentes no solo en la mariposa, sino en cada elemento del cuadro, desde el rostro, las manos, la espada”, expresó Servio Zapata, paisajista zarumeño graduado del en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Cuenca. 

Servio recuerda con esta declaración la presencia de una mariposa monarca hembra que vuela justo por encima del hombro del rey. Para el youtuber de arte Antonio García Villarán, este insecto representa el recuerdo de la madre de Carlos, la reina Isabel II, quien después de la muerte todavía sobrevuela sobre su primogénito. 

Sobre los símbolos

“Hay una imagen de la reina sentada en su mesa con un broche de mariposa en el hombro y detrás de ella una fotografía de su esposo, rodeado de decenas de mariposas monarcas”, explica Villarán sobre la relación que vincula a la artrópoda con la monarca. “Está en peligro de extinción. ¿Saben qué más lo está? La monarquía”, cerró contundentemente el analista. 

“Yeo ha demostrado la calidad de artista que es con esta obra. El traje, el color, las luces, las sombras, todo tiene su por qué. Observar un cuadro es como leer un libro, como escuchar música; nada es hecho al azar”, dijo Zapata, quien coincide en que lograr que la gente haya discutido tanto este trabajo significa que “ha alcanzado su objetivo con creces”. 

El retrato se colgará en Drapers’ Hall a partir de finales de agosto junto con otras obras reales, pero por el momento se encuentra abierta al público del 16 de mayo al 14 de junio en la Philip Mould Gallery de Londres.

¿Ocultismo en la realeza?

Otra de las controversias en las que se enreda el óleo es la advertencia de los usuarios en redes de que el fresco tiene mensajes ocultos, entre ellos, uno de carácter demoníaco. 

Tal como dejan en los comentarios, aseguran que al duplicar la imagen se puede observar el rostro de una deidad infernal, sumado al simple hecho de ser un cuadro inundado por un color rojo intenso. 

Pero para Servio, esto no es más que un fenómeno común que se repite a lo largo de la historia. “Lo mismo se decía en el pasado en cuanto a la música, que si escuchabas los discos al revés aparecían mensajes satánicos. Se han satanizado animales, colores, símbolos, etc. Al final, uno ve lo que quiere ver”, concluyó.

Más que una selfie

Algunas de las fuentes consultadas para este reportaje coinciden en que se debe respetar la visión del artista. “Es esencial que el pintor añada su propio estilo y personalidad a la obra para darle originalidad”, comentan. Ello también demuestra que la persona retratada confía en la interpretación del artista para su imagen y la llevará a ser más que una simple foto.

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