El Rezador: la cinta de Carlos Valencia y Andrés Crespo tuvo su premier en Guayaquil
El largometraje ecuatoriano retrata el proceder de una familia que se aprovecha de la fe de la sociedad quiteña
En Riocentro El Dorado de la ciudad de Guayaquil se dieron cita los invitados y los actores de la cinta nacional El rezador, segundo largometraje del cineasta ecuatoriano Tito Jara.
El evento que se llevó a cabo en Supercines, precisamente en la sala 16, albergó a la prensa y colabores de la producción que se filmó en Quito.
Antes de iniciar la función Carlos Valencia dio unas pequeñas palabras de agradecimiento e invitó a compartir que la película está disponible.
"Que la gente apoye al cine nacional, al talento ecuatoriano y que vengan al cine", acotó Carlos Valencia.
Por su parte, el director pidió un fuerte aplauso para su elenco. "Carlos y Andrés tuvieron maravillosas actuaciones".
Este thriller, de casi dos horas de duración, es apto para menores con supervisión de un adulto.
Tito Jara expresa que la película se realizó en un lapso de diez años, desde que se escribió el primer borrador del guion.
“El rezador habla de condiciones humanas, reflexiona sobre la necesidad de la fe y cómo gente inescrupulosa la instrumentaliza para su beneficio personal. Con ello, no pretendo, de ninguna manera, juzgar las circunstancias y la creencia del otro, sino comprender mis propias necesidades emocionales y racionales”.
Esta coproducción de Ecuador, Colombia y España tiene en sus papeles protagónicos a Andrés Crespo y Carlos Valencia.
Este último interpreta al padre de la niña milagrosa. Afirma que la compatibilidad que se logró con la actriz colombiana Emilia Ceballos y con Andrés Crespo, ayudó a que la película fluyera de la mejor manera, y espera que eso precisamente se logre transmitir al público.
La película está disponible a nivel nacional desde el 18 de agosto.
Sinopsis: Un precario estafador se aprovecha económicamente de una niña que dicen que tiene visiones de la Virgen María y a quien muchos consideran milagrosa. Junto a los padres de la niña, el maleante genera un negocio grande y lucrativo.
